El síndrome de Asperger es muy difícil de detectar, en muchos países de América Latina se necesitan más estudios de investigación para detectar este síndrome, identificando así las características y poder determinar cuántas personas son diagnosticadas. Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada cada 160 niños tiene un Trastorno del Espectro Autista.
En esta misma linea, Miguel Ángel Páez García, de 21 años, estudiante de tecnología de desarrollo de software de la Universidad de Cundinamarca, creó un videojuego llamado HASO como proyecto de graduación para fomentar las habilidades sociales en niños y niñas con síndrome de Asperger a partir de los 6 años.
“Mi pasión por el arte, gusto por los videojuegos, el emprendimiento y la curiosidad insaciable me han motivado a planear alguna manera de fusionar armónicamente todos estos aspectos de mi vida en algún producto o proyecto al servicio de la comunidad, pues mi deseo es convertir mi pasión en un aporte al mundo”, afirmó para Infobae Miguel Ángel Páez García.
Actualmente, la Universidad de Cundinamarca se enfoca en formar y desarrollar la capacidad de los estudiantes para innovar y actuar desde sus conocimientos. En este caso, los estudiantes de ingeniería de software se comprometen a usar la tecnología para la sociedad con sugerencias que traen felicidad.
“Oportunamente conocí a la profesora Yudy, gran docente universitaria, quién me ofreció la idea de ayudar a promover las habilidades sociales en los niños y niñas con Síndrome de Asperger, oportunidad que me pareció prefecta. Sin dudar, recopilé el trabajo creativo de meses antes sobre un videojuego de fantasía que estaba planificando: personajes, biografías, arquitectura y demás, a partir de allí, adapté parcialmente el arte que había creado para optimizar el surgimiento de HASO”, agregó García.
HASO, el videojuego diseñado para niños con Asperger
El estudiante explica que “hacer videojuegos no es un juego, por más mínimo que sea el proyecto, comprende un emprendimiento bastante interesante, satisfactorio, impredecible y muy demandante”.
El videojuego consiste esencialmente en una herramienta que combina armónicamente aspectos educativos y lúdicos para promover habilidades sociales básicas en niños con síndrome de Asperger durante su infancia, pues su diseño prescribe minijuegos para cada habilidad, confluyendo en modo aventura de manera guiada, para luego ser libre en el modo de un mundo abierto.
HASO es un gran reto, específicamente puede resumirse porque tienes que “dibujar, diseñar, analizar, ilustrar, modelar, reflexionar, planificar, escribir, revisar, cambiar, tolerar, motivarte, concentrarte, ingeniar, crear, programar, organizar, animar, pintar, esquematizar, estructurar, etc”.
Una pequeña guía para jugar HASO
Según el propio Miguel Ángel, en HASO el jugador encarna en un infante “increíblemente dotado de destrezas, habilidades, capacidades y talentos de casi todo tipo, exceptuando las sociales, pues el pasado del protagonista recuerda una infancia casi huérfana a costa de garantizar su supervivencia”. Esto se debe a que pertenece a un grupo de personas perseguidas por un reciente nuevo orden malvado.
El objetivo del jugador es sanar el mundo de fantasía en que habita aquel infante, especialmente redimir y guiar a los personajes en pro de la paz, armonía, amor, perdón y demás valores que definen la misión del protagonista.
Tras cada interacción con cada personaje, el jugador será recompensado con puntaje u otros premios, así mientras se avanza por cada mini juego propio de cada personaje a través del modo aventura, para luego llegar al drama de la historia y tener que seguir adelante prácticamente solo, teniendo una aventura en un segunda fase de juego de libre albedrío, o modo “mundo abierto”.
“De esta manera más que un juego de acción, aventura o estrategia, concibe también tolerancia, ya que habrán muchas hostilidades y tentaciones durante el juego que intentarán romper con tu voluntad pacifista sin tener la opción de retribuir la agresión como jugador”, explica García.
Por lo tanto, el videojuego tiene dos capas de diseño y plan de estudios destinados a promover ocho habilidades sociales básicas:
1. Escuchar
2. Iniciar una conversación
3. Mantener una conversación
4. Formular una pregunta
5. Hacer un cumplido
6. Presentarse
7. Presentar a otras personas
8. Dar las gracias
En este último punto es importante recalcar que será combinado en una sola habilidad que represente el nivel máximo de dificultad en el juego, este será Conversar, “la cual será clave para empatizar y persuadir a los antagonistas o villanos que se oponen a los jugadores, el octeto será presentado en el modo aventura con ayuda y guía del sistema”, culmina Miguel Ángel.
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