La impresión en 3D va cobrando cada vez más relevancia en el mercado de la construcción. Esta tecnología, que se emplea para fabricación de equipos e indumentaria, también va ganando terreno a la hora de pensar en edificar viviendas.
Esta técnica reduce costos y tiempos, que se trasladan a precios más accesibles. Por otra parte, la impresión en 3D no solo disminuye los residuos, sino también las emisiones de CO2 ya que reduce los traslados necesarios por temas logísticos.
Son múltiples los ejemplos de construcciones realizadas con esta tecnología. Quizás uno de los ejemplos más impresionantes sea el edificio de dos pisos impresos en 3D que se construyó en Warsai, Dubai a fines de 2019. Es el más grande del mundo en su tipo: mide 9,5 metros de altura y tiene una superficie total de 640 metros cuadrados.
Las paredes de hormigón de la estructura se construyeron utilizando una impresora 3D enorme que no sólo redujo el tiempo de trabajo, sino que también disminuyó los costos: se pasó de un valor estimado en 680.660 dólares a menos de 272.264 dólares, según WeForum.
La construcción del edificio impreso en 3D requirió solo 15 trabajadores en comparación con los 30 estimados para un proyecto de esta magnitud. A su vez, la impresión 3D produjo un 60 por ciento menos de residuos que si se hubiesen empleado las técnicas tradicionales, de acuerdo con una publicación en The National.
La empresa estadounidense Apis Cor construyó la estructura utilizando solo una impresora 3D, que se movió por el sitio con una grúa. El edificio administrativo de dos pisos será utilizado por el municipio de Dubai. La ciudad tiene el objetivo de imprimir en 3D el 25% de todos los edificios para 2030. Cabe señalar que Dubai fue también la primera ciudad del mundo en tener una oficina impresa en 3D en 2016, según Reuters.
En julio de 2020, se utilizó una impresora 3D para construir una casa de cemento en Amberes, Bélgica. El proyecto se gestó durante 3 años pero se demoró 15 días en construir la vivienda de dos pisos.
El interior de la casa, ubicada en Kamp C, un centro de experiencia para la construcción sostenible, se terminó empleando mano de obra humana. “El edificio fue diseñado con paredes redondeadas y paredes en ángulo recto”, dijo Piet Wielemans de Kamp C al sitio VRT.
En 2018, una familia de Francia se convirtió en la primera del mundo en mudarse a una casa impresa en 3D. La propiedad de cuatro dormitorios es un prototipo que sirvió como puntapié inicial para generar proyectos que apuntan a que la construcción de viviendas sea más rápida y económica.
La familia Ramadanis, conformada por Nordine, Nouria y sus tres hijos, se mudó a esta casa en Nantes, que surgió fruto de una colaboración entre el ayuntamiento, la asociación de vivienda y la Universidad de Nantes. Se demoró 54 horas en imprimir la vivienda de 95 metros cuadrados, que costó USD 176 mil, un 20% menos de lo que vale una casa realizada por los métodos tradicionales en esa zona.
Una empresa italiana de impresión 3D llamada WASP está construyendo pequeñas casas con una impresora 3D. Estas nuevas viviendas llamadas Gaia tienen 30 metros cuadrados y cuentan con una carcasa exterior impresa en 3D y vigas de madera internas.
La primera casa de este tipo se imprimió en Massa Lombardo, una ciudad de la región italiana de Emilia-Romagna, en octubre de 2018. La vivienda se imprimió utilizando una mezcla de barro natural hecha de tierra tomada de esa zona, así como materiales de desecho de la producción de arroz y cáscaras de arroz.
A mediados de agosto, la firma ICON, con sede en Texas, que ha empleado robótica de impresión 3D para construir edificios en Austin y Tabasco, México, anunció que había obtenido 35 millones de dólares por parte de inversores entre los que se encuentran Moderne Ventures y Bjarke Ingels Group (BIG).
Estos son apenas algunos de los tantos ejemplos que hay en el mercado. Lo que queda claro es que la impresión 3D va cobrando protagonismo en el mercado de la construcción porque permite abaratar costos, reducir tiempos y ofrecer una solución más sustentable.
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