Jackson Palmer, creador de la criptomoneda Dogecoin, ha vuelto a aparecer en internet con el único propósito de aclara que este modelo económico “es un fraude”.
El ingeniero de software, quien creó junto a un compañero el Dogecoin como una especie de broma en 2013, había abandonado las redes sociales tras eliminar su canal de YouTube y hacer privada su cuenta de Twitter en 2019.
Desde entonces no se había pronunciado ni siquiera por el reciente éxito de su moneda digital, pero finalmente hizo presencia en redes el pasado miércoles tras publicar un extenso hilo en Twitter explicando por qué no piensa regresar al mercado digital.
“Después de estudiarlo por varios años, creo que es una tecnología hipercapitalista inherentemente de derecha”, afirmó el australiano.
En el hilo, Palmer explica que, a pesar de que la criptomoneda surgió como una mejor alternativa a la economía de los grandes bancos, este mercado estaría cometiendo el mismo tipo de errores que el que intentaban reemplazar.
“Es como tomar las peores partes del sistema capitalista y usar software para limitar técnicamente las intervenciones que sirven como protecciones o redes de seguridad para la persona promedio”, agregó.
El ingeniero también aprovechó para quejarse de ciertas personalidades de internet quienes, según él, estan vendiendo “la falsa idea de un día ser un billonario como ellos” y no permiten una discusión apropiada frente al tema.
Las críticas de Palmer hacia personalidades como Elon Musk no son algo nuevo, hace unos meses tras la aparición del multimillonario en el show SNL lo clasificó de “estafador ensimismado”.
A lo largo del hilo, el australiano explicó todos los puntos que encuentra negativos tanto de las criptomonedas como de las comunidades que han surgido a partir de estas, las cuales considera similares a un culto con la mentalidad de “hacerse rico rápidamente”.
Finalmente, el ingeniero aclaró que no volverá a tocar el tema y que, a pesar de todo, piensa que las nuevas tecnologías pueden “hacer del mundo un lugar mejor”, pero únicamente si se tienen en cuenta sus consecuencias políticas y sociales.
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