Lenovo, el mayor fabricante mundial de computadoras personales, se convirtió en la primera víctima del fenomenal escándalo de espionaje protagonizado por el gobierno chino con microchips instalados en dispositivos tecnológicos.
Las acciones de la firma con sede en Beijing y en Carolina del Norte cerraron este viernes con una baja de 15,1% en Hong Kong. La cotización de la corporación ZTE, otro gigante chino del rubro tecnológico, cayó más de 11 por ciento.
La oscura trama que desencadenó este derrumbe se conoció el jueves, tras la publicación de un informe especial de Bloomberg Businessweek. Según la denuncia, el gobierno chino usó microchips instalados en el corazón de computadoras fabricadas en Estados Unidos para robar secretos de tecnología y para tratar de espiar a agencias de seguridad estadounidenses.
La operación de hackeo es quizás la más audaz realizada por algún estado que jamás haya sido reportada, calificó este jueves la publicación especializada The Verge.
Lenovo trató de despegarse. En un comunicado, aseguró que Super Micro, la empresa acusada de proveer los microchips, no le vende a ninguna fábrica del grupo. Pero no parece haber sido suficiente.
El caso explotó luego de que Amazon contratara a la compañía Elemental Technologies para que la ayudara en una plataforma para expandir sus servicios de video por internet. Elemental, con sede en Portland, Oregon, tenía antecedentes envidiables: hacía programas para comprimir videos y formatearlos de manera que sean compatibles con dispositivos diferentes, desde un celular hasta una pizarra de operación de drones por control remoto.
Incluso la CIA usaba sus servicios, y a Amazon le venía bien que fuera así, porque la plataforma que estaba buscando iba a servirle en parte para la nube de alta seguridad que estaba preparándole precisamente a la CIA, indicó Bloomberg.
El proveedor de los servidores usados por Elemental era Super Micro Computer Inc., una firma de San José, California, que abastecía de "motherboards", o placas principales, a los sistemas de compresión de video para diversas redes distribuidoras.
Como parte de los chequeos de seguridad que estaba haciendo Amazon en el proceso de compra, varias de esas placas fueron enviadas en la primavera de 2015 a una firma de inspección tecnológica en Canadá.
Descubrieron unos minúsculos microchips, del tamaño de un grano de arroz, que no cumplían funciones conocidas en el sistema
Allí las desarmaron, y cuando ya no quedaba nada por ver en el tablero, descubrieron unos minúsculos microchips, del tamaño de un grano de arroz, que no cumplían funciones conocidas en el sistema.
Amazon se lo informó al gobierno de Estados Unidos, y el escalofrío fue inmediato: había servidores de Elemental Technologies instalados en el Pentágono, en los sistemas de operación de drones de la CIA y en buques de la Marina.
La investigación inmediata determinó que, con los microchips ocultos en esas placas, los hackers ganaban acceso a toda la red donde se instalaran los sistemas.
Se supo también que los microchips fueron insertados en las placas por militares chinos en fábricas operadas por subcontratistas de ese país.
Elemental Technologies era solamente uno de los muchos clientes a los cuales Super Micro Computer Inc. abastecía de esas placas y servidores.
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