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Un viernes por la tarde, meses atrás, un avión de 6 plazas que funciona con hidrógeno sobrevoló el estado de California. Visto desde afuera, el aeroplano es como cualquier otro, pero éste es el primero que logró un viaje sin ayuda de combustibles fósiles, de acuerdo con sus creadores. Su comercialización está planeada para iniciar en 2022.
Hasta ahora, es el vehículo más gran que ha hecho un vuelo sin apoyo de combustibles fósiles. ZeroAvia, con sede en Estados Unidos, es la startup detrás de este nuevo logro. Fue la responsable en diseñar el tren motriz eléctrico alimentado con hidrógeno dentro del avión.
El año pasado se dedicó a hacer pruebas de esta tecnología y esta semana anunció sus planes a futuro: las aeronaves que van a comercializar desde 2022 tendrán hasta 20 asientos y podrán hacer vuelos de distancia corta, hasta 800 km, por la mitad del costo actual.
La empresa busca reducir a cero las emisiones en el aire, pero por ahora no han conseguido que el avión funcione sólo con motor eléctrico y baterías, por eso colocaron celdas de hidrógeno como fuente de energía.
Las iniciativas más comunes contra los combustibles fósiles están enfocadas en automóviles. Los coches eléctricos y los híbridos se han planteado como el futuro de las carreteras libres de vehículos de combustión.
ZeroAvia no es la única que está trabajando en tecnología que reduzca las emisiones de los viajes aéreos, que al año expulsa 900 millones de toneladas métricas de CO2. La startup Ampaire ya realizó su primer vuelo público con aeroplanos híbridos y Eviation trabaja en hacer aviones 100% eléctricos.
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Val Miftakhov, fundador y CEO de la compañía, apostó por las celdas de hidrógeno por el momento porque son aproximadamente cuatro veces más densos en energía que las mejores baterías disponibles hasta ahora y ayudan a completar el viaje de 800 km.
La capacidad de pasajeros es una de las limitantes para utilizar esta tecnología en vuelos comerciales. En el vehículo probado hace unos meses, el hidrógeno se almacena compromido en cilindros de fibra de carbono, como lo hace el Toyota Mirai. Si se quisiera incorporar este sistema a aviones más grandes se necesitaría cambiar por hidrógeno en estado líquido, pero se requieren otras certificaciones y aumenta los riesgos de que ocurra un accidente.
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"Fundamentalmente, no hay restricciones físicas en el tren de potencia de hidrógeno que no permitan su uso en un avión grande para largas distancias", dijo Miftakhov. Los cilindros hacen más pesados a los aviones, por eso no podrían viajar lejos, pero según el CEO, la mitad de los vuelos globales son de 800 km o menos.
Los viajes aéreos también están enfrentando problemas. Entre más grandes son los aeropuertos y los aviones hay más congestión, más tiempo de espera y mayor sobrecarga de seguridad. En su lugar se deberían utilizar las terminales aéreas más pequeñas que existen, al menos eso piensan los creadores del avión cero emisiones, sin embargo, sólo las aeronaves más pequeñas pueden utilizarse por la longitud de la pista y los límites del ruido.
La solución que ZeroAvia propone a las aerolíneas es cambiar a aviones alimentados con hidrógeno para vuelos cortos, lo cual les ahorraría dinero porque reducirían costos de combustible, aumentarían su eficiencia y habría menos mantenimiento.