Diego Majdalani: "Las empresas que no innoven se van a quedar sin negocio en los próximos años"

El vicepresidente de Dell EMC para América Latina dialogó con Infobae en el marco de la conferencia anual que realiza la compañía en Las Vegas. Negocios, innovación y los desafíos para un año marcado por las elecciones en México y Brasil

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Diego Majdalani, vicepresidente de Dell
Diego Majdalani, vicepresidente de Dell EMC para Latinoamérica

Con el objetivo de analizar el impacto y las perspectivas de la transformación digital, Dell EMC realizó esta semana su habitual conferencia anual en Las Vegas, a la que asistieron más de 14 mil personas entre clientes, socios, analistas y periodistas de todo el mundo.

Durante tres días de exposiciones, una de las compañías de tecnología más grandes se propuso mostrar los alcances de las soluciones que ofrecen principalmente en el sector corporativo, donde se encuentra el core de su negocio.

En diferentes keynotes y conferencias de prensa se debatió -entre otros temas- sobre infraestructura, servidores, virtualización, inteligencia artificial, machine learning e internet de las cosas. Pero también hubo espacio para analizar el clima de negocios en la región pese a la reticencia de estas grandes compañías a compartir sus datos de facturación.

Diego Majdalani, vicepresidente para América Latina, aseguró en un diálogo con periodistas del que participó Infobae que en el último año registraron un fuerte crecimiento "en todos los países y en todos los productos". Analizó además los desafíos que enfrentan las empresas de cara a las elecciones en Brasil y en México -donde el populismo tiene chances concretas de ganar- y habló de la "montaña rusa" que representa la región para los ejecutivos.

– Independientemente de la situación favorable que atraviesa su empresa, ¿percibe un mejor clima de negocios en la región?

Sí. Si uno mira el clima de negocios y de innovación de Latinoamérica de hoy y el de hace tres o cuatro años, en todos los países cambió mucho. Y para bien.

–  ¿Y a qué lo atribuye?

Había un montón de demanda insatisfecha de empresas que necesitaban innovar y no lo podían hacer, y hay una generación de compañías que están ahora con ánimos de entrar al mercado y crecer. Esos dos desencadenantes te generan un pico de demanda para satisfacer necesidades del pasado y de quienes miran hacia adelante.

– Este es un momento muy particular en América Latina, donde surgen emprendedores muy interesantes en distintos países. ¿Están observando cómo colaborar con ese nicho de negocios?

La compañía argentina Globant comenzó a trabajar con Dell hace 11 años. Cuando ellos empezaron eran muy chicos. En el proceso durante el cual se transformaron en el unicornio que son hoy trabajaron siempre con nosotros. Destaco ese caso porque una de nuestras características es ser muy flexibles. Todos los días estamos trabajando con emprendedores. Yo empiezo con el cliente que se compra una PC de consumo, después una PC empresarial, luego un servidor y después un almacenamiento sin soltarle la mano nunca.

– ¿Qué actor está tomando el pulso de estas innovaciones?

Muchas veces es el emprendedor que nos contacta. Yo recibo todos los días mails de personas que nos piden una mano y obviamente cuando es un innovador a mí me gusta ayudar incluso aunque no ganemos planta. Yo quiero que esa persona crezca. Latinoamérica es una región económicamente hablando que solo puede salir por innovación. No va a salir por escala, no va a salir por capacidad financiera, no va a salir por relevancia geopolítica; sale por innovación. Y si vos mirás cada uno de los grandes empresarios latinoamericanos, en su momento fueron innovadores. No hay uno que vos digas "este apareció de la nada". Entonces, uno no puede descuidar ese semillero permanente de innovación y de empleo.

La mayoría de los empleadores en la región son pymes, no son las grandes empresas. Lo hacemos hasta por una responsabilidad social de la compañía: innovar es bueno para la región, es bueno para nosotros y tiene una función económica-social.

– ¿Observa amenazas globales a este buen clima de negocios? 

