No es la primera vez que Facebook enfrenta un escándalo. Pero en el último mes pasó de todo: bots rusos, políticos enojados en Sri Lanka y en las Naciones Unidas, tuits borrados por el jefe de seguridad, acusaciones de censura.
Sin embargo, todas esas crisis no fueron nada en comparación con la que se desató tras la denuncia de que Cambridge Analytica había usado la información de más de 50 millones de sus usuarios en Estados Unidos para influir en sus decisiones electorales.
"Lo que la empresa esperaba sería una dura tormenta de verano se transformó en un huracán de categoría 5", escribió la revista especializada Wired en una nota titulada "Un huracán arrasa Facebook", firmada por Nicholas Thompson (director de la revista) y Fred Vogelstein.
Lo que la empresa esperaba sería una dura tormenta de verano se transformó en un huracán de categoría 5
Según los autores —los mismos de un reciente articulo sobre los dos últimos "desastrosos" años de la red social— la nueva crisis que golpea a Facebook es diferente a cualquiera de las anteriores porque lo que está en juego, al involucrar la campaña electoral estadounidense, es totalmente diferente.
Por eso, Mark Zuckerberg se convirtió, de repente, en el blanco de críticas y acusaciones. ¿Por qué no controló los servidores de Cambridge Analytica para asegurarse que la empresa efectivamente borrara los datos adquiridos ilegalmente? ¿Cómo puede evitar que algo similar no vuelva a suceder nunca más? ¿Por qué Zuckerberg tardó tanto en hablar?, se pregunta la publicación.
Según Wired, las decisiones tomadas por Facebook en los meses previos a las revelaciones de The Guardian y The New York Times hicieron que pareciera "indiferente a las cuestiones de privacidad y de controles de los datos".
Para la revista, un error fue "decisivo": no haber tomado —en plena campaña presidencial estadounidense— ninguna medida para asegurarse que los datos hubieran sido borrados, como controlar los servidores de Cambridge Analytica, algo que podía hacer de acuerdo a sus términos de servicio.
Wired cita un ejemplo que muestra cómo los directivos subestimaron el problema: cuando en Diciembre de 2015, tras una nota de The Guardian, comenzaron a sospechar de Aleksandr Kogan, el investigador moldavo de la Universidad de Cambridge que desarrolló la aplicación con la que se recolectaron los datos usados por Cambridge Analytica, Zuckerberg en lugar de referirse al asunto en su mensaje de Navidad, habló de los libros que había leído durante el año que estaba terminando.
Facebook tampoco se aseguró con Kogan y Christopher Wylie, el informante en el escándalo, que los datos habían sido efectivamente borrados. "Todo lo que me pidieron fue marcar una casilla en un formulario y enviarlo", contó Wylie a The Guardian.
Recién después de la exclusiva de The Guardian y de The New York Times, un abogado de la empresa, Paul Grewal, le dijo a Wired que "todas las opciones están sobre la mesa".
El resultado es que hoy legisladores, reguladores y usuarios en todo el mundo "comenzaron a cuestionar públicamente la utilidad de usar una plataforma que no hizo nada para protegerlos".
La compañía tiene un poder inmenso, y sólo ahora comenzó a hacerse cargo de su inmensa responsabilidad. Y el mundo ya no es tan indulgente con Silicon Valley como solía ser
El escándalo fue un golpe que no encontró firme a la empresa, cuyas acciones bajaron un 7% el lunes, la peor caída en la Bolsa en cuatro años, con una pérdida de casi USD 5.000 millones para el fundador.
Por otra parte, según Wired, Facebook "sabe que las cosas pueden ponerse peor, mucho peor". "Si la historia de Cambridge Analytica converge con la la historia de la interferencia rusa en la democracia estadounidense" y "si se descubre que los datos recolectados por Cambridge Analytica terminaron en la mano de los troll de Putin" las cosas podrían empeorar hasta causar "una crisis de seguridad nacional".
"La compañía tiene un poder inmenso, y sólo ahora comenzó a hacerse cargo de su inmensa responsabilidad. Y el mundo ya no es tan indulgente con Silicon Valley como solía ser", advierten Thomson y Vogelstein.
Lo cierto, concluye la revista, es que si no encuentra rápido una solución satisfactoria para hacer los datos más seguros, Facebook podría ser sometida a regulaciones más estrictas, como el Reglamento General de Protección de Datos que pronto entrará en vigencia en Europa. Algo similar podría ocurrir en Estados Unidos, donde varios legisladores —tanto demócratas como republicanos— han solicitado que Zuckerberg declare ante el Congreso.
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
Zuckerberg reconoció que Facebook violó la privacidad de sus usuarios
Tras el escándalo de Cambridge Analytica, ¿llegó la hora de abandonar Facebook?