Para algunos, es una experiencia significativa en sus vidas. Para otros, es una reunión de nerds. La mayoría la toma como una gran oportunidad profesional. ¿Cómo es por dentro el principal evento del año de Google para desarrolladores?
El gigante tecnológico usa el congreso Google I/O, ya en su 11º edición, para presentar sus últimos avances en software (los gadgets y equipos suelen quedar para otra oportunidad) y marcar los lineamientos que encabezan su trabajo. En los últimos años, dejó en claro que su ruta está guiada por la inteligencia artificial como base de sus sistemas.
Cerca de 7.200 personas se reunieron por tercer año consecutivo en el Shoreline Amphitheatre de Mountain View (California), a metros del Googleplex, el complejo de oficinas de la empresa. Los asistentes pagaron hasta USD 1.150 por entrada (luego de un proceso de admisión), con descuentos para la comunidad académica y los miembros de programas asociados. Tras las quejas del primer año en el lugar, era fácil de encontrar las fuentes de agua, bajo el sol que por momentos es abrasador, y todos recibían un envase con bloqueador para la piel.
La apertura, en manos del CEO de la empresa Sundar Pichai, alternando en el escenario con altos ejecutivos de la empresa, enmarca el tono de los tres días que se avecinan.
Con un look informal, el líder indio es observado con fascinación por muchos. Por momentos muestra avances que causan espontáneas ovaciones y suspiros de asombro, como la sorprendente llamada telefónica del Google Assistant que imita sin ninguna huella robótica la forma humana de conversar. En otros, hasta una leve modificación a una barra de volumen genera aplausos de los sectores más entusiastas.
Finalizado el discurso, comienza el congreso para los asistentes, que deben decidir qué hacer ante una agenda cargada de alternativas. "En este tipo de conferencias debes tener un plan, para no quedar abrumado con toda la información y opciones de actividades", apunta Juarez Filho, un desarrollador brasileño fundador de Caravana Web y miembro de la comunidad Google Developer Experts que asiste por cuarta vez.
Entre las opciones, además de escuchar a los oradores principales, están las Sesiones (exposiciones con temas más específicos sobre los diversos sistemas y programas para desarrolladores); una decena de Sandboxes, donde se puede interactuar directamente con las nuevas tecnologías, divididas por especialidades (realidad virtual, inteligencia artificial, realidad aumentada, accesibilidad, entre otros); las Office Hours y App Reviews, en las que se puede consultar directamente a los expertos de Google (conocidos como googlers) las inquietudes y dudas que cada desarrollador pueda tener sobre sus proyectos; y los Codelabs, donde se realizan tutoriales de aprendizaje con la guía de expertos en el sistema que sean de interés del usuario.
"El elemento único de este evento es la oportunidad de conocer a la comunidad mundial de desarrolladores y la posibilidad de hacer preguntas a googlers y expertos que ayudan a alcanzar las metas. Si tienes un proyecto, puedo resolver temas relacionados a la infraestrucura, la escalabilidad, el diseño y las prácticas recomendadas. Si eres un desarrollador de Android, no hay un mejor lugar para estar", añadió Filho.
La comida y bebida no es preocupación para los presentes. Aunque las filas pueden alargarse, el servicio está cubierto por la organización, que ofrece varias opciones para satisfacer cada gusto, incluyendo las dietas veganas o libres de gluten, todo adecuadamente etiquetado.
El ambiente, además, es cada vez menos masculino. Según explica Natan, un colaborador del área de Codelabs, el crecimiento de la participación de las mujeres fue especialmente notorio en 2017, aunque todavía se está lejos de una paridad de género. Google no difundió las cifras exactas sobre el tema.
En el campus se ve gente de todo tipo. Emprendedores que no pierden la seriedad ni se les escapa una sonrisa, o jóvenes que no temen en arrojarse al pasto con su laptop y avanzar sus proyectos libres de formalidades.
Destacan en los Sandboxes el poder darle un vistazo a la realidad aumentada del Google Lens, jugar entre varios usuarios una especie de Batalla Naval sobre una mesa totalmente lisa (a través de la pantalla del celular, viendo objetos que no están allí), las flores que cambian de color y forma según tu gesto facial, nuevas opciones y avances para personas con movilidad reducida… la lista puede ser larga y varía en función de los intereses del participante. Hay para todo gusto.
Por allí circula, siempre llamando la atención, Korea Grandma, una usuaria que emociona a los grupos de surcoreanos, luego de hacerse famosa con sus consejos de maquillaje. Otros participantes concentran miradas con sus llamativos looks. Las banderas de más de una decena de países flamean como si fuese el concierto de una estrella. Aunque estaba en exposición un vehículo Waymo, el coche autónomo de Google, no se podía subir a él (y mucho menos, probarlo).
Incluso, algunos presentes llegan a comparar el evento con un "Coachella de la tecnología", en referencia al festival que cada vez tiene menos de música y más de diseño, marcas y presencias famosas, también celebrado en California.
Claro que no faltaron las selfies, los influencers de Instagram y la música. La segunda noche tiene un cierre musical de la banda Phantogram y el dúo electrónico francés Justice, con un excelente juego de luces. De todas formas, el paralelo suena a exageración. El protagonista nunca dejó de ser la tecnología y el desarrollo.
