Nouriel Roubini tiene 62 años, nació en Turquía y es uno de los economistas contemporáneos más reconocidos del mundo. Es profesor de Economía en la Escuela de Negocios Stern, de la Universidad de Nueva York y presidente de la consultora RGE Monitor.
Se hizo muy conocido por ser uno de los pocos que predijo el estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense y la crisis financiera de 2008. También estuvo entre los que advirtieron desde el principio que el COVID-19 paralizaría la economía. En una extensa entrevista con el periodista Tim Bartz en el sitio de noticias Spiegel analizó, entre otras cuestiones, la política de Estados Unidos, las inversiones que deberían hacerse en tecnología y el debate en torno a la posibilidad de establecer nuevas regulaciones para las plataformas tecnológicos.
En relación a este último punto y la decisión de algunas redes de bloquear la cuenta de Donald Trump, Roubini dijo lo siguiente: “Eliminar el acceso de Trump fue lo correcto porque es responsable del levantamiento en el Capitolio. Pero también fue totalmente oportunista. Facebook estaba recaudando ingresos de la publicidad política hasta hace poco, y ahora, al final del mandato de Trump, lo están reprimiendo. Para el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, tiene que ver con el dinero, es un tipo absolutamente repugnante. Twitter y las otras plataformas son malas, Facebook es peor”.
Cuando se le consultó si esperaba que se implementaran regulaciones más estrictas para esta industria, el economista remarcó que los gigante tecnológicos se volvieron demasiado poderosos pero advirtió que no era fácil lidiar con esta situación.
Y aclaró: “Las leyes antimonopolio, por ejemplo, se adaptan a los proveedores monopolistas clásicos, que dictan los precios a través de su poder de ingresos. Las compañías petroleras o de telecomunicaciones solían dividirse sobre esa base. Con los gigantes tecnológicos es diferente: sus servicios no cuestan nada, pero explotan los datos de sus usuarios. Deben regularse de manera diferente, de manera más estricta, pero no dividida. Políticamente, también hay mucho que decir en contra de su ruptura”.
En relación a este último punto dijo que “China utiliza sus empresas digitales como Alibaba o Tencent para la guerra cibernética, por lo que Estados Unidos no puede romper su fuerza digital”. Y advirtió que los gigantes tecnológicos deberían ser parte del engranaje de la seguridad nacional.
Roubini también analizó el futuro de la economía en el marco de las nuevas tecnologías. En este sentido dijo que Estados Unidos debe invertir más en 5G, inteligencia artificial, robótica e infraestructura.
“Biden necesita desarrollar un plan maestro nacional, similar a lo que ha hecho China. Obama se mantuvo en gran medida al margen de la política económica, pero eso ya no funciona, especialmente porque China está creciendo de manera muy agresiva. Sin embargo, tiene que haber un consenso social sobre esto, y eso será enormemente difícil. Y se necesitarán años para ver resultados. Simplemente gastar dinero no es suficiente”, subrayó.
En cuanto a la política interna de Estados Unidos, Roubini anticipó que habrá más levantamientos armados, “especialmente de los nacionalistas blancos, aunque solo sea para provocar a la izquierda”. Por otro lado pronosticó que Rusia y China lanzarán ciberataques contra Estados Unidos y difundirán desinformación.
En tanto, dijo que temía que Trump, quien estará en sus funciones hasta mañana 20 de enero, “podría hacer que Arabia Saudita bombardee la instalación nuclear de Irán en Natanz. Todo lo que tiene que hacer es afirmar que Irán está enriqueciendo uranio, entonces tal ataque sería legitimado e imparable por el ejército estadounidense”.
Si bien solo le quedan unas pocas horas de mandato, Roubini dice que esta decisión solo lleva cuestión de horas y que Trump podría hacerlo para buscar presentarse como un hombre fuerte ante sus seguidores así como para “hacerle la vida difícil a su sucesor Joe Biden, quien favorece el acercamiento con Irán, y hacerle un favor a sus amigos en Israel y Arabia Saudita. Necesitará su dinero para financiar su imperio mediático planeado; los bancos ya no le darán préstamos”.
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