Las amenazas, como usted dice, yo las veo como oportunidades. Siempre impactan, pero yo no conozco región más flexible que Latinoamérica. Yo creo que si un suizo viene a vivir a un país de Latinoamérica se muere de un infarto a la semana. Incluso en Chile, que ha sido el país más estable y pese a ello mantiene una volatilidad enorme.

– ¿Les preocupan las decisiones económicas de Donald Trump y los resultados de las elecciones en la región?

Vienen elecciones en México y en Brasil. Van a surgir desafíos, pero nos hemos adaptado durante 15 años a estos desafíos y lo vamos a seguir haciendo. En Brasil estuvimos con Cardoso, con Lula, con Dilma, ahora con Temer y vamos a seguir.

Yo veo que la región está bastante blindada a muchos de los grandes problemas mundiales. Ustedes piensen cuáles son los tres o cuatro miedos de un europeo: Corea-Estados Unidos, Medio Oriente, China, Trump… ¿Nos afectan? Sí, pero marginalmente. No veo grandes turbulencias, creo que va a ser un gran año para los países y los negocios en la región.

El otro día hablaba con el director de recursos humanos de la compañía y me decía: "Latinoamérica es un entrenamiento para ejecutivos del mundo". Los traés y durante los primeros dos meses creen que saben todo. A los cuatro meses perdieron la mitad del pelo. Y en dos años son tipos totalmente flexibles para ir a cualquier lugar porque realmente requiere una agilidad y una flexibilidad mental para manejar los negocios única.

– ¿Qué porcentaje representa Latinoamérica en los negocios globales de la compañía?

Latinoamérica no es lo más grande ni mucho menos. No es muy distinto al porcentaje habitual de cualquier compañía de tecnología. Pero tenemos dos características: nos jactamos de ser la región más creativa y la más eficiente del mundo. No somos los más grandes, pero somos muy innovadores.

– ¿En qué etapa cree que se encuentra el desarrollo de internet de las cosas?

Internet de las cosas es más un concepto que un producto. Si analizás todo lo que estuvimos hablando en esta conferencia, empezás a ver cómo convergen todas las cosas. Pensar en la transformación digital sin pensar en un ecosistema es imposible.

El otro día hablaba con un cliente. Me decía que no sabe si el 5G va a ser rentable para las compañías de telecomunicaciones porque requiere una inversión muy grande en comparación a lo que fue el salto del 3G al 4G. Mi respuesta fue muy fácil: con la tecnología vos nunca sabés para qué se va a usar. ¿Vos pensás que alguien que armó internet pensó que iba a generar lo que generó? ¡Jamás! ¿Vos pensás que el tipo que inventó el SMS, pensó alguna vez que hoy se habla más por SMS que por mail? ¡Jamás! Entonces, con tecnologías como internet de las cosas o machine learning nuestro rol es habilitar, proponer… El valor que el cliente genera con eso ya depende de los innovadores. Nuestra experiencia ayuda, pero la respuesta la van a dar ellos.

– ¿Qué industria cree que está invirtiendo más para adaptarse a la transformación digital?

Hay tres grandes grupos. El de los innovadores, que son tipos que no se van a dormir tranquilos. Están todos los días pensando qué más pueden hacer. Lo ves en los nativos digitales, como Mercado Libre, que no paran y siguen innovando. Están quienes encontraron elementos de la transformación digital y ya los están monetizando. Y también encontramos a quienes se dan cuenta de que se transforman o se transforman.  Allí pondría a los bancos, que pasaron de decir "esto no nos afecta", a "que bueno es esto que me permite hacer más ventas" y ahora lo ven como una amenaza enorme.

– Lo diferencia entonces por las características de la compañía, no por el sector al que pertenecen.

Algunos bancos en Argentina tienen homebanking como para decir "tengo homebanking".  Hay otros que van hasta el fondo, incluso con nuevos proyectos 100% digitales. Es la misma industria, es el mismo país, pero el enfoque de inversión es totalmente distinto. Además es muy difícil determinar qué tipo de industria es una empresa: ¿qué industria es Amazon?, ¿qué industria es Mercado Libre? Qué sé yo, es muy difícil armar los cortes.

