Si eres de los que no se cansa de dormir, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Espacial Europea (ESA) tienen el trabajo ideal para ti. Ambas desarrolladoras ofrecen USD 19.000 (equivalente a 366 mil 957 pesos) a los interesados que participen en un estudio sobre los cuerpos humanos cuando se encuentran en el espacio.
Los 24 participantes, 12 hombres y 12 mujeres, tendrán que estar acostados por 60 días y someterse además a 29 días a la aclimatación y la recuperación, para determinar cómo la gravedad artificial podría ayudar a los astronautas a mantenerse saludables en el espacio.
Jennifer Ngo-Anh, líder del equipo de investigación de la ESA, aseguró que este proyecto es producto de la colaboración internacional.
"Para hacer posibles estas misiones, se deben minimizar los riesgos para la salud de los astronautas. Este estudio nos permite abordar el problema de la atrofia muscular causada por la ingravidez, pero también otros factores estresantes como la radiación cósmica, el aislamiento y las restricciones espaciales ", declaró.
Los elegidos por las agencias especiales serán estudiados en el campus de Centro Aeroespacial Alemán (DLR), donde permanecerán en camas con la cabecera inclinada seis grados hacia abajo y con uno de sus hombros tocando el colchón en todo momento, la posición hará que disminuya el flujo sanguíneo en sus cabezas y músculos.
Esta posición permitirá a los investigadores notar los cambios en el cuerpo humano, por las modificaciones de la dieta y el ejercicio físico.
Las agencias espaciales realizarán varios experimentos diferentes a lo largo del estudio, para corroborar la función cardiovascular, el equilibrio, la fuerza muscular, el metabolismo y el rendimiento cognitivo, entre otros factores de los participantes.
"Allí girarán para alentar a que la sangre fluya hacia sus pies y permita a los investigadores comprender el potencial de la gravedad artificial para combatir los efectos de la ingravidez", se lee en el comunicado de la ESA.
Agregó que "la intensidad de la fuerza centrífuga puede adaptarse a cada persona según su tamaño. DLR también puede ajustar el centro de giro para que los sujetos giren alrededor de sus cabezas o sus pechos. Cambiar la posición de esta manera podría tener consecuencias de gran alcance para la rehabilitación, pero como se trata de un dominio nuevo, estas consecuencias son actualmente desconocidas".