En el marco de la reunión de accionistas de Tesla, Elon Musk anunció que la compañía trasladará su sede de Palo Alto (California) a Austin (Texas), dos de los estados más grandes de Estados Unidos.
El magnate y emprendedor hace meses viene insinuando que el traslado podría ser inminente. Incluso él mismo empezó a vivir en el estado, y hasta la empresa instaló una fábrica en Austin donde, además, se desarrollan muchas de las operaciones de su compañía aeroespacial SpaceX.
Musk justificó la decisión de trasladar la sede por el mayor coste de vida en la localidad situada en las afueras de San Francisco y por las dificultades para ampliar sus instalaciones.
“Estamos encantados de anunciar que vamos a trasladar nuestra sede a Austin, Texas”, confirmó en sus redes sociales Musk. Y agregó: “No se trata de que Tesla abandone California”.
El empresario explicó que la compañía se acercó al límite de su capacidad en California, aunque aseguró que seguirá creciendo en ese estado.
“Continuaremos expandiendo nuestras actividades en California (…) Nuestra intención es aumentar la producción de Fremont y Giga Nevada en un 50%. Si va a nuestra fábrica de Fremont, está atascado”, dijo Musk.
Sobre la nueva planta en Austin, reconoció que tomará un tiempo en alcanzar el nivel completo de producción: “En Tesla-land lleva más tiempo construir la fábrica que llegar a un gran volumen de producción una vez que la fábrica está construida”.
La planta que la compañía tiene en la ciudad china de Shanghai, por ejemplo, se construyó en 11 meses. Sin embargo, le llevó casi un año lograr una producción de alto volumen.
El pasado mes de mayo ya había adelantado esta posibilidad de cambio de sede: “Tesla trasladará ahora su sede y sus futuros programas a Texas/Nevada “. “Si incluso mantenemos la actividad de fabricación en Fremont, dependerá de cómo se trate a Tesla en el futuro”, añadió en ese entonces.
Tesla está construyendo en Austin una nueva planta de grandes dimensiones para el montaje de vehículos y la producción de baterías.
El empresario ha expresado en numerosas ocasiones su descontento con California y sus críticas hacia el estado, uno de los bastiones del Partido Demócrata, no han hecho más que aumentar desde el estallido de la pandemia.
Musk llegó a calificar de “fascistas” y “encarcelamiento forzado” las órdenes de confinamiento emitidas a principios de la pandemia, en marzo y abril de 2020, por las autoridades para contener la explosión de la covid-19 en el país.
En mayo de 2020, ignoró las órdenes de las autoridades del condado de Alameda, donde se sitúa la planta de montaje de Fremont, de cerrar las instalaciones para seguir las medidas contra la enfermedad.
Musk contó con el apoyo del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que escribió en Twitter que “California debería permitir a Tesla y Elon Musk abrir la planta AHORA. Puede hacerse de forma rápida y segura”.
Tras lo sucedido en el segundo trimestre de 2020, Musk cambió de residencia de Los Ángeles, donde había vivido durante unos 20 años, a Austin. El cambio también ha permitido a Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, reducir de forma significante lo que paga en impuestos.
A pesar de que Musk nunca ha tenido problemas para expresar sus ideas en temas políticos, el empresario ha decidido ahora no criticar a Texas y su gobernador, el republicano Greg Abbott, por sus políticas sociales, entre las más conservadores del país, entre ellas las limitaciones impuestas al aborto.
En septiembre, cuando fue preguntado sobre su apoyo a Abbott y sus decisiones, Musk escribió en Twitter que “en general creo que el Gobierno en contadas ocasiones debería imponer su deseo sobre la población y, al hacerlo, debería aspirar a maximizar su felicidad. Dicho esto, preferiría quedarme fuera de los temas políticos”.
Con información de EFE
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