Dos adolescentes de Estados Unidos crearon un sitio web que vincula a ucranianos que escaparon de la guerra, con personas que se ofrecen a alojarlos en diferentes partes del mundo. La web se llama Ukraine Take Shelter y los creadores detrás de este proyecto son Marco Burstein, de 18 años de edad y Avi Schiffmann, de 19 años de edad, ambos estudiantes de Harvard.
“Fui a una manifestación en San Diego, en repudio a la invasión. Y había unas 100 personas, y ahí pensé que podía hacer algo más, algo que generara mayor impacto y así fue que pensé en hacer esta web”, afirmó Schiffmann en diálogo con Infobae, desde su casa en Seattle, Estados Unidos, donde se encuentra ahora porque se está tomando un pequeño receso de la universidad donde está estudiando neurofilosofía. “Es una combinación de neurociencia, psicología y filosofía”, resume.
El nombre, Avi Schiffman, se hizo conocido hace poco más de dos años porque fue uno de los pioneros en crear el sitio ncov2019 para rastrear los casos de coronavirus que se iban reportando en el mundo.
Cómo funciona la página
El objetivo de la página Ukraine Take Shelter es ser una lista pública, en la cual el anfitrión muestra su información de contacto y luego el refugiado puede ponerse en contacto con el o ella. “Queríamos diseñarlo para que fuera seguro y también intuitivo. La persona que busca hospedaje va al sitio, ingresa su ubicación y encuentra un listado con posibles lugares para hospedarse”, cuenta el creador de esta web.
Al ingresar al sitio se ve en el margen superior, una barra de búsqueda para que el refugiado ingrese su ubicación o hacia dónde se dirige, inmediatamente sale un listado de personas dispuestas a dar hospedaje.
No figura el nombre, apellido ni foto de esas personas, sino simplemente su ubicación aproximada (barrio, zona), si aceptan mascotas, los idiomas que hablan, la cantidad de personas que puedan hospedar y sus datos de contacto como número de teléfono, WhatsApp, Telegram u otro servicio de mensajería para establecer la comunicación.
Es decir que la conversación no se da dentro de la plataforma sino fuera ella. El sitio simplemente figura como un listado para unir dos partes: la que busca hospedaje y la persona dispuesta a hospedar.
Schiffman remarca que desde el punto de vista de quienes ofrecen hospedaje es muy sencillo crear un perfil en el sitio. El portal se puede ver en la lengua local desde donde se abra y está en actualización constante.
“Hemos estado trabajando en estrecha colaboración con muchas organizaciones humanitarias en toda Europa, recibimos sus devoluciones y fuimos agregando más funciones, etiquetas y traducciones en función de los comentarios recibidos”, asegura.
Y añade: “Estamos tratando de perfeccionar el sitio web y trabajaremos para agregar más cosas y que eventualmente sirva de ayudas a refugiados de todo el mundo, y no solo a quienes vienen de Ucrania, porque hay muchos conflictos y crisis humanitarias en todo el mundo, no solo allí”.
El desarrollador aclara que lo más interesante del sitio es funcionar como un puente para conectar personas que necesitan ayuda, con otras personas dispuestas a ayudar.
“Lo que realmente me gusta de esto es que devuelve el poder a las manos de los refugiados. Pueden tomar la iniciativa, ver los listados y contactar a los anfitriones por su cuenta, sin tener que sentirse tan impotentes. En vez de ingresar en algún formulario de Google, grupo de Facebook, o alguna caja negra y esperar que alguien se ponga en contacto con ellos eventualmente, aquí lo hacen por su cuenta”, dice.
Aclara que no le gusta específicamente programar sino ayudar. ”Lo que realmente me gusta es hacer cosas que sean muy útiles para la mayor variedad de personas. Estoy realmente interesado en ver qué es una buena experiencia de usuario, qué es una buena interfaz de usuario, qué quieren realmente los consumidores, qué es un producto bien diseñado”, dice. Y añade: “quiero tomar las habilidades que tengo y aplicarlas a estos esfuerzos humanitarios que son realmente geniales, pero también tengo grandes planes, hacer grandes empresas de tecnología y estas cosas, pero realmente quiero intentar hacer tecnología positiva que afecta la vida diaria, como el automóvil que conduces y el teléfono que usas”, resume.
Cuenta que hizo el sitio en pocos días, con ayuda de su compañero. Ambos aprendieron a programar siguiendo videos de YouTube. Aclara que nunca pagó ningún curso para aprender esta disciplina porque simplemente todo el conocimiento está disponible en la web, es solo cuestión de buscar y dedicarle tiempo, asegura. En su visión, sólo hace falta un teléfono y conexión a internet para aprender a programar.
“Es posible convertirte en un desarrollador web avanzado y ganar más de 100 mil dólares fácilmente (mirando video tutoriales gratuitos). Hay mucha demanda y no muchas personas tienen estas habilidades”, analiza.
Consultado respecto de cuáles son sus planes a futuro dice que quiere hacer “algo grande” en un rubro que vincula la tecnología con la neurociencia, por eso decidió estudiar neurofilosofía en la universidad.
“Quiero tener el mayor impacto que pueda tener con cuestiones vinculadas a la interfaz cerebro-computadora. Si puedo hacerlo de manera correcta y positiva, tendrá un impacto positivo durante millones de años”, concluye.
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