Huawei podría perder algo más que el Google Maps y el Gmail

El indulto propuesto por la Casa Blanca en las últimas horas podría darle tiempo a la empresa tecnológica de replantear su estrategia comercial y sus planes con la red 5G

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El logo de Huawei en el World Mobile Congress de Barcelona (Reuters)
El logo de Huawei en el World Mobile Congress de Barcelona (Reuters)

Huawei podría convertirse pronto en un paria digital. Abandonada por las otras gigantes tecnológicas Google, Intel, Broadcom, Xilinx y Qualcomm-, la empresa china está en riesgo de quedar en soledad y al descubierto en un momento de pleno desarrollo. ¿Cómo afrontará el vacío en un mercado que cada vez mira con mayor recelo sus prácticas comerciales e industriales?

El golpe dado por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos en los últimos días fue devastador. Incluyó a la fabricante de smartphones en su lista negra de exportación por presunto espionaje, lo que limita al máximo la posibilidad de que corporaciones norteamericanas tengan relación con ella.

Horas después de conocerse la sanción, Google anunció el fin de su vínculo. En un futuro próximo, los aparatos chinos no podrán actualizar los servicios básicos de Android. Adiós a Google Maps, Chrome, YouTube Gmail, entre otros. La separación y el impacto podrían ser incluso mayores. ¿Deberá desarrollar su propio sistema operativo para reemplazar al que se ideó en Mountain View? Difícil que cuente con prestaciones de software similares a la de sus competidores. En 2018 casi el 50 por ciento de sus ventas fueron afuera de China. ¿Mantendrá idéntico nivel de recepción con las dudas que se generan a su alrededor?

Por el momento, el órgano responsable de las amonestaciones avisó que daría tiempo hasta agosto próximo para que las redes entre las compañías norteamericanas y china se mantengan al día. Esos tres meses de impasse mantendrán las cosas como estaban hasta el pasado jueves cuando se conoció la decisión. Pero luego del 19 de ese mes, ya no habrá colaboración y el coloso chino deberá encontrar lugar en su propio limbo.

"Esta es una gran crisis para Huawei. En lugar de ser el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo este año, tendrá dificultades para mantenerse (en el puesto) dos. Probablemente se quede atrás. ¿Cuán competitivo puede ser un dispositivo sin las apps más populares?", se preguntó el analista Roger Entner, de Recon Analytics, en diálogo con Reuters.

Ren Zhengfei, fundador de la firma de teléfonos, intentó salir por arriba del laberinto en el que está inmerso. Dijo que los Estados Unidos subestiman su capacidad para el desarrollo de la red 5G. Asegura contar con la cantidad necesaria de chips como para no quedar "aislado" del mundo. Esa posibilidad es la mayor preocupación de los ejecutivos asiáticos. Sin embargo, existen dudas respecto a las reservas que pudiera tener la fábrica: de acuerdo con The New York Times y a la agencia Bloomberg, solo cuenta con microprocesadores para apenas tres meses.

A eso se le suman cimbronazos financieros: sus bonos y acciones bailan al compás que propone la Casa Blanca. La apertura del lunes fue desalentadora por las malas noticias y por el abandono en cadena de proveedores. En tanto, cuando se conoció el semiindulto con vencimiento en agosto, sus números respiraron más aliviados. Fue una advertencia de lo que puede llegar a suceder.

Washington desconfía de Huawei. Sabe que como cualquier empresa china tiene la obligación de extender información de todo calibre al Partido Comunista Chino y al régimen. En rigor, no es solo un mandato. Beijing posee la potestad de designar un delegado en el directorio de cada sociedad. Plenos poderes. El trámite gubernamental para conseguir datos sensibles no sería engorroso: el poder es centralizado y ningún resorte judicial cubriría los derechos de un damnificado.

Con el despliegue de su 5G no solo contaría con potencial acceso a los celulares de cada uno de los usuarios, más allá de cuál sea la marca del smartphone que utilice. Podrá ser Apple, Samsung o Motorola. El solo uso de la sospechada red le permitirá ingresar a información compartida entre Gobiernos, instituciones u organismos de seguridad.

Estados Unidos ya avisó que si Europa adopta la propuesta china, abandonará programas de colaboración electrónica con los Gobiernos aliados. También se lo hizo saber a los socios que integran la llamada Five Eyes (Cinco Ojos), países con los que conforma una alianza de inteligencia: Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Lo hace fundamentando que Huawei ya posee antecedentes de espionaje, lo que se suma a la violación de las sanciones a Irán. Es este último caso el que tiene atrapada en Canadá a su vicepresidente, Meng Wanzhou.

La empresa está ante una encrucijada. Enfrenta las sanciones impuestas por la Casa Blanca o desiste de su tendido de 5G, algo en lo que apostó demasiado tiempo y dinero. Para avanzar en su guerra contará con todo el respaldo económico y político del régimen chino, uno de los más interesados de que la tecnología de la firma se expanda por todo el planeta. El mismo con el que asegura no tener ningún vínculo.

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