En el año 2000 su empresa tenía cien empleados y facturaba cinco millones de dólares. Dieciocho años después, cuenta con más de 125 millones de suscriptores y cotiza cientos de millones de dólares. Aunque ya no forma parte de Netflix, Marc Randolph, uno de sus cofundadores, es una de las palabras más autorizadas a la hora de hablar de comercio digital.
El empresario fue uno de los principales oradores durante la primera jornada del VTEX Day, en San Pablo, ante miles de empresarios, emprendedores, ejecutivos y patrocinadores, entre otros.
Randolph recordó que un día de ese año 2000 le cambió la vida. Blockbuster —por entonces la mayor compañía de alquiler de películas— los había citado a él y a su socio, Reed Hastings, en las oficinas de Dallas, estado de Texas, luego de insistentes cartas de los dueños de Netflix.
Pero las cosas no salieron como pensaban. Los directivos de Blockbuster les preguntaron cuánto creían merecer por Netflix. Randolph y Hastings respondieron que 50 millones. Ahí se terminó la reunión.
Luego la historia es conocida. En cuestión de años, la gente comenzó a ver las películas en streaming y hoy Netflix es el rey en ese mercado.
"Netflix generó una disrupción en el mercado", manifestó Randolph, quien contó que la idea de la empresa se le ocurrió en una tienda de videos. Pero debió pasar mucha agua bajo el puente para llegar a lo que es hoy la compañía.
Al principio fue un modesto negocio de alquiler y venta de DVD por correo. Sin embargo, Randolph y Hastings no se conformaron, y durante bastante tiempo pensaron cómo diferenciar su producto.
Hoy Netflix es un gigante que parece no tener límites. Pero, como todo en la vida, no fue nada sencillo llegar a ese punto.
"No necesitas estar en Silicon Valley para tener éxito", aseguró Randolph a los emprendedores que escuchaban atentamente su historia y su estrategia de negocio.
"Tampoco se necesita un entrenamiento o un diploma especializado. Lo que se necesita son dos cosas: tolerancia al riesgo y una idea", agregó el empresario. Pero aclaró: "No se trata de tener una gran idea, se trata de probar muchas malas".
La "confianza" en uno mismo, y en su idea, también es un factor fundamental, según Randolph: "Nadie sabe nada (…) Yo encontré la idea en una tienda de video. Tengo el orgullo de ser persistente, pero sobre todo optimista".
Pese a ese coraje, confianza y riesgo tomado, el cofundador de Netflix reconoció que nunca imaginó que el servicio alcanzara la magnitud que alcanzó en los últimos tiempos.
Sobre el cierre de su ponencia, el empresario compartió su visión de cómo buscar "la" idea para encarar un proyecto: "Buscar el dolor, mirar el mundo como un lugar imperfecto y pensar qué está mal, pero no tratando de resolver grandes problemas, sino buscando en el entorno más cercano".
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