Creada por Annabelle Mauger y Julien Baron, la muestra “Imagine van Gogh” ha llegado hace dos días a Buenos Aires,Argentina, y ha generado en el público un gran interés. Es una exhibición que recorre los dos últimos años de la vida del artista neerlandés, entre 1888 y 1890, de forma inmersiva.
No es realidad virtual, tampoco un metaverso. Invita a los visitantes a entrar de forma inmersiva a sus obras, descompuestas en 3.000 imágenes proyectadas a través de mapping en las paredes, el suelo y en lienzos de más de ocho metros de altura. La experiencia completa dura 30 minutos.
La muestra estará en la Argentina hasta mayo de este año. Itinera por el mundo desde el año 2008 y se adapta a cada ciudad a la que viaja. En el pabellón Frers del predio La Rural, hay hoy 200 cuadros proyectados que forman parte de prestigiosas colecciones de museos como el Museo d’Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Al recorrer la muestra, se escuchan diversos comentarios: una mujer dice que empieza a sentir mareos antes de la inmersión, otra señala que en París (donde se estrenó la muestra) se tiró al piso con su mochila usada como almohada para disfrutar mejor de la experiencia y por otro lado, hay niños que corren y disfrutan de las obras de van Gogh, de forma lúdica.
La técnica usada es denominada “imagen total” (una tecnología creada en 1977 por el fotógrafo y cineasta Francés, Albert Plécy, y desarrollada por Annabelle Mauger) y es la primera exposición inmersiva de este tipo que llega a la Argentina. ¿Cuál es la tecnología que hay detrás?
Para imaginar la experiencia, piense en una sala totalmente a oscuras, iluminada solo con proyecciones gigantescas de las pinturas más reconocidas del artista, acompañadas por la música de Saint-Saëns, Mozart, Bach, Delibes y Satie.
“El montaje tomó 3 semanas completas comenzando el 20 de febrero. Y más de dos meses de pre-producción”, explica a Infobae Pablo Hernando, Lighting & Rigging Designer y productor técnico de la muestra.
El montaje fue realizado con realizadores, riggers (personas que montan las estructuras y se encargan de colocar los equipos de audio, video e iluminación), técnicos de video, electricistas, runner y stage hands locales (personas que trabajan, por ejemplo, en el back o detrás de escena del teatro) y más 3 técnicos de origen francés que viajan con la muestra. Son cerca de 20 personas en total que forman parte de esta puesta en escena de “Imagine van Gogh”.
“Se utilizaron por más de 2 semanas, 3 máquinas de elevación Sizzors y del tipo Boom. Las pantallas de proyección son de origen canadiense STRONG del tipo (N10NM+) Black-Back, hay unos 1200 m2 de pantalla en la muestra y fueron encargadas para este espacio específicamente- Casi toda la instalación de pantallas y proyectores, está colgada con motores eléctricos. Es la primera vez que se cuelgan estructuras en el Pabellón Frers de La Rural”, señala Hernando.
El secreto del éxito de este tipo de muestras inmersivas es la puesta en escena, la infraestructura, y la calidad de la imagen. Fueron provistos 56 proyectores por la productora francesa ENCORE. Son del tipo Laser, marca Christie, modelo G60 W7. “Estos proyectores se conectan en red con una docena de servidores de video. Son los encargados de cargar y proveer las imágenes que conforman el “show file” (show es una extensión de archivo) de la muestra, que se realiza especialmente para cada locación”, explica.
El encargado del ajuste o calibración de los 56 proyectores fue el francés Nicolas Babillon, del equipo de IVG (compañía donde trabaja Hernando). “Se tomó más de una semana para ajustar el mapping, que trata de empatar las proyecciones sobre pantallas y piso para que se vean como una sola imagen o varias en syncro si así se desea. Nicolás también puso a punto el color, contraste, saturación y blanco de todos los proyectores”, cuenta Hernando.
Una vez ajustado el mapping, los artistas de video realizan un loop de imágenes, diseñando específicamente con base a cada espacio que visita la muestra, empatando, multiplicando e incluso manipulando, en algunos casos, la obra del artista. “Así generan la sensación de inmersión que caracteriza esta muestra por sobre otras que existen en este momento”, asegura Hernando.
El software que se utiliza para toda la experiencia y para el control de las imágenes es uno de los más utilizados en el mundo del entretenimiento: Watchout. Además, se refuerza la sensación de inmersión con audio estéreo por cada pantalla, “con gabinetes marca Meyer Sound ubicados por sobre cada sección de pantalla y también controlados por el Watchout”, finaliza Hernando.
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