Empleados de Google realizan un cese de actividades en diferentes oficinas del mundo, en protesta por la actitud que tuvo la compañía respecto de los directivos acusados de acoso sexual.
Hace una semana se supo que Andy Rubin, creador de Android y con un alto cargo en la empresa, recibió una denuncia por acoso sexual de una empleada de la compañía. Google concluyó que la acusación era creíble y lo desvinculó, en 2014. Pero no se fue con las manos vacías: recibió una indemnización de USD 90 millones.
También se supo que la compañía protegió a otros dos ejecutivos: Amit Singhal, quien también se fue con una suculenta suma de dinero y Rich DeVaul, unos de los directores del Laboratorio X, que permaneció en la empresa hasta el martes.
El directivo partió recién después de que se destapara este escándalo, tras la publicación del New York Times. Hasta ahora todo había permanecido en el más estricto silencio.
La protesta de Google, llamada "Paro por el cambio real", es una forma de repudio ante esta actitud de benevolencia que tomó la compañía respecto de los tres directivos acusados de conducta impropia.
En Twitter se pueden encontrar imágenes de las manifestaciones de los empleados de la compañía en diferentes sedes en el mundo, que están siendo compartidas con el hashtag #GoogleWalkout.
Sundar Pichai, CEO de Google, se disculpó por las "acciones pasadas" de la empresa en un correo que envió hace dos días a los empleados. En el texto no se hizo mención a los incidentes pero tampoco se desmintió la información difundida sobre este tema, según publicó AP.
Éste es uno de los tantos casos de acoso y discriminación laboral hacia mujeres que fueron denunciados en el último tiempo en el seno de Silicon Valley. El año pasado, Uber fue centro de un escándalo que terminó con la salida de su CEO y fundador, Travis Kalanick.
Una de las denuncias más polémicas fue la de una ex empleada, Susan Fowler, una ex empleada de la empresa que describió en un blog cómo Uber ignoró acusaciones sobre prácticas machistas y acoso sexual.
Por su parte, en el libro "Brotopia", de Emily Chang, narra la cultura machista que impera en la meca de la tecnología e innovación.
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