Cómo practicar sexting seguro y evitar mensajes con desconocidos

El sexting es una práctica que consiste en intercambiar mensajes con contenido erótico a través de un dispositivo como el teléfono móvil, una tablet o una computadora. Estos mensajes ‘hot’ pueden ser de texto, vídeos, fotos, audios, etc., pero en todos el objetivo es mantener con alguien una conversación subida de tono.

Es una forma más de expresión de la sexualidad, adaptada a las circunstancias y la evolución del uso de las redes sociales, aplicaciones de mensajería y las nuevas tecnologías. Es decir, es sexo 2.0, más vinculado a la población joven y practicado por igual tanto hombres como mujeres.

La parte lúdica del sexting está clara, pero también hay que tener en cuenta que mal entendida y saltándose algunas precauciones básicas, el intercambio de este contenido sexual puede desembocar en delitos cibernéticos como el grooming, la sextorsión o el ciberacoso.

Beneficios de practicar sexting

En cualquier caso, practicar sexting es una decisión personal basada en gustos y preferencias individuales, pero si se lleva a cabo de forma adecuada tiene un potencial positivo que puede favorecer aspectos generales de la sexualidad. Chiara Susanna Eyzaguirre, Psicóloga y Sexóloga en Cognitiva Perú, señaló para Infobae algunos de estos beneficios:

1. Los usuarios pueden explorar fantasías sexuales y experimentar con esas prácticas menos tradicionales sin tener que llevarlas a la práctica.

2. Implica la práctica de sexo seguro, sin riesgo de embarazos no deseados o de adquirir alguna ITS.

3. Es un método perfecto para las relaciones a distancia, que ayudará a conectar con esa pareja que se tiene lejos y así ayudar a mantener el deseo sexual activo.

4. Se puede practicar como antesala de una relación sexual presencial para incrementar el deseo y la excitación antes del encuentro.

Cómo practicar sexting seguro y protegerse en redes sociales

La experta de Cognitiva detalla que practicar sexting de forma segura es vital para evitar exponerse a riesgos y protegerse de delitos que pueden implicar chantajes o venganzas.

Ante la falta de unas normas claras en este intercambio de información, lo mejor es anticiparse, establecer unas normas y precauciones previas. Algunos detalles que hay que tener en cuenta para no perder totalmente el control del contenido están relacionados con el tratamiento que se le da a la información que se envía.

Es preferible manejar materiales en los que no se pueda identificar a la persona que aparece, y no se aconseja mostrar detalles como tatuajes o cicatrices que se hagan fácilmente reconocibles. “El escenario también debe ser lo más neutro posible, para evitar que se pueda reconocer el lugar en el que uno se encuentra”, explica Eyzaguirre.

Por otro lado, estas son las maneras más eficaces para protegerse a uno mismo en las redes sociales más populares en la actualidad, además de poder reportar un potencial abuso:

- En Facebook, hay que dejar de ser amigo de la persona, bloquearla y reportarla.

- En Twitter, hay que dejar de seguir, bloquear y reportar el tweet dándole clic al ícono de ‘Más opciones’ en cada tweet. Cambiar los ajustes de Twitter, así se podrá ver lo que se quiera y evitar todo lo que le sea posible las interacciones “de baja calidad”.

- En Instagram, colocar su cuenta en modo ‘Privado’, bloquear a seguidores indeseados y evitar que apps de terceros obtengan sus datos

Cómo concientizar a los hijos de sus riesgos

Aunque hay una tasa alta de millenials entre los que lo practican, el sexting es un fenómeno global en el que participan personas de diferentes edades. Algunos estudios recientes revelan, incluso, que se trata de una práctica frecuente en la población adulta.

Si algún lector de Infobae tiene hijos, seguro que ha pensado en cómo protegerlos ante prácticas inseguras. Para ayudar a los menores a entender los riesgos del sexting, Eyzaguirre aporta las siguientes claves:

- Establecer una relación de confianza. Lo primero que les va a proteger de las posibles consecuencias negativas del sexting es que se haya cimentado, desde la infancia, una relación de confianza entre el adulto y el adolescente. Desde esa relación, también se puede abordar con naturalidad el tema del sexo y sus diferentes manifestaciones, donde el sexting es una de ellas.

- Ayudarles a diferenciar lo privado de lo público. Hay que ayudar a entender al adolescente que si se practica sexting, esa parte privada puede ser conocida por otras personas a las que él o ella no querrían mostrar nunca esa parte de sí mismos.

- Pérdida de control. Hay que hacerle comprender a los adolescentes que si se hacen públicas los mensajes, fotografías o vídeos suyos en situaciones de exposición sexual, quedaría vulnerable frente a aquellas personas que lo reciban y que pueden reaccionar utilizando ese material según le convenga, sin proteger dicha intimidad.

- Redes sociales y realidad. Conviene que comprendan, con ejemplos prácticos, que el mundo de las redes sociales o aplicaciones de móvil mediante las que puede realizar esta práctica es diferente al mundo real.

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