Demostración de la tecnología que
Demostración de la tecnología que utiliza la escudería McLaren en la F1. Todavía no dio los resultados deportivos esperados. “Hay que darle tiempo”, pidió Majdalani.

– ¿Por qué es tan cara la tecnología en América Latina?

Hay cuatro elementos para descomponer los precios: el producto, el soporte, las tasas y la rentabilidad de quien lo vende.  En el caso de Dell, el costo del producto es exactamente el mismo que en Estados Unidos. Y con respecto a la garantía, no hay grandes diferencias de precios en países con suficiente escala.

Las tasas dependen de cada nación. Por ejemplo, Colombia es un país difícil porque tiene un esquema que varía según el precio de ingreso del equipo.  Y cuando yo comparo mi rentabilidad con respecto a la de los Estados Unidos, no es muy distinta.

La logística en Latinoamérica es extremadamente ineficiente. Para entregarte un producto, tengo que dar la vuelta al mundo. En cambio, en Estados Unidos eso es directo. Además, una vez que llego a Estados Unidos tengo una cadena logística súper eficiente.

Ninguna de estas variables es determinante, pero todas juntas te explican la diferencia de precios. Por supuesto que no estamos conformes. Si yo bajo mi costo total para que vos tengas una computadora, voy a vender muchísimo más. Y en todos los pedacitos de la cadena estamos trabajando. Por ejemplo, hablamos con los gobiernos para explicarles qué es la inclusión digital y cómo métodos como el de Colombia no son muy efectivos. En la Argentina lo logramos y ya se ve el resultado.

– ¿Es una cuestión de distancias?

Distancias, costo portuario, costo de movimiento, tiempo en la aduana… Todo. En algunos países me sale más barato subir un tipo al avión con 20 computadoras y que después las traiga de vuelta.

La logística es muy cara. El país más eficiente es Chile, por lejos. Siempre teníamos un costo razonable. En un momento, hace como 10 años, me llaman y me dicen que subió. Resulta que los Estados Unidos habían cerrado la importación del salmón chileno y como yo usaba para traer computadoras el avión que después se llevaba el salmón, mi costos se duplicaron. Esto demuestra lo sensible que es la cadena logística en la región: algo que no tiene nada que ver con usted lo termina afectando.

– ¿No les conviene construir una planta en el sur del continente?

Lo hicimos. Lo que pasa es que cuando una fábrica produce 15 millones de unidades por trimestre y otra hace solo 10 mil, no hay forma de competir.

– ¿Cómo cree que se puede incentivar la innovación principalmente en las empresas que no son nativas digitales?

Innovate or die. No es algo opcional. Si vos no innovás, hay alguien que lo está haciendo y vos te vas a quedar sin negocio en 5, 10 o 15 años. El sentido de urgencia, de relevancia, es algo que en Latinoamérica está pero debe seguir haciéndolo.

Para innovar tenés que pensar distinto. Hay que permitirse innovar, permitirse pensar distinto y saber que quizás te sale mal pero no importa porque aprendiste. El miedo a fracasar provoca muchas veces que ni siquiera empieces. Y luego tenés que volver a intentarlo.

Para innovar hay que tener una idea y ejecutarla. A mí me pasa cuando voy a dormir que se me ocurren cosas rarísimas. Pero quedan sólo en ideas. Los que realmente lo logran son quienes tienen ideas y las ejecutan. No siempre en el mercado el más innovador es el que ganó. Generalmente gana el que innova y ejecuta bien.

Por suerte estos tres elementos están en el ADN  de Latinoamérica, que es una montaña rusa. A pesar de las dificultades que tiene para acceso a un montón de cosas, la capacidad de innovación que tiene la región es brutal. Y es porque la gente está cableada de esa manera.

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