Cómo es hospedarse en un hotel atendido por robots

Al igual que una película de ciencia ficción, los recepcionistas son androides con una apariencia idéntica a la de un ser humano

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Los recepcionistas son robots con
Los recepcionistas son robots con apariencia de velociraptors y humanos

Con el paso de los años, los robots cada vez se hacen más presentes dentro de la vida cotidiana de las personas, cumpliendo la función de facilitar determinadas actividades, además de ser utilizados principalmente en las industrias para automatizar procesos. También se han desarrollado robots pensados para el entretenimiento y disfrute de los humanos. En esta ocasión, Infobae trae la historia de la cadena de hoteles atendidos por robots en japón, como si de una película de ciencia ficción se tratara.

En algunos de estos hoteles, los recepcionistas son velociraptors que atienden a las personas a su llegada, pero los más impactantes son los androides con apariencia humana que se encuentran en la sucursal de Tokio, en la recepción del hospedaje. Es así como comienza la experiencia de hospedarse en estos hoteles llamados “Henn na”, que traducido al español significa “hotel extraño”.

Cómo ya se mencionó, la primera parada en este hotel es la recepción donde se es atendido por un androide, que también incluye una pantalla táctil en el mesón para escoger el idioma en el que se desea hablar este robot operado con inteligencia artificial.

Después de escanear los documentos como la identificación y el pasaporte, se procede a hacer el pago del hospedaje por medio de una máquina electrónica similar a las que se encuentran los parqueaderos de los centros comerciales.

En el vestíbulo y corredores del hotel, se pueden ver carros maleteros inteligentes que llevan el equipaje de los huéspedes a sus respectivas habitaciones, sin ser empujados por ningún empleado humano.

Dentro de las habitaciones hay todo tipo de dispositivos y electrodomésticos inteligentes, como el “armario lavadora” que ha llamado la atención de todas las personas que se hospedadas allí, pues se cuelga la ropa, se cierra la puerta del artefacto y este por medio de vapor limpia y plancha las prendas de vestir.

Las otras funciones de la habitación son controladas desde un smartphone que el huésped va a encontrar en la mesa de noche, como la calefacción, el aire acondicionado, los canales de televisión, la intensidad de la luz y la temperatura del colchón. Además, hay ilimitado a llamadas nacionales e internacionales.

En cuanto a las luces de los corredores y los cuartos, son operadas por medio de sensores que se van activando a medida que los huéspedes van caminando y se apagan cuando no se percibe ninguna actividad humana.

Los baños del hotel también son inteligentes, por lo que se puede modular la temperatura del retrete y activarle el modo bidet.

El bloguero de viajes Ruhi Cenet cuenta que le preguntó a los otros huéspedes del hotel sobre su experiencia, y estos la describieron como incómoda al no sentir ningún tipo de interacción o expresión humana.

Esta cadena de hoteles fue noticia hace unos años, cuando tuvo que despedir a varios de sus “trabajadores robots” y contratar a personal humano debido a que los huéspedes pasaron en repetidas ocasiones quejas relatando la ineptitud y falta de empatía de las máquinas, dejando en claro en sus PQRs que los seres humanos ofrecen un mejor servicio al cliente.

Es aquí donde se presenta uno de los mayores dilemas éticos sobre la destinación de robots para actividades que usualmente son realizadas por seres humanos, teniendo en cuenta que actualmente se desarrollan con mayor frecuencia sistemas de inteligencia artificial.

En el diario vivir de la personas este tipo de tecnologías continúan siendo una clase de situación exótica. Por el momento este hotel es solo una experiencia turística en uno de los países con mayor desarrollo en robótica del mundo.

Ruhi Cenet explica en uno de sus videos que, según estudios, Japón utiliza 500.000 robots en la realización de sus actividades industriales y económicas, y además planea incrementar esta cifra a más de un millón en los próximos 10 años.

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