Saildrone Explorer SD 1078, una tabla de surf robótica, se acercó al corazón del huracán Fiona el pasado 25 de septiembre en Canadá, con el fin de captar los mejores momentos del ciclón y obtener más datos para investigar dicho fenómeno.
Para hacer esto, el robot debió dominar el poderoso movimiento oceánico de un huracán observado en el Atlántico, que tenía un oleaje de categoría 4 de hasta 15 metros y vientos de hasta 160 kilómetros por hora.
La NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, su abreviatura en inglés) y Saildrone, la empresa responsable del diseño y fabricación de drones de navegación no tripulados, decidieron probar con el huracán Fiona el robot SD 1078 y las imágenes fueron sorprendentes y aterradoras.
“Los saildrones nos ofrecen una visión completamente nueva de una de las fuerzas más destructivas de la Tierra”, afirmó la empresa creadora de estos dispositivos en un comunicado.
NOAA ha esperado durante mucho tiempo una hazaña similar. El año pasado, el oceanógrafo de la organización, Gregory Foltz, dijo que su objetivo era “ingresar a la pared del ojo” de esos fenómenos.
Cómo se ve el interior del huracán Fiona
Pero no se trata solo del capricho de los científicos responsables de la misión. Para comprender mejor este tipo de fenómenos naturales, es necesario observarlos desde tantos ángulos como sea posible, como lo fue en este caso su interior.
Luego de obtener estos datos, se ha podido comprender cómo los océanos transfieren su calor y energía a este tipo de tormentas. Hay que recordar que las masas de agua del océano por encima de los 26 grados son una incubadora ideal para los huracanes, y los científicos aún tienen mucho que aprender sobre los factores que influyen en esto.
“Saildrone demuestra una vez más su capacidad para proporcionar datos oceánicos críticos en las condiciones meteorológicas más extremas. El huracán Fiona se intensificó de tormenta tropical a huracán de categoría 1 justo antes de golpear Puerto Rico, causando importantes daños y pérdidas de vidas humanas”, menciona Richard Jenkins, CEO y fundador de Saildrone.
Características del robot SD 1078
Es uno de los siete drones que operan en el Atlántico y el Golfo de México. Además, fue uno de los cuatro que enfrentó al huracán Fiona.
La serie de drones Explorer tienen una altura de 7 metros y permite enviar datos de forma continua durante todo el año y no requieren de barcos para montar, ni permisos de uso en Canadá. Solo al ubicarse en el área deseada, pueden comenzar a recopilar información a través de la energía eólica que da como resultado una huella de carbono cero.
El dispositivo puede estar hasta por 12 meses en terreno mientras envía datos al Control de Misión de la empresa en tiempo real. Y, cuando se requiere mantenimiento técnico o recalibración, estos pueden regresar de forma independiente a las oficinas de la empresa.
“Los sistemas no tripulados en el aire, en la superficie del océano y los sistemas submarinos y aéreos tienen el potencial de transformar el modo en que la NOAA cumple su misión de comprender mejor el medio ambiente”, afirma Philip Hall, director del Centro de Operaciones de Sistemas sin Tripulación en el NOAA
Antecedentes de un robot que ingresa en el ojo de los huracanes
Esta no es la primera vez que se usa una flota de robots para capturar una tormenta como nunca antes. El año pasado, uno de estos equipos fue enviado al Océano Atlántico para tomar medidas y capturar lo más cerca posible el ojo del huracán Sam.
Además, con la ayuda de la tecnología integrada en sus cuerpos pudo recopilar información sobre las masas de agua, cartografiar el fondo del océano y observar la biodiversidad y el ecosistema que forman.
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