Los dueños de Seriesyonkis enfrentan hoy un juicio por piratería, en Murcia, España. Seriesyonkis ofrece acceso a cientos de películas y series, pero sin contar con los permisos correspondientes. Al menos de eso se los acusa.
Puntualmente sobre los cuatro administradores de la página pesa una acusación sobre presuntos delitos contra la propiedad intelectual. En caso de que la Justicia los encuentre culpables podrían enfrentar una pena de dos a cuatro años de prisión, además de tener que pagar una suma mayor a los 550 millones de euros en calidad de compensación económica.
Quiénes son los acusados
Alberto García Sola lanzó el sitio Seriesyonkis y Peliculasyonkis en 2007 cuando tenía apenas 22 años. En ese entonce estudiaba en la Universidad de Murcia y según dijo durante el juicio que comenzó esta mañana en España, para él todo eso era apenas un hobby.
"En esas webs nunca se han subido ni se podían subir películas. Es verdad que sí se permitía a los usuarios compartir enlaces: a qué apuntaran dependía de ellos", declaró ante el tribunal, según publicó el diario El País.
García Sola era dueño de la empresa Pousen, propietaria de Seriesyonkis desde 2009. En 2011 vendió, por 610 mil euros, su emprendimiento a Burn Media, cuyos socios son David Martínez y Jordi Tamargo. Ellos dos también están entre los acusados junto con Alexis Hoepfner, administrador de Burn Media.
Los reclamos y argumentos
La Entidad de Gestión de los Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) reclama 546 millones de euros en total. Y por su parte, la extinta Federación Antipiratería (AFP), ahora representada por Adivan pide 9,5 millones de euros.
Seriesyonkis y Peliculasyonkis no alojaba contenido protegido por derechos de autor sino links a otros sitios donde se podían visualizar dicho contenido. Ése es uno de los principales argumentos de la defensa. Buscan ampararse en el hecho de que las páginas funcionaba solo como intermediarios y,por ende, no pueden ser responsabilizados por esto.
De todos modos en la acusación se recuerda que hay fallos, como el del caso Svensson tramitado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, donde sí se responsabilizaron a las páginas que remiten, por medio de enlaces, a otros sitios que cometen algún tipo de ilícito.
Por otra parte, se destaca que los creadores de los sitios en cuestión buscaban hacer dinero con el emprendimiento ya que tenían anuncios y cuentas premium, con lo cual había ánimos de lucro tras su actividad. Y que lo hacían sabiendo que no era una actividad lícita.
Ésos son los diferentes argumentos. Ahora habrá que ver qué decide la Justicia.
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