“Tarda en llegar, y al final, hay recompensa” dice la canción Zona de Promesas que bien podría musicalizar la historia de Wally Funk, la aviadora de 82 años que ayer viajó a bordo de New Shepard, junto con Jeff Bezos, Mark Bezos y Oliver Daemen.
De ese modo se convirtió en la persona de edad más avanzada en viajar al espacio. Y también logró cumplir su sueño más de 60 años después de haberse preparado para ser astronauta.
En los años 60, Funk y otras 12 mujeres fueron parte de Mercury 13, un programa privado dirigido por el científico de la NASA, el Dr. William Randolph Lovelace II, quien quería quería probar si las mujeres eran tan capaces de volar al espacio como los hombres.
Entre mayo de 1961 y mayo de 1963, las 13 mujeres se sometieron a las mismas pruebas de resistencia física y psicológica que habían atravesado los hombres que formaron parte del programa espacial Mercury 7.
Las mediciones de muchas de esas mujeres, entre ellas las de Frank, superaron las de los hombres que se habían entrenado en el programa mencionado anteriormente y que luego terminó siendo cancelado.
Cuando la NASA se enteró del proyecto de Lovelace, puso trabas. Dijo que era requisito que los astronautas tuvieran experiencia de vuelo militar, lo cual era imposible de cumplir porque en ese entonces las Fuerzas Armadas de EEUU no permitían que las mujeres volaran.
Si bien todas las integrantes del grupo Mercury 13 eran pilotos y tenían experiencia no contaban con entrenamiento militar como el requerido simplemente porque no estaba disponible para ellas.
El proyecto se canceló y las mujeres que fueron parte del Mercury 13 no pudieron seguir adelante con el plan por discriminación de género. Estos vaivenes se cuentan en un documental, que lleva el nombre del proyecto y que se estrenó en 2018 en Netflix.
Muchas se continuaron dedicando a la aviación. Tal fue el caso de Wally Funk que tiene en su haber más de 19.600 horas de vuelo y enseñó a más de 3.000 personas a volar. Si no podía ir al espacio por lo menos se encargaría de sobrevolar los cielos a ciertas altitudes. Después de todo, la cancelación del Mercury 13 no había sido el primer gran “no” que había recibido en su vida.
Cuando era adolescente sufrió un accidente de esquí grave y le dijeron que nunca podría volver a caminar. No sólo caminó, sino que se presentó al programa Mercury (fue la integrante más joven del grupo) y hasta superó las marcas esperadas.
En una prueba en la que tenían que permanecer en un tanque de aislamiento flotando en agua logró batir el récord absoluto. Ahora llegó la revancha para volar, un poco más allá de los límites usuales a los que está acostumbrada cuando navega los cielos como piloto.
“Me preguntaron si quería ser astronauta y dije que sí. Me dijeron que me había ido mejor y que había completado el trabajo más rápido que cualquiera de los hombres. Así que llamé a la NASA cuatro veces y les dije: ‘Quiero ser astronauta’. Pero nadie me tomaba. Pensé que nunca podría ir al espacio”, dice Funk en un video que publicó Bezos previo al vuelo.
La espera terminó y el 20 julio pudo viajar a bordo de New Shepard en un trayecto que duró 10,18 minutos desde el Oeste de Texas hasta superar la línea Kármán ubicada a 100 km de altura y considerada como la frontera del espacio (la nave llegó al punto máximo a 106 Km de altitud).
Tras seis décadas de espera, Funk pudo apreciar la curvatura del planeta y disfrutar de la ingravidez. Y ocurrió en el aniversario número 52 de la llegada a la Luna. Si hay algo no escatimó en esta historia fue la épica.
“Nunca nada se puso en mi camino. Me decían: ‘Eres una mujer no puedes hacer eso’ y yo decía: ‘Adivina qué, no importa lo que eres. Puedes hacerlo si quieres hacerlo’. Y me gusta hacer cosas que nadie ha hecho antes”, se la escucha decir en ese video publicado por Bezos unos días antes del ansiado viaje. Una breve reflexión que deja en claro la energía y determinación que siempre acompañaron a esa mujer.
¿Y ahora qué? Todo indica que irá por más. “Me encantó, quiero volver pronto”. Esa fue una de las frases que dijo Funk en conferencia de prensa tras regresar del vuelo. Habrá que creerle.
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