Rectangular, metálico y en tonos azul y plateado. Así es el primer walkman que salió al mercado. Se trata del modelo TPS-L2 de Sony que vio la luz el 1 de julio de 1979 en Japón. Un año después llegaría a Estados Unidos y paulatinamente iría desembarcando en el resto de los continentes. Este pequeño aparato, que en ese entonces valía unos USD 150, abrió las puertas de un mundo nuevo: la posibilidad de llevar la música a todas partes.
Fue uno de los productos techie más codiciados de aquellos tiempos, y marcó especialmente a la generación de los 80. Hoy, quienes ronden los cuarenta años (y un poco más también) recordarán con nostalgia aquellos primeros equipos su adolescencia.
Eran las épocas de los cassettes y este invento revitalizó este formato. Fue un golpe para los vinilos, que se comenzaron a escuchar cada vez menos, aunque ahora están viviendo un revival de la mano del "retorno de lo retro" algo que está marcado el mundo tecnológico, pero eso es otra historia.
En aquel entonces, el producto de Sony fue todo un logro: presentó un pequeño equipo portátil que ofrecía música de calidad. El éxito fue rotundo: se vendieron 175 millones de unidades.
El walkman ofrecía calidad estéreo y la posibilidad de llevar música donde fuere. Era todo un símbolo de los nuevos tiempos. En 1984 se sumó un sintonizador AM/FM y nueve años después llegó el revolucionario sistema de autorreversa.
Sony discontinuó los walkman en 2010 pero para ese entonces ya habían salido múltiples modelos: con más funciones, colores y de diferentes marcas. También se fue transformando y surgieron otras versiones para CD o MiniDisc. El producto se reinventó. Luego llegaría el iPod y el concepto de cómo escuchar música se transformaría por completo. Y otro tiempo después, con los smartphones y los servicios de streaming se atravesaría una nueva revolución musical.
El origen de esta idea se atribuye a Andreas Pavel, un inventor de origen alemán brasileño, amante de la música, de quien habría surgido esta idea de hacer un producto musical portátil, allá por 1972. Durante la dictadura militar se exilió en Europa, donde intentó vender su idea, pero no tuvo éxito.
Hacia 1986 habría comenzado a hacer negociaciones con Sony por el producto, pero no llegaron a concretar este acuerdo. Luego surgió otra versión de parte de la compañía. Akio Morita, cofundador de Sony publicó en su libro autobiográfico Hecho en Japón que Masaru Ibuka, otro de los fundadores de la empresa, entró a su oficina, un caluroso día de 1979, buscando una solución para escuchar música portátil.
"Me gusta escuchar música, pero no quiero molestar al resto. No puedo permanecer sentado todo el día junto a mi equipo estereofónico. La solución es llevar la música donde vaya, pero el equipo es demasiado pesado", habría dicho Ibuka. Y esto, según la versión original, habría sido lo que sirvió como disparador para pedirle a los ingenieros de la empresa que fabricaran un equipo que habría terminado siendo el Walkman.
Sin embargo, en 2005, tras un juicio que inició Andreas Pavel pidiendo que fuera reconocido como creador del invento, Sony aceptó pagarle los derechos y las regalías, aunque no se difundió la cifra que obtuvo.
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