¿Cuál es el algoritmo secreto detrás de Tinder? ¿Qué tiene en cuenta la app para presentar los y las candidatas que aparecen en la pantalla del celular? El periodista Austin Carr contó en una nota publicada en Fast Company que la compañía tiene un puntaje de los usuarios llamado Elo que grafica cuán "deseable" es la persona.
Sean Rad, CEO de Tinder, le confirmó al periodista hace tres años que ese puntaje existía pero no detalló en qué se basa. Sí explicó que va más allá de la foto o de cuánta gente haya indicado que ese perfil le gusta. En sus palabras "es un algoritmo muy complicado. Nos llevó dos meses y medio construir el algoritmo por la cantidad de factores que se tienen en cuenta".
Por su parte, Jonathan Badeen, cofundador de la compañía, en ese momento comparó el sistema con el videojuego Warcraft. "Solía jugarlo hace mucho tiempo, y cada vez que juegas con alguien que tiene un puntaje muy alto, terminas ganando más puntos que si jugaras con alguien con un puntaje bajo".
Sin embargo, parece que las reglas cambiaron. El 15 de marzo de 2019, la compañía publicó un comunicado en su blog oficial explicando que la puntuación Elo ya no se usa y que hoy en día Tinder muestra los perfiles en función de la actividad reciente, las preferencias y la ubicación.
"Nos da igual (o no registramos) si tu color de piel es negro, blanco, magenta o azul. Nuestro algoritmo no sabe si ganas 10 dólares o 10 millones de dólares al año y tampoco vamos a colocar a las rubias a la cabeza de tus listas porque supuestamente sean las más divertidas. No creemos en los estereotipos, así que sin importar si estás celebrando el Diwali, carnaval, Eid Al-Fitr o el Día Internacional del Orgullo LGBT, creemos que la fiesta siempre es mejor cuando se juntan personas de todos los ámbitos sociales", se remarca en el comunicado.
La periodista francesas Judith Duportail publicó recientemente un libro llamado L'Amour sous Algorithme (El amor bajo el algoritmo) donde explora los secretos detrás de Tinder, la famosa app de citas que cuenta con 50 millones de usuarios en todo el mundo.
En el libro cuenta que la compañía inició los trámites para patentar un sistema de emparejamiento (matching) que se basaría en varios datos de los usuarios que van mucho más allá de la cercanía y otras cuestiones básicas.
En esta solicitud de patente, se detalla que la app podría emparejar personas con las mismas iniciales o cuyos padres hacen el mismo trabajo. Incluso podría vincular a los posibles candidatos teniendo en cuenta su nivel de educación o ingresos.
En este sentido, se menciona en el documento (a modo de explicación por el criterio que se emplearía) que los hombres son menos proclives a ponerse en pareja con mujeres que ganen más que ellos o que tengan estudios superiores a los suyos, según publica The Telegraph.
¿Implementará la app este nuevo algoritmo? En principio es solo una solicitud de patente, tal como lo explica Duportail en una entrevista con Clique TV. El hecho de que se haya presentado este documento no necesariamente implica que se vaya a realizar.
Muchas solicitudes de patente a veces solo quedan en una idea o intención. Quizás la empresa haya desistido de la idea. Algo que pudo haber ocurrido (o no) por el revuelo que está comenzando a generar la circulación de este libro.
De hecho la publicación del blog de Tinder contando cómo es el algoritmo de la aplicación es bastante reciente. Probablemente la compañía haya sentido que era necesario aclarar, en cierta medida, el funcionamiento de su "fórmula secreta".
Lo que queda claro es que la fórmula tiene su éxito. O al menos es popular. Eso queda plasmado en los 50 millones de usuarios, los 1,6 mil millones de "swipes" o las 20 mil coincidencias (matches) que se dan a diario.
Y sí, esa popularidad también implica la recopilación de un gran volumen de datos. Ése es el otro punto sobre el que reflexiona la autora. De hecho, según contó en una nota que publicó en The Guardian, le pidió a Tinder que le enviara todos los datos personales que tenían de ella, un derecho que está contemplado en la ley de protección de datos de la Unión Europea.
Así, Duportail accedió a un documento de 800 páginas con información sobre sus preferencias, su cantidad de amigos en Facebook, los 1.700 mensajes que había tenido desde que comenzó a usar la app en 2013, y sus conversaciones. Ese enorme volumen de información le permitió tener una mirada en retrospectiva sobre sus deseos, miedos, preferencias y otras tantas cosas más.
Descubrió, por ejemplo, que copió y pegó el mismo chiste en más de una conversación. Una actitud de la que, según contó en el artículo, no se sintió particularmente orgullosa. La app le ofreció una ventana hacia sus "secretos más oscuros".
"Como cualquier típica Millennial estoy constantemente adherida a mi teléfono, mi vida virtual se ha amalgamado completamente con mi vida real. No hay casi diferencia ya. Tinder es cómo conozco gente, así que ésta es mi realidad. Es una realidad que está siendo constantemente moldeada por otros. Buena suerte tratando de descubrir cómo", concluye en su nota.31