El avance tecnológico y científico nos ha brindado la posibilidad de incidir en la naturaleza, en algunos casos con resultados muy satisfactorios; sin embargo, no todas estas ocasiones derivan en un éxito.
La liberación de peces mosquito por todo el mundo en décadas pasadas parecía una buena idea, pues este pez originario de E.E.U.U se presentaba como una opción para combatir enfermedades; sin embargo, esta especie se ha convertido en una especie invasora.
La especie ‘Gambusia spp’ (peces mosquito) fue liberada por diferentes latitudes en ríos, lagos y estanques con el fin de que dicho animal se comiera las larvas de mosquitos que transmiten enfermedades como el paludismo y la malaria; no obstante, dicho plan ha venido cambiando con el paso de los años, pues dicha especie empezó a afectar otras especies nativas y anfibios al tener predilección por sus huevos e incluso la cola de los peces, lo que trajo como consecuencia la inclusión de esta especie en el catálogo de grandes especies invasoras elaborado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, según la revista Science News.
A raíz de esta situación y planteando soluciones para esta problemática, el investigador Giovanni Polverino, de la Universidad de Australia Occidental en Perth y un equipo de científicos diseñaron un robot que emula un ejemplar de lubina negra, especie que es enemiga y depredadora natural de los peces mosquito con el fin de equilibrar el ecosistema.
Según señala el medio especializado Natural Science, el problema no eran los peces mosquitos, sino el comportamiento que estos tomaban ante la ausencia de depredadores, para comprobar esto, prepararon doce tanques iniciales en los que soltaron media docena de peces mosquito y renacuajos de Australia, una de las especies más afectada por los peces mosquito en libertad, dichos grupos de fueron colocados en dos tanques grandes especiales, uno con el ‘pez robot’ y otro sin la presencia de este.
En el primer tanque, los expertos programaron al robot para que reconociera y acechara a los peces mosquitos, al comprobar los resultados, los científicos se dieron cuenta que los peces mosquito sí modificaron su comportamiento, pues estos dejaron de explorar el tanque y por el miedo tendían a agruparse y mostrar una actitud más pasiva, por otro lado, la especie de anfibios se benefició de esto, pues se empezaron a comportar con mayor libertad y lograron tener exploraciones más extensas por los estanques.
Según un artículo de iScience, el efecto de este experimento incluso dejó huellas fisiológicas en los peces mosquito, pues debido al estrés, estos perdieron tamaño y ganaron velocidad para escapar del depredador.
Aunque los resultados de este experimento son satisfactorios y mitigan la problemática, como explican los investigadores, el plan no es liberar cantidades de ‘peces robot’ en el ecosistema, según los expertos, la clave estaría en ese efecto del miedo, lo que se podría aprovechar con medios más convencionales, como reproducir el olor de estos depredadores.
Este experimento le abre la puerta a alternativas menos dañinas, pues usualmente en estos casos las autoridades suelen tomar medidas más agresivas como arrojar trampas o venenos; sin embargo, estas alternativas terminan siendo poco efectivas y podrían dañar a las propias especies que se busca “proteger”, por lo que estas soluciones más tecnológicas e “innovadoras” podrían contribuir a mejorar problemáticas similares alrededor del mundo.
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