"Poder salir y ver el mundo a través de la mirada de Google hace que valga la pena venir. Estamos en nuestras propias burbujas y a veces perdemos de vista los impresionantes avances que hay afuera. Por algo Google es un gigante tecnológico", resalta Elaine Fang, una joven ingeniera de software de CBS Interactive.
¿Es negocio pagar hasta más de mil dólares por la entrada de un evento cuyas charlas más importantes pueden seguirse en vivo en YouTube? Ninguno de los asistentes consultados, muchos de los cuales suman los gastos de pasajes y estadía, lo pone en duda.
Cierto es que varias empresas ofrecen beneficios a sus empleados y otros desarrolladores con cierto prestigio reciben descuentos, pero también hay emprendedores y jóvenes que todavía no cuentan con estos recursos. Según coinciden varios miembros de éste ultimo grupo, se paga por el acceso y por la presencia. Acceso a los eventos en el lugar, a poder ver en persona a reconocidos líderes del sector, a conversar con expertos y otros colegas que amplían las conexiones laborales (el ansiado networking). Presencia es dejar registro de que se está asistiendo a estos eventos, de que uno está en actividad. "Es caro, pero creo que la inspiración que trae un evento como este no tiene precio", añade Fang.
El sector puede ser muchas veces individualista, pero el evento también rescata el trabajo colaborativo y el espíritu de una web abierta. Más hacia la tarde-noche, con algo de cansancio, muchos optan por relajarse en un área de juegos.
"Hay cosas que uno no puede hacer solo. Se ven cosas asombrosas. El compartir con colegas y el acceso completo a las personas que verdaderamente están encargadas de desarrollar los avances es increíble, una de las principales razones por las que vengo", detalla el alemán Tobias Mueller-Zielke, fundador de la web Next-Reality, quien combinó su estadía con otras reuniones para sacarle más provecho al viaje transatlántico. El ingeniero causaba curiosidad de a su alrededor por el uso del Google Glass, las gafas que no obtuvieron el éxito deseado, sin llegar al público masivo ni continuarse su desarrollo.
Es tanto el interés por el networking que otros asistentes, que prefirieron no compartir su nombre, lamentaron la falta de actividades organizadas para conocer a otros emprendedores, reconociendo con humor el estereotipo de introvertido que cargan los ingenieros.
Causó sorpresa entre los periodistas que la privacidad, el tema que dominó las noticias de tecnología durante los últimos meses tras el escándalo de Facebook, no sea uno de los puntos centrales y casi pase ignorado en la agenda. Según argumentaron altos ejecutivos, Google ya ha hablado suficiente del tema en los últimos años y mantiene firme su compromiso en respetar los datos del usuario.
La inteligencia artificial, aunque suene a tecnología de ciencia ficción, representa avances que ya tenemos al alcance de la mano, como las recomendaciones personalizadas de música (aprendida en base a tu historial), una cámara que enfoca cada vez mejor (luego de procesar millones de fotos), o cuando tu correo envía mensajes no deseados a la carpeta de spam (según los mails que eliminaste en el pasado sin abrirlos). Pueden sonar desacabelladas las afirmaciones que ha hecho Pichai en los últimos meses, señalando que la AI es una tecnología tan revolucionaria como la electricidad, pero sin dudas puede moldear el comportamiento y la rutina de las próximas generaciones.
En tanto, las tiendas de productos oficiales atienden sin descanso y llegan a quedarse sin stock. Los productos más solicitados son las sudaderas, con un lema geek al estilo "Escribo código, luego existo", y los muñecos del androide de Google.
Cada año se entrega a los asistentes algunos obsequios, que en algunas ediciones eran de tanto valor que superaban el precio de la entrada, lo que ocasionó un problema en la demanda. Por ello, la empresa repensó la estrategia. De todas formas, son adecuadamente elegidos: un Google Home Mini, para no dejar de probar la experiencia del asistente virtual, y un Starter Kit de Android Things, donde los desarrolladores pueden armar sus propios prototipos, con la garantía del soporte de Google.
La gente también aprovecha la cercanía para merodear por las oficinas de la empresa: fotos con las estatuas del famoso robot y poder tener un vistazo -superficial- de lo que sería trabajar en el lugar. Las bicicletas con los colores de la empresa, que los empleados (solo ellos) usan para trasladarse entre los edificios, aparecen regadas en cada tramo del barrio.
De todas formas, los controles son estrictos. Aunque se puede pasear por los parques y las calles internas, toda persona que ingrese a los edificios debe llevar visible su credencial de registro y estar permanentemente acompañada por un empleado. Un colega que se desvió por un momento al baño sin avisar fue intervenido por personal de seguridad y retenido brevemente hasta que la empleada a su cargo fue notificada y se hizo presente.
De vuelta en los sandboxes, el staff anima a todos los presentes a probar los novedosos dispositivos y explicar cuál es el sistema utilizado. En los codelabs, se siente el entusiasmo de los participantes y el ánimo de los organizadores, alentando a los presentes a probar nuevas tecnologías y a resolver las dudas que se presenten. Quienes completen cuatro tutoriales acceden a un sorteo por una entrada del Google I/O 2019. Tal vez, ni los propios entendidos pueden imaginarse qué tipo de avances se lograrán en los 12 meses de espera.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: