Betty Snyder Holberton, Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Marlyn Wescoff Meltzer, Ruth Lichterman Teitelbaum y Frances Bilas Spence fueron las encargadas de programar la primera computadora electrónica digital creada en Estados Unidos llamada ENIAC, las siglas en inglés de “computador e integrador numérico electrónico”. De la mano de estas seis mujeres se abría paso el inicio de la computación moderna.
La máquina, que se presentó el 14 de febrero de 1946, fue inicialmente diseñada para hacer cálculos balísticos para el Ejército de los Estados Unidos. Los ingenieros John Presper Eckert y John William Mauchly fueron los que crearon el cuerpo de ese gigante digital que pesaba 27 toneladas, ocupaba una superficie de 167 metros cuadrados y medía 2,5 metros de altura y 24 de longitud.
Eckert se abocó al diseño del hardware y Mauchly al diseño conceptual. ENIAC tenía17.468 lámparas electrónicas, 7.200 diodos de cristal, 70.000 resistencias y 10.000 condensadores. La máquina era capaz de calcular más de 5.000 sumas y 360 multiplicaciones por segundo. Todo un logro por aquellas épocas.
El ejército hizo un acuerdo con la Moore School of Electrical Engineering, de la Universidad de Pensilvania, precursores en el uso de computadoras. Luego de que en 1943, el ejercito aprobara la construcción de ENIAC, Mauchly y Eckert pusieron manos a la obra. Fue una verdadera revolución informática para la época.
Para hacer funcionar el equipo era necesario utilizar cables que se insertaban en las 6.000 clavijas que tenía. La programación requería conectar y cambiar los cables según el cálculo que se fuera a realizar. Las seis mujeres de ENIAC tuvieron a cargo la tarea de generar los programas necesarios para realizar esas tareas. Además de idearlos, cada vez que era necesario ingresaban a la sala para hacer esa tarea de cableado que permitía que el cerebro digital funcionara.
Antes de ENIAC, los cálculos de las tablas de balística eran realizados, a mano, por 80 mujeres matemáticas que trabajaban en la Universidad de Pensilvania. Esas seis mujeres eran parte de ese grupo y fueron elegidas para que le enseñaran a la mega computadora realizar cálculos como los que ellas hacían.
El trabajo de esas 6 mujeres, que eran físicas y matemáticas, fue clave. Crearon rutinas y aplicaciones que implicaban manejar los cables a la perfección para saber cómo tocarlos, cambiarlos o modificarlos para realizar cada uno de los cálculos necesarios.
A pesar de su relevancia, quedaron enterradas en el olvido durante muchos años. En aquel entonces, aparecieron en algunas fotos y se llegó a decir que eran modelos cuya única finalidad era posar junto a las máquinas. Recién en los años ‘90 se supo la verdadera historia de las mujeres que marcaron una revolución informática hacia fines de los ‘40 y sentaron las bases para que la programación fuera accesible y sencilla.
En 1997 obtuvieron un reconocimiento oficial al ser incluidas en el Salón de la Fama de Women in Technology International. Además, en 2014 se hizo el documental The computers basado en la historia de ellas.
El gigante informático que tenía 18 mil válvulas electrónicas consumía tanta energía que se lo solía culpar cuando ocurría algún apagón en Filadelfia, donde estaba instalada. En 1947, ENIAC fue trasladada a la base militar de Aberdeen, donde se usó hasta 1955 para calcular las trayectorias de los misiles nucleares que se hacían en Los Álamos. El 2 de octubre de ese año el proyecto se dio por concluido y la máquina se apagó.
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