A diario millones de personas se conectan a internet y dejan a su paso un sin fin de información sobre sus intereses, gustos, lugares a los que van, visitarán, de sus amigos y más que a la larga forman una huella digital.
Probablemente muchos no lo sepan, pero este rastro digital se genera con cada “Me gusta”, suscripción, compra en línea, búsqueda en Google y más. Una vez que se acepta que una organización como Facebook acceda a información, esta la puede vender o compartir con terceros. En el peor de los casos puede verse comprometida en una filtración de datos.
Estas huellas digitales pueden ser activas o pasivas. La primera ocurre, por ejemplo, cuando se inicia sesión o se completa un formulario en línea, mientras que la segunda ocurre sin que el usuario se de cuenta, como cuando se ingresa a una página de internet, ya que este puede obtener su dirección IP, y también incluye reacciones en redes sociales como “Me entristece”.
Aunque no lo parezca, un “Me enoja” o “Me encanta” en Facebook puede significar mucho en cuanto a la huella digital se trata. De acuerdo con Kaspersky estas son relativamente permanentes, una vez que los datos son públicos (o incluso semipúblicos, como puede ser en el caso de las publicaciones de Facebook), el propietario tiene poco control sobre cómo los usarán los demás.
Además, puede determinar la reputación digital de una persona, la cual ahora es casi tan importante como su reputación fuera de internet. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo los empleadores pueden revisar las huellas digitales de los candidatos potenciales para tomar una decisión final.
Y aunque la información puede también ser aprovechada por cibercriminales para emplear tácticas fraudulentas de phishing, cómo crear identidades falsas basadas en los datos públicos, estos pueden ser de ayuda en casos donde las personas son secuestradas o desaparecen.
Algunas veces la policía cibernética o los mismos contactos de la víctima pueden saber la hora y el último lugar en donde estuvo. Por otro lado, si alguien fallece siempre quedará su rastro vivo en su huella digital.
En cualquier caso, la información almacenada puede ir más allá de lo que usuarios de internet pueden imaginar. Por ello es posible que haya quienes prefieran borrarla y dejar un rastro nulo o mínimo de su actividad.
Cómo eliminar datos de búsqueda
Dicha huella digital tiene que ver con las cookies a las que todos los usuarios habituales de internet están familiarizados, pues al ingresar a algunos sitios web aparece un anuncio al iniciar la navegación preguntando si las acepta.
En ese sentido, para reducir la huella digital -ya que esta no se puede eliminar- se deben de borrar las cookies de los sitios web y datos almacenados en el buscador, restringiendo los permisos y accesos.
Lo mismo se debe de hacer en tabletas y teléfonos celulares. Asimismo, se puede ir a Configuración, luego a Aplicaciones, y desde ahí seleccionar una por una y elegir que solo tengan acceso a información durante la app en uso o bien administrarlos para que sean lo menos invasivos posible.
En el caso del navegador, si utiliza Google puede acceder a la versión de incógnito presionando Ctrl+Shift+N. No obstante, aún guarda mucha información, por lo que en caso de querer que su rastro sea mínimo utilice como navegador principal Duck to Go, el cual da mayor privacidad y tiene los mismos resultados de búsqueda que Google.
También puede hacer una labor mucho más laboriosa, como leer los términos de privacidad de aplicaciones y servicios para solicitar que borren sus datos a través de un correo electrónico proporcionado por el sitio y posteriormente eliminar sus perfiles de redes sociales.
Es de subrayar que la huella digital puede ser un real problema si la información se filtra o es alcanzada por personas equivocadas, fuera de ello, cuando muera podría volverse en un recuerdo intacto y lúcido para sus seres queridos.
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