Los 25 países con mejores resultados en la última prueba PISA tienen fuertes políticas educativas en relación con la enseñanza de programación en edades tempranas. Los últimos 10 países del mismo ranking no tienen ningún programa dedicado a este tema.
No es la única coincidencia ni la única razón por la que estos países están en el segmento en el que se encuentran del ranking que evaluó a 79 países, pero es un dato interesante para analizar.
Ese top 25 se divide en dos grandes grupos: los que incluyeron la programación dentro de su currícula obligatoria y los que ofrecen la materia como un programa opcional, gratuito, en la misma escuela y después de hora, con una asistencia que, en promedio, supera el 95%. Es decir, participan casi todos los alumnos.
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Aprender a programar tiene muchísimos efectos indirectos que fueron puestos a prueba una y otra vez, y luego reconfirmados en todo el mundo.
Matchbook Learning, una de las ONG más prestigiosas dedicadas a la inclusión educativa tecnológica, realizó un informe muy detallado que se puede encontrar en su sitio web, donde revela datos increíbles:
Estudiar programación aumenta en el corto plazo, el rendimiento y desempeño de sus alumnos en un 71% en lectura, y un 63% en Matemáticas. Así de simple. Y con una enorme ventaja: a los chicos les encanta aprender a programar.
No se conoce al día de hoy, otra actividad que aumenta tanto y de manera tan veloz las habilidades de los chicos. El país al que mejor le fue en América Latina es Chile, que se encuentra en el puesto 43 del ranking global. Demasiado abajo. Peor le fue México se ubica en el puesto 54 y a Argentina que se encuentra en la posición 63.
En los tres países hay opciones privadas y algunas propuestas del estado, pero ninguna a gran escala ni conectada con la enseñanza escolar. Como si la evidencia no fuera suficiente, enseñarle a programar a todos los chicos en edad escolar tiene, además de efectos en el corto plazo, mejores resultados a mediano y aún mayores en el largo plazo.
El desarrollo cognitivo de cada persona (incluso los adultos) que comienzan a estudiar programación aumenta de forma significativa. Potencian su creatividad, aprenden de los errores, aumentan su pensamiento lógico, consiguen mejores trabajos, tienen significativamente menores posibilidades de cometer crímenes y la lista de ventajas podría seguir casi hasta el infinito.
Steve Jobs decía que “Aprender a programar es aprender a pensar”. La prueba PISA mide exactamente eso.
Las preguntas son imposibles de contestar de memoria ni comparándolas con ejercicios parecidos que el participante ya haya podido haber realizado. Son preguntas pensadas para pensar. Para analizar. Para observar la información que nos dieron y sacar conclusiones.
Igualar la oportunidad que los chicos de cada país tengan para acceder a éste conocimiento, debería ser la prioridad número 1 de cualquier estado. En 50, 10, incluso en 5 años cuando miremos para atrás, algunos países no van a poder creer como no empezaron antes.
Otros van a seguir debatiendo y pensando si es conveniente,cómo, con quién y de que modo llevarlo a la practica.
Leandro Swietarski es fundador y CEO de TecnoKids, academia de Programación y Robótica para chicos.
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