Taylor Swift usó reconocimiento facial para identificar acosadores en un recital que hizo en mayo en el estadio Rose Bowl, en California. La cantante recurrió a la tecnología para lidiar con los stalkers y "odiadores" que sufre a diario en las redes sociales.
Como dice en el tema Shake it off: "Los odiadores van a odiar, odiar, odiar". ¿Se los podrá detener de algún modo? Por ahora, se los busca catalogar, algo que puede resultar polémico porque, después de todo, ¿dónde va a parar toda esa información?
El sistema de reconocimiento facial que se usó en ese concierto estaba oculto en un escaparte con una pantalla que mostraba clips de los ensayos de Swift.
Lo que no sabían los que se detenían a mirar esos videos es que sus rostros estaban siendo registrados. Y que esas rostros eran luego enviados a un centro de control en Nashville, Tennessee, donde luego eran comparados con una base de datos donde están registrados varios acosadores de la estrella, según explicó a la revista Rolling Stones Mike Downing, personal de seguridad de Oak View Group, que se encarga de ofrecer servicios de consultoría en lugares como Madison Square Garden.
"Todos los que pasaban por el escaparate, se quedaban mirando y el software comenzaba a funcionar", aseguró Downing, que estuvo en el concierto de Swift y vio cómo funcionaba el sistema de vigilancia. Los representantes de la cantante, sin embargo, no contestaron cuando fueron consultados por este tema por la revista.
No es la primera vez que se usan sistemas de reconocimiento facial se emplea con fines de seguridad. El punto cuál es el límite entre tomar precauciones y la privacidad de los usuarios. Y si bien el concierto es un ámbito privado, el tema en cuestión es el consentimiento. ¿Acaso no deberían los usuarios estar al tanto de que sus rostros serán registrados?
Tal como se menciona en la publicación, este tipo de tecnología parece que seguirá siendo utilizada en el ámbito de la música. Hace unos meses, Ticketmaster invirtió en Blink Identity, una startup que desarrolló sensores con la capacidad de identificar personas que caminan a toda velocidad en apenas medio segundo.
Se supone que esta tecnología permitirá mejorar la distribución y la gestión de los espacios en estadios. En el futuro, también se podría utilizar reconocimiento facial como reemplazo de los tickets o entradas analógica.
Todo se va virtualizando y el control o la vigilancia no escapa a esta tendencia. Cabe recordar que en abril de este año, en China, arrestaron a un sospechoso que se estaba ocultando en un concierto en el Centro Deportivo Internacional gracias a un sistema de monitoreo facial.
China es uno de los países donde más se están empleando la tecnología con fines de prevención del delito. Hace poco se comenzó a usar un sistema que permite reconocer personas incluso por su forma de caminar.
En la Comunidad Europea, por otra parte, se anunció que comenzarán a utilizar un detector de mentiras con inteligencia artificial para controlar el ingreso de extranjeros.
Pero así como avanza el uso de estas tecnologías, se instala la polémica sobre la privacidad de los usuarios y el uso que se hace de esos datos. El tema seguramente seguirá dando que hablar.
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