Iniciamos una entrega especial en Infobae Tecno sobre la realidad de las pandemias desde la ciencia y la tecnología. Son tres artículos en los que, de manera sencilla, explicamos cómo hubiera sido la actual pandemia si no existieran los grandes avances tecnológicos y científicos que hoy en día se conocen.
En esta primera entrega, se reflejarán los avances desde la tecnología, una herramienta esencial para el avance de la sociedad.
Debido a que el COVID-19 se transmite por gotículas, al tocar a una superficie o a alguien infectado por el virus SARS-CoV-2, las autoridades globales ordenaron confinamientos. Desde trabajadores a estudiantes tuvieron que ir a casa y comenzar a hacer sus actividades ayudados por las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Si bien el uso de dispositivos electrónicos venía al alza, la pandemia hizo que su crecimiento se acelerara, pues la mayoría de las actividades requerían de una conexión a internet y una computadora con cámara web.
Aunque los gadgets fueron la herramienta principal para muchos empleados y estudiantes, la tecnología también contribuyó a otros aspectos como la disposición de información, aparatos médicos y organización.
Por ejemplo, los médicos de China e Italia, primeros países en convertirse en epicentros de contagio, compartieron al resto del mundo lo que estaban encontrando al tratar a pacientes con COVID-19, desde informar cómo se propagaba el nuevo coronavirus hasta los tratamientos farmacológicos que estaban dando frutos.
Todos sus resultados fueron rápidamente compartidos gracias a los medios de comunicación y las plataformas electrónicas, las cuales hicieron que la información pudiera ser vista en tiempo real sin importar la distancia geográfica.
Y aunque en algunas ocasiones hubo difusión de datos falsos, estos también pudieron ser rápidamente expuestos para alertar a la población a no creer en información que careciera de respaldo oficial.
Pero no todo fue solamente para que la comunidad médica y científica se mantuviera en constante comunicación sobre sus descubrimientos de la enfermedad, que era completamente nueva, sino de las autoridades sanitarias y de los gobiernos a la población.
Los dispositivos electrónicos que la mayoría de la población tiene fueron aprovechados para crear un vínculo de comunicación cercano y sin necesidad de salir de casa. Los trámites que normalmente se hubieran tenido que hacer en ventanillas pasaron a hacerse en plataformas de internet o aplicaciones que fueron rápidamente desarrolladas.
Todo comenzó a tener su opción digital como pedir comida, hacer la despensa, comprar ropa, comunicarse con otros y más. Este último rubro fue aprovechado por los ministerios gubernamentales.
Por ejemplo, en México y Colombia se creó la plataforma Mi Vacuna para que la población se inscribiera para recibir el antígeno. También, en el primer país se crearon chats vía WhatsApp con asistentes virtuales como Susana Distancia y el Dr. Armando Vacuno, servicios que hasta este día dan información sobre el COVID-19, ayudan a realizar un auto diagnóstico del padecimiento, dan consejos para tratarse en casa (en caso de tener síntomas leves) y a descargar el certificado de vacunación.
Mientras tanto, en Colombia dieron la facilidad a los pacientes de ser atendidos en casa. Para tratarlos, los médicos llevaban consigo aparatos tecnológicos que permitieron tomarles radiografías en sus propias camas, entre otros.
Además, con la reapertura de actividades la tecnología ayudó a alertar a personas que pudieron estar en contacto con alguien contagiado para que automáticamente se pusiera en cuarentena con herramientas como códigos QR de registro en tiendas y espacios públicos.
De igual forma, para limitar el contacto con superficies que pudieran estar contaminadas restaurantes habilitaron menús con código QR para que se ese modo todos los comensales pudieran verlo desde la comodidad y confianza de su celular.
En ninguna de las pandemias pasadas hubiera podido ser posible realizar ninguna de las opciones mencionadas por la falta de desarrollo tecnológico, en el que apenas había soportes básicos como telégrafos.
Todos estos aspectos contribuyeron a que los ciudadanos se quedaran en casa el mayor tiempo posible, es decir, se mitigaran los contagios en mayor medida, pues gracias a los soportes tecnológicos no tuvieron que ir a sus centros de trabajo, escuelas, supermercados, encontrar entretenimiento, hablar con su familia y amigos, recibir información confiable e incluso solicitar ayuda médica.
Por ahora esa fue la situación general del mundo, no obstante nadie puede saber si ocurrirá otra pandemia y cuál será la tecnología en ese momento. Quizá, en ese momento la tecnología ayude todavía más a las personas a estar conectadas a través del metaverso u otros soportes que siguen en desarrollo.
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