Este martes el jefe financiero de Facebook, David Wehner, anunció que la red social sacará este año una herramienta que permitirá a los internautas borrar parcialmente su historial de navegación.
La compañía dirigida por Mark Zuckerberg intentará así resolver las críticas que está recibiendo por su gestión de los datos personales y la falta de privacidad en la plataforma, especialmente tras el caso de la consultora Cambridge Analytica del año pasado.
La futura herramienta no permitirá eliminar por completo los historiales, sino que dará acceso al usuario a la visualización de sus datos compilados por Facebook mediante terceras aplicaciones y otras páginas web, y serán éstas las que los pueda eliminar si así se desea.
Esta medida supone una amenaza para el modelo de negocio de la red social, ya que éste consiste precisamente en la venta de espacios publicitarios "al pormenor", es decir, ajustados a las preferencias de cada persona, con base al historial de navegación y actividades de cada usuario.
La red social logra información detallada sobre cada persona mediante herramientas de análisis y de "rastreo", lo que le permite elaborar perfiles detallados sobre las actividades en línea de cada individuo tanto dentro como fuera de Facebook.
Son los datos que muestran, por ejemplo, si el usuario ha accedido o no a un enlace a través de su cuenta, qué páginas ha visitado dentro de ese enlace, cuánto tiempo ha pasado en ellas, etc.
Pese al riesgo, la compañía ha tomado la decisión de implementar esta opción debido al escándalo que se generó al revelarse que la empresa utilizó una aplicación para recopilar millones de datos de internautas de la plataforma sin su consentimiento con fines políticos. Tras estas acusaciones, el propio Zuckerberg prometió una herramienta para dar más control a los usuarios.
"En líneas generales, esto nos va a dificultar la tarea de dirigirnos a cada persona de una manera tan efectiva como anteriormente", admitió el máximo responsable de las finanzas de la compañía en un acto en San Francisco.
Este anuncio intenta mejorar la imagen de la compañía, la cual atraviesa una profunda crisis de imagen relativa a su gestión de la privacidad y la seguridad de sus datos.
Tan sólo el 20 de febrero, se hizo pública una acusación hecha en Estados Unidos, que acusaba a la compañía de no proteger los datos de salud confidenciales de sus usuarios, luego de que estos publicaran dicha información en grupos cerrados.
En aquella ocasión los denunciantes fueron un grupo de mujeres con una mutación genética, quienes descubrieron que sus nombres, direcciones de correo electrónico y otros datos personales estaban disponibles en la red y eran descargables.