"¿Me puedes dar algo para tomar?" Basta hacerle ese pedido al robot para que ofrezca una botella de gaseosa o un vaso con un trago. Se trata de Rachel, tal como la bautizaron sus creadores. O, según su nombre oficial: el robot XR-1.
Al ir caminando por los pasillos de la feria del Congreso Mundial de Móviles, Rachel de inmediato se hace notar. Uno de los prototipos está en un mostrador acercando bebidas y los otros dos bailan en un escenario para mostrar la flexibilidad en sus movimientos.
Este androide fue desarrollado por la empresa CloudMinds que ofrece soluciones en inteligencia artificial. Cuenta con un movimiento de articulaciones que le permite manipular objetos pequeños con facilidad. Uno de los desafíos dentro del mundo de la robótica es, justamente, dotar de motricidad fina a los robots.
El otro punto para destacar es que está conectado a un cerebro virtual en la nube, una plataforma que dota de inteligencia artificial al sistema y que se conecta a través de redes 4G.
Y la plataforma, según dicen sus creadores, está preparada para dar el salto al 5G. Este tipo de conectividad aportaría muchos beneficios, ya que suma velocidad y reduce la latencia, lo cual permitiría dotar al robot de movimientos más fluidos y precisos.
El robot también cuenta con varios módulos de percepción visual en 2D y 3D así como sensores que le permite interpretar el entorno. De hecho, está pensado para interactuar con humanos. Podría utilizarse en la recepción de hoteles, o para servir comidas y bebidas en bares, entre otras cuestiones.
XR-1 está basado en la plataforma de deep learning Harix y cuenta con un sistema de sensores y visión inteligente que le permite moverse en el entorno sin chocarse con objetos. También se destaca por su estabilidad y diversidad de movimientos, remarcan sus creadores.
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