Bitcoin arrancó noviembre en un máximo histórico cercano a los USD$ 70.000 y finalizó enero con un halving (a mitad de precio), lastrado por una mayor aversión al riesgo por las próximas subidas de tipos de interés en EE.UU. y sobre todo por los anuncios de nuevas restricciones. La minería en Rusia, uno de los ejes de esta actividad, es fundamental para que el precio de la moneda digital siga subiendo.
Su doloroso movimiento de precios, muy por debajo del comportamiento del mercado de valores en los últimos dos meses, está desmitificando algunos de los mitos difundidos por sus partidarios: Bitcoin no es un activo confiable frente a la alta inflación, y mucho menos cumple las expectativas cuando se le denominó “nuevo oro digital”.
Los motivos para la caída tan drástica de Bitcoin
Detrás del desplome hay varias razones. Cada nueva señal de un repunte en el camino de la Reserva Federal de EE. UU. para subir las tasas se enfrenta a una desaceleración. Y la semana pasada, el banco central de Rusia propuso prohibir el comercio y la minería de Bitcoins, así como prohibir los intercambios y evitar que las instituciones financieras comercien con criptomonedas.
Los ve como una amenaza a su soberanía monetaria y a la estabilidad financiera del país y su gente por su potencial para crear burbujas, y le preocupan sus efectos adversos sobre el medio ambiente: la minería consume mucha energía. En cambio, poseer la criptomoneda no tendrá veto.
Crece la presión regulatoria sobre Bitcoin. En mayo, China prohibió los intercambios de criptomonedas, por lo que es ilegal extraer e incluso anunciar estas monedas.
Kazajstán, por su proximidad, llenó posteriormente gran parte del vacío dejado por las restricciones impuestas por China, pero la volátil situación política interna le ha hecho perder atractivo, y Nayub Bukele, presidente de El Salvador (primer país del mundo en integrarse criptomoneda como moneda de curso legal) soñaba con la idea de tomar su lugar y convertir a su país en un gran laboratorio del mundo en términos de criptomonedas.
Los inversionistas de Bitcoin quieren soluciones inmediatas
Con precios que oscilaban entre USD$ 33.000 y USD$ 69.000, fue tan emotivo que aparecieron imágenes de osos, animales que representan una tendencia a la baja en el mercado, en foros y grupos de WhatsApp de inversionistas minoristas que debaten vender todo en medio de la presente turbulencia o mantener su billetera esperando tiempos mejores.
Los optimistas buscan en la historia precedentes a los que aferrarse. Entre abril y julio del año pasado, Bitcoin también perdió la mitad de su valor en solo tres meses y finalmente se recuperó. Pero nadie sabe dónde estará el fondo esta vez, y es poco probable que el patrón se repita.
Los inversores institucionales, que poco a poco se sumaron a la moda de Bitcoin, también fueron multados: la empresa estadounidense de software MicroStrategy, una de las mayores apuestas por Bitcoin, perdió 38 bolsas de valor en octubre pasado.
El fabricante de coches eléctricos Tesla, que ha gastado parte de su exceso de efectivo comprando Bitcoin, e incluso está coqueteando con la idea de aceptarlo como pago para comprar su coche, tampoco está fuera de peligro en esta tendencia, aunque en su caso la exposición no es tan grande para su tamaño: la empresa de Elon Musk ha invertido 1.250 millones de euros.
Etherum también tuvo un desplomo de valor en 2021
El ecosistema criptográfico va más allá de Bitcoin. Los precios de casi 20 000 monedas digitales cambian a diario en el mercado de 1,5 billones de dólares (el Bitcoin representa alrededor del 42%).
Aunque algunos de ellos lograron escapar de la tormenta, los choques aún fueron generalizados. Ethereum, la segunda moneda más grande, también perdió más del 50% de su valor. Cabe destacar que solo 5 de las 200 principales acciones no han estado en números rojos en los últimos siete días.
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