Muchos podrían considerar los Juegos Olímpicos como la cúspide de la exaltación del potencial y la excelencia humana, la preparación dedicada de cada uno de los jugadores para sacarle el máximo potencial a sus cuerpos en cada división de la competencia sería una muestra de ello.
Es por eso que más de uno se sorprendió cuando en la mitad del encuentro de baloncesto entre Estados Unidos y Francia apareció un robot para demostrar exactamente cómo es que se debe encestar para conseguir la mayor cantidad de puntos.
El suceso se dio en el medio tiempo del juego. Mientras los equipos se estaban preparando para continuar el partido, el robot se tomó el área de juego y encestó con un tiro directo. Acto seguido retrocedió para alcanzar un balón más y, desde la mitad de la cancha, anotó un tiro limpio de tres puntos como si nada.
Si bien muchos creerían que se trataba de una amenaza del futuro robótico y el primer paso de los autómatas para reemplazar a los humanos, en realidad fue una creación especialmente desarrollada para conmemorar las olimpiadas que se están realizando en Tokio.
CUE es el nombre de este androide elaborado por Toyota que inició su desarrollo en el 2018 como un proyecto que empleados de la gigante tecnológica estaban realizando en su tiempo libre. Esta invención llamó la atención de los organizadores de los Récord Guinness, quienes le ofrecieron una oportunidad al equipo de presentarse para establecer una marca con su robot.
No fue sino hasta 2019 y una versión mejorada del robot, llamada CUE3, que el equipo de trabajadores japoneses batió el récord de “la mayor cantidad de tiros libres consecutivos de baloncesto realizados por un robot humanoide (asistido)”. El robot acertó 2.020 tiros libres en seis horas y 35 minutos, deteniéndose en esa cifra a modo de referencia hacia los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
De esa misma forma, el androide CUE hizo presencia oficial en el histórico evento deportivo para compartir con una audiencia mucho más amplia las habilidades que había desarrollado en estos años. Sin embargo, aún no está claro si la versión del robot que apareció en la cancha es la misma que batió el récord mundial o si se trata de un posible CUE4 con más funciones integradas.
La forma en que funciona CUE3 en específico es elaborando un mapeo en 3D del área de la cesta usando un grupo de sensores que tiene en el torso, una vez identificada la superficie ajusta los motores de sus codos y rodillas para adoptar la posición correcta y finalmente hacer el lanzamiento, imitando el movimiento de un jugador profesional.
Lo más impresionante de la tecnología detrás de CUE es la computación y el procesamiento de información en tiempo real que sus creadores han identificado como “retroalimentación visual”, lo que le permite hacer los movimientos necesarios en el momento exacto y con la mayor precisión.
Este nivel de robótica es bastante impresionante y con unos cuantos años más podría determinar el movimiento humanoide más convincente conocido. Aunque por ahora los jugadores de baloncesto no tienen qué temer, pues aún es demasiado lento para jugar lo suficientemente bien en un partido oficial.
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