Coronavirus: Apple y Google facilitan el desarrollo de aplicaciones para el rastreo de contactos

Ya hay 22 países que accedieron a las API que permiten identificar y notificar a quienes hayan estado cerca de una persona diagnosticada con Covid-19 con el fin de que se tomen medidas preventivas para frenar la cadena de transmisión del virus.

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Así funciona la tecnología desarrollada por Apple y Google y que sirve como base para el desarrollo de apps de rastreo de contacto.
Así funciona la tecnología desarrollada por Apple y Google y que sirve como base para el desarrollo de apps de rastreo de contacto.

Apple y Google lanzaron la primera versión de la API de su sistema de notificación de contacto pensado para el desarrollo de aplicaciones con la finalidad de detener o disminuir el contagio de coronavirus en la población.

Se llama API a la interfaz de programación de aplicaciones. Cabe señalar que no es una app sino una infraestructura de base sobre la cual se pueden desarrollar aplicaciones. El nombre que utilizan las compañías para este sistema que desarrollaron es “notificación de exposición”.

“La Notificación de exposición tiene el objetivo específico de una notificación rápida, que es especialmente importante para retrasar la propagación de la enfermedad con un virus que se puede transmitir de forma asintomática”, se detalla en el comunicado.

En este caso puntual, la API está ideada para que sea utilizada exclusivamente por gobiernos en el marco de sus gestiones públicas, para ir avanzando hacia cuarentenas administradas que contemplan el aumento de circulación de usuarios pero minimizando las chances de transmisión.

Al menos ese es el espíritu de este tipo de tecnologías que buscan identificar a las personas que se contagian de Covid-19 así como a las personas que hayan entrado en contacto con ellas para tomar medidas que busquen contener la cadena de transmisión.

Ya hay 22 países que se han mostrado interesados en esta API y pidieron tener acceso a ella para desarrollar aplicaciones de rastreo de contacto sobre la base de esta tecnología. España, Austria, Alemania, Estonia, Irlanda e Italia son algunos de esos países, según se puede ver en un estudio realizado por el MIT Technology Review.

Aquí hay que mencionar que ya hay países que están utilizando plataformas de rastreo de contacto con diferentes tipos de tecnologías: algunas se basa en el uso de la ubicación, GPS o el protocolo DP3T. En el estudio mencionado previamente se hace un análisis detallado de este aspecto y también se evalúa el nivel de transparencia y seguridad de las diferentes plataformas en función de diferentes criterios sugeridos por agrupaciones que abogan en favor de los derechos digitales de los ciudadanos. Toda esa información detallada se puede consultar en esta nota.

La app de rastreo de contacto desarrollada por el gobierno de Singapur está basada en Bluetooth y Bluetrace. No usa la tecnología de Apple y Google, según los registros del MIT Technology Review (REUTERS/Edgar Su/Foto de archivo).
La app de rastreo de contacto desarrollada por el gobierno de Singapur está basada en Bluetooth y Bluetrace. No usa la tecnología de Apple y Google, según los registros del MIT Technology Review (REUTERS/Edgar Su/Foto de archivo).

En el caso de la API que lanzaron Google y Apple, vale la pena recordar que se basan sobre tecnología bluetooth e implementan diferentes protocolos de seguridad para cuidar, de la mayor manera posible, la privacidad de los usuarios.

“Cada usuario puede decidir si acepta o no las notificaciones de exposición; el sistema no recopila ni utiliza la ubicación del dispositivo; y si una persona es diagnosticada con Covid-19, depende de ellos informar o no en la aplicación de salud pública. La adopción del usuario es clave para el éxito y creemos que estas fuertes protecciones de privacidad también son la mejor manera de alentar el uso de estas aplicaciones”, se destaca en el comunicado publicado por las compañías.

Hay que mencionar, una vez más, que las empresas desarrollaron y pusieron a disposición una base tecnológica pero que la implementación dependerá en última instancia de los gobiernos: ellos construirán sus aplicaciones sobre la base de esta tecnología y también decidirán cómo se aplicarán.

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