Annie Easley se desempeñó como matemática y especialista en informática en la NASA durante 35 años. Easley fue una de las primeras mujeres en incorporarse en esa agencia de gobierno como "computadora humana", tal como se denominaba a quienes se dedicaban a hacer cálculos matemáticos para evaluar los trayectorias de los primeros vuelos espaciales. Luego formó parte del Centro de Investigación Lewis, que luego pasaría a llamarse el Centro de Investigación Glenn donde participó de varios proyectos de desarrollo de software.
Easley nació el 23 de abril de 1933 en Alabama, Estados Unidos. En ese entonces había un fuerte contexto de segregación racial en ese país. Cabe recordar que todavía no había surgido el movimiento de lucha por los derechos civiles, con lo cual las posibilidades de educación e inserción laboral eran limitadas para la población afroamericana.
En una entrevista que le hizo Sandra Johnson en 2001 y que forma parte del Programa de Historia Oral de la NASA, Easley destacó el rol que tuvo su madre en su educación porque siempre la impulsó a seguir adelante. Según contó, su madre siempre le decía: "Podrás ser lo que quieras ser, pero vas a tener que trabajar para lograrlo".
Luego de finalizar el secundario, Easley estudió Farmacia en la universidad en Nueva Orleans hasta que, luego de casarse, se mudó a Cleveland. En 1955 comenzó su carrera en la NASA cuando todavía se llamaba NACA (por el Comité Asesor Nacional de Aeronáutica).
Decidió buscar empleo allí luego de leer en el periódico un artículo que contaba la historia de dos hermanas que se desempeñaban como "computadoras humanas" en el laboratorio de investigación en Cleveland. La agencia necesitaba personal con conocimientos matemáticos y ella necesitaba un empleo: fue el comienzo de una larga carrera.
Cuando ingresó era una de las únicas cuatro mujeres afroamericanas que trabajaban allí. Uno de sus primeros trabajos consistió en ejecutar simulaciones para la instalación del reactor nucelar Plum Brook. Cuando las computadoras humanas fueron reemplazadas por máquinas, Easley, como muchas de las mujeres que estaban en ese departamento, se reinventó y aprendió a usar el lenguaje de programación Fortran y SOAP.
En la década de 1970, Easley volvió a la universidad, pero no para continuar con sus estudios iniciales en farmacia, sino para obtener su licenciatura en matemáticas. Durante todo ese tiempo siguió trabajando para la NASA a tiempo completo y obtuvo su título de la Universidad Estatal de Cleveland.
Dentro de los múltiples proyectos en los que participó se destaca el desarrollo e implementación de código de programación para analizar tecnologías de energía alternativas. Su trabajo fue clave para el posterior desarrollo de baterías que luego fueron utilizadas en los primeros vehículos híbridos, así como en el cohete de fase superior Centauro.
"Hicimos estudios sobre cómo usar baterías en vehículos. De hecho solíamos tener un pequeño auto a batería", contó en la entrevista que le hizo Johnson.
Eventualmente el Centauro se usaría para lanzar satélites de comunicación y meteorológicos, así como naves espaciales exploratorias. También fue un factor clave en el lanzamiento de la nave espacial Cassini a Saturno en 1997.
Además de su trabajo como científica, tuvo un rol muy importante como divulgadora del trabajo que se hacía en la NASA: dictó clases y no dudó en alentar a sus estudiantes a estudiar carreras vinculadas con la ciencia, las matemáticas y tecnología (STEM, por sus siglas en inglés).
También se desempeñó como asesora dentro del departamento de igualdad de oportunidades laborales dentro de la NASA. Desde este rol, se encargó de contribuir a abordar y resolver situaciones de discriminación en sus distintas formas.
"La discriminación de cualquier tipo puede afectar a mucha gente diferente y a veces esas personas no se dan cuenta de eso", dijo en la entrevista, donde también recordó que fue, junto a su supervisoras, de las primeras mujeres en usar pantalones en la NASA. Esto da una pauta de algunas de las tantas restricciones que se vivían en aquel entonces.
"Tuvimos que luchar para lograr igualdad de oportunidades y todavía estamos luchando en la actualidad", aseguró, haciendo referencia a la situación de las mujeres y las minorías en sus distintas formas.
Easley murió el 25 de junio de 2011 a los 79 años. Además de ser recordada como una científica destacada en la NASA y con un rol clave para lograr igualdad de condiciones más allá de la edad, condición o género, se la recuerda como una persona que sabía trabajar en equipo, era entusiasta y, sobre todo, no bajaba los brazos fácilmente. Su consejo para quienes quisieran adentrarse en el mundo de las ciencias y las matemáticas era simple: "No se rindan. Quédate con eso. No escuches a las personas que siempre te dicen que es difícil, aléjate de eso".
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