Beijing está decidido a hacer de Huawei su bandera y llevar el caso al extremo. Es el mejor refugio que encontró la telefónica china en medio de las sospechas que pesan sobre su conducción y sus prácticas sobre espionaje corporativo. Es por eso que en las últimas horas el régimen lanzó una ofensiva comercial contra Canadá que podría redundar en 500 millones de dólares de pérdida para una industria que nada tiene que ver con la tecnológica.
La renovada presión tiene que ver con la detención en diciembre último de la directora financiera de la empresa china, Meng Wanzhou, acusada de realizar maniobras ilegales para eludir las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra la teocracia de Irán. Se trata de la hija del fundador de la compañía, de 46 años, quien fuera apresada en Vancouver y cuya extradición está en proceso. Incluso, el ministro de Relaciones Exteriores chino advirtió a Washington: "Debería tomar en serio las preocupaciones de China", dijo Geng Shuang.
Como represalia al accionar de la justicia canadiense, el Partido Comunista Chino ordenó cancelar las importaciones de los productos cárnicos de aquel país aliado a Donald Trump. Las autoridades chinas a cargo de la medida argumentaron razones sanitarias para hacerlo. La embajada de aquel país en Ottawa señaló que se encontraron "residuos de ractopamina", un aditivo para el alimento de los animales prohibido en China y permitido en Canadá. Extraño: nunca antes los habían detectado.
La tensión en las relaciones entre ambos países crece desde el 1 de diciembre pasado, cuando Meng fue encarcelada en Canadá. Desde entonces el régimen chino hizo propio el asunto y decidió presionar por todas las vías posibles a Justin Trudeau, primer ministro, con quien no quisieron reunirse y quien repite que es un tema judicial. La diplomacia de Beijing, en cambio, decidió detener a ciudadanos canadienses acusándolos de espionaje, lo que generó un escalamiento entre ambas naciones.
Michael Kovrig y Michael Spavor pronto cumplirán siete meses en cárceles secretas chinas, donde solo han recibido pocas visitas consulares. El poder central acusa a Kovrig, ex diplomático canadiense, de espionaje. A Spavor, guía turístico de Corea del Norte, de proporcionarle información. Ambos han sido mantenidos aislados e interrogados varias veces al día en celdas donde las luces no se pueden apagar. Pocos países alzaron la voz contra las torturas que padecen ambos ciudadanos.
En cambio, la justicia de Canadá le permitió a Meng disfrutar de su mansión de 13 millones de dólares para cumplir con el arresto. También goza del beneficio para circular alrededor de 63 kilómetros cuadrados de Vancouver monitoreada electrónicamente.
China tiene un interés particular sobre Huawei. La gigante tecnológica posee la llave para una red de inteligencia que podría darle un poder casi absoluto al régimen comunista. Gracias a las leyes impuestas por el Partido presidido por Xi Jinping, éste tiene la potestad de designar un miembro del organismo en los directorios de las empresas nacionales. La telefónica no es la excepción. De esta forma el régimen accedería a datos de usuarios gracias a la red de 5G que está desarrollando la corporación y que pretende expandir por todo el mundo.
Como consecuencia de ello, varios países analizan suspender el proyecto de la compañía asiática y apuntar hacia otros horizontes aunque ello signifique más tiempo y dinero. Entre quienes tienen dudas sobre la seguridad del 5G chino están los Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido.
Por qué es peligrosa una red 5G en poder de Huawei
"A medida que la Internet de las cosas crece, la superficie de ataque crece". La definición corresponde a uno de los periodistas que más conoce los asuntos de la seguridad informática en los Estados Unidos. David Sanger es el corresponsal en Washington DC del diario The New York Times y un experto en la materia.
La frase la pronunció en una entrevista que mantuvo con Michael Morell, ex subdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) durante la gestión de Barack Obama y quien por estos días está dedicado a la actividad privada y conduce un podcast llamado Intelligence Matters en CBS News.
Es tal la importancia que Sanger le da al poder de las redes digitales que de acuerdo a su análisis su control sería más importante que el poseer armas de destrucción masivas. "La 5G me fascina porque se está convirtiendo con el tiempo en el nuevo Muro de Berlín. Quién controla las redes va a ser mucho más importante en los próximos 20 años que quién tenga misiles de mayor alcance o quién tenga armas nucleares más poderosas", dijo el periodista.
"Para bien y para mal -y creo que es sobre todo para mal-, estamos involucionando en un mundo en el que hay una especie de Internet controlada por el autoritarismo y dominada por la tecnología china", advierte.
Sanger pronostica: "Las decisiones que se tomen en los próximos 18 meses van a determinar realmente a dónde va esto. Porque cuando se mira el ritmo de la tecnología que se está desplegando, cada nación europea, la mayoría de los países africanos y latinoamericanos van a tener que elegir quién está construyendo su red 5G. Porque si no tomas una decisión, básicamente te pierdes la revolución". Y añade:
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