En los años 60 y 70 la carrera espacial estuvo dominada por la competencia entre Estados Unidos y Rusia. El desarrollo tecnológico para liderar el espacio exterior fue una parte importante de la rivalidad entre estas dos naciones durante la Guerra Fría.
En la actualidad, el interés por conquistar el espacio exterior sumó nuevos actores. Los gobiernos de las naciones más poderosas siguen estando interesados en los cielos eternos y todas sus posibilidades. Pero no son los únicos: hay empresarios dispuestos a invertir mucho dinero para lanzar cohetes, organizar viajes espaciales y hasta para colonizar Marte.
El sector privado (en ocasiones por medio de contratos con los gobiernos) también quiere plantar bandera en este rubro y no escatiman en gastos ni en extravagantes puestas de escenas para lograr su objetivo. Los principales actores de la batalla espacial del siglo XXI son multimillonarios, exitosos y gurúes tecnológicos.
Elon Musk
Elon Musk, que tiene una fortuna valuada en 20 mil millones de dólares, es un emprendedor incansable. Generó negocios online cuando todavía era un universo incipiente. La primera compañía que fundó fue Zip2 Corporation para gestionar sitios web; el paso siguiente fue PayPal. Y siguió avanzando: hoy es parte de varias empresas innovadoras como Tesla, Solar City y Space X. Esta última compañía, con la que espera conquistar el espacio, fue creada en 2002.
Con Space X, desarrolló los cohetes Falcon 1 y Falcon 9. En marzo de 2017 logró lanzar y recuperar un Falcon 9 que ya había sido utilizado en 2016 para trasladar una cápsula Dragón. Esto fue un logro importante ya que los cohetes reutilizables permiten reducir costos y tiempos en el traslado de cargas al espacio. La compañía firmó varios contratos con la NASA para transportar satélites. Cada lanzamiento está valuado en unos 100 millones de dólares.
El 6 de febrero de 2018 Space X lanzó al espacio el Falcon Heavy, el cohete más poderoso del mundo después del Saturno V, que se usó en las misiones Apolo. Se trata de un cohete de 70 metros de alto, 27 motores y con una capacidad para posicionar cargas de hasta 64 toneladas en órbita terrestre baja (LEO).
A bordo de la nave viajaba un Tesla Roadster rojo "conducido" por un muñeco al que Musk bautizó como Starman (hombre estelar), que va camino al cinturón de asteroides. Una pequeña falla lo desvió del plan original que era orbitar cerca de