El popular videojuego Pac-Man, que cumplió 40 años el 22 de mayo, marcó un antes y un después en la industria del gaming. Hasta ese entonces se destacaban los juegos violentos, en los que reinaban los disparos y batallas. El Pac-Man llegó con una propuesta diferente: un pequeño personaje que se desplaza por un laberinto mientras va comiendo y busca escapar de unos fantasmas que lo persiguen.
Estableció así un nuevo tipo de juego: fue el primero en darles a los personajes sus propias características individuales, y se diferenció del resto de las propuestas porque no se basaba en batallas, disparos ni en deportes.
Pac-Man fue desarrollado por Toru Iwatani, del estudio Namco, y un equipo de 9 personas hace 40 y hoy todavía sigue siendo una de las franquicias de videojuegos más populares de la historia: vendió 48 millones de copias en todas las plataformas y recaudó más de USD 14 mil millones, la mayoría de los cuales provienen del juego arcade original.
“En los años 70, muchos videojuegos se centraban en la violencia, lo que hizo que las salas de juegos fueran un lugar principalmente para hombres y, en consecuencia, no se sentía muy acogedor”, dijo Iwatani en una nota con The Japan Times. Y añadió: “Esto me inspiró a crear un juego dirigido a un público femenino, para que las mujeres y las parejas que estaban saliendo también pudieran disfrutar de los videojuegos. Recuerdo haber pensado en ese momento en que la gente está interesada en comer, así que decidí centrar un juego de acción en eso“.
En esa entrevista confirmó una especulación que se repitió mucho tiempo: se inspiró en una comida italiana para diseñar el Pac-Man. El personaje es como una pizza a la cual le falta una porción. Fue durante un almuerzo, en el cual justamente iba comer ese plato, en que pensó que el personaje central podría replicar esa estética.
La dinámica que proponía el juego era muy sencilla: Pac-Man debía comerse todos los puntos, frutas y objetos distribuidos por un laberinto mientras escapaba de cuatro coloridos fantasmas, a los que se podía devorar cuando se convertían en suerte de “zombies azules” para así ganar más puntos.
El nombre original en Japón fue Puck-Man que luego migró a Pac-Man porque se pensó que de ese modo tendría mejor llegada al resto del mundo. En España se lo conoció como Comecocos.
Iwatani se había unido en 1977 a Namco con la esperanza de desarrollar máquinas pinball, pero en 1980 presentó esta propuesta totalmente diferente. La compañía no se mostró muy entusiasmada con la idea pero tampoco la desestimaron. Siguieron adelante sin sospechar que sería un hito histórico dentro de la industria.
“Pac-Man fue diseñado para que las personas jugaran con facilidad y cuando estuvieran relajadas, sin exaltación. Así que, cuando se lanzó, no recibimos el tipo de análisis que tuvieron otros juegos”, contó en su momento Iwatani.
Pac-Man tiene 255 niveles superables y un nivel 256 infinito, no previsto, resultado de las limitaciones técnicas para escribir números en sistema binario con ocho dígitos. La cantidad desbordante de datos en 8 bits daba como resultado una distorsión en la pantalla que resultaba imposible de terminar.
El juego fue un éxito inmediato, especialmente en Estados Unidos, donde desembarcó en octubre de 1980. En un año se vendieron más de 100 mil arcades de Pac-Man y la gente hacía filas para jugar este popular título.
El pequeño Pac-Man llegó a aparecer en la portada de la revista Time y protagonizó un popular programa de dibujos animados matutino. Era el comienzo de la fiebre por este título que llegó a tener el récord Guinness por ser el juego arcade de monedas más exitoso, con cerca de 300.000 máquinas vendidas entre 1980 y 1987. Se estima que hasta los años 90 Pac-Man generó ganancias por 2.500 millones de dólares.
Además de la gran cantidad de variantes que surgieron del juego, Pac-Man también estuvo presente en anuncios, series, películas y todo tipo de merchandising. Todavía hoy se siguen estampando vestimenta, artículos para el hogar y de librería con el icónico personaje amarillo.
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