Hackers de China e Irán han renovado en los últimos tiempos sus ofensivas cibernéticas contra blancos en los Estados Unidos, de acuerdo a expertos privados y funcionarios del gobierno consultados por el periódico The New York Times.
Se han detectado ciberataques contra docenas de bancos, empresas y agencias gubernamentales en los Estados Unidos provenientes de Irán, de acuerdo a siete funcionarios y analistas que permanecen en el anonimato, un auge que se cree ha sido potenciado por la salida del acuerdo nuclear de 2015 ordenada el año pasado por el presidente Donald Trump, que dio inicio a una escalada de tensiones entre Washington y Teherán.
Por su parte hackers chinos han renovado su ofensiva para robar secretos militares e industriales de agencias militares y empresas tecnológicas, de acuerdo a nueve agentes de inteligencia, investigadores privados y abogados, hecho que a su vez ha sido vinculado a la guerra comercial encarada desde comienzos de 2018 por Estados Unidos
Muchos de los funcionarios consultados pertenecen a la Agencia Nacional de Seguridad, mientras que el grueso de los reportes privados provienen de la empresa de ciberseguridad FireEye, señaló el New York times.
En el caso de los ataques iraníes, su peligrosidad fue tal que promovieron una directiva del Departamento de Seguridad Nacional lanzada durante el "shutdown", o cierre de gobierno ocurrido en enero.
China y el espionaje industrial
Entre las empresas atacadas por hackers chinos a la búsqueda de secretos industriales se encuentran Boeing, fabricante líder mundial en aviones comerciales y militares; General Electric Aviation, proveedor líder en partes aeronáuticas y motores; y T-Mobile, empresa de telecomunicaciones de origen alemán. No se sabe si los ataques fueron exitosos.
El fenómeno del ciberespionaje industrial, que incluye el robo de secretos y patentes para luego potenciar industrias chinas, ha sido una constante en las relaciones entre Beijing y Washington pero lo cierto es que se había reducido considerablemente durante el gobierno del anterior presidente estadounidense, Barack Obama.
Obama había llegado incluso a firmar un acuerdo con el presidente chino, Xi Jinping, para limitar estas acciones de hackers.
Pero desde la llegada de Trump a la Casa Blanca y el inicio de la guerra comercial con China, una serie de tarifas diseñadas para proteger industrias estadounidenses, el acuerdo parece haberse roto.
De acuerdo a las fuentes citadas por el New York Times, la situación parece haber vuelto atrás unos cinco años y una vez más hackers apoyados por los gobiernos de China e Irán, así como también por Rusia, están lanzando ola tras ola de ataques con la intención de robar información o simplemente generar caos.
La diferencia actual es que los ataques parecen más sofisticados, como si los países hubieran aprovechado el cese temporal, que también incluyó a las actividades rusas por el entendimiento entre Obama y el entonces presidente Dmitri Medvédev, para prepararse ante la eventualidad de un reanudamiento de las tensiones. Y eso parece haber ocurrido.
Rusia sigue siendo, de hecho, la mayor amenaza en términos de volumen y calidad de los ciberataques, que no se limitan al robo de secretos sino que incluyen el ingreso forzado a las redes de la infraestructura estratégica de Estados Unidos, como sus plantas nucleares, y también la injerencia en procesos electorales.
China, en cambio, parece más concentrada en los ataques motivados por cuestiones comerciales, esperando poder potenciar su economía y sus planes de desarrollo mediante el robo de tecnología y conocimientos estadounidenses.
Adam Segal, director del programa en ciberespacio en el Consejo de Relaciones Exteriores, dijo al New York Times que los esfuerzos chinos se concentran en "abastecer la demanda de su plan quinquenal de desarrollo económico". Aunque no descartó que los ataques también recolectan información por razones militares y en preparación ante un futuro conflicto.
Los ataques chinos no se limitan a Estados Unidos, y el fabricante de aviones europeo Airbus y la empresa de internet noruega Visma han sido también víctimas.
Irán y los objetivos militares
Los hackers vinculados al régimen de Irán, por otro lado, parecen motivados casi exclusivamente por razones militares y estratégicas y han apuntado contra agencia gubernamentales y empresas de telecomunicaciones, las cuales funcionan como puerta de entrada a miles de compañías y agencias.
También se detectaron ataques persas en 12 países europeos y en numerosos sitios en el Golfo Pérsico.
Específicamente los iraníes han atacado blancos en fuerzas policiales, agencias de inteligencia y ministerios. Analistas de la firma FireEye alegan que estos blancos indican una "clásica campaña estatal de espionaje" y no el accionar de un grupo criminal en búsqueda de ganar dinero.
Las autoridades estadounidenses se han tomado seriamente la amenaza persa y se impusieron sanciones en dos empresas iraníes, New Horizon Organization y Net Peygard Samavat Company, dedicadas a organizar eventos para recolectar información y reclutar posibles agentes.
Uno de estos fue la ex especialistas en inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Monica Witt, recientemente acusada de espionaje.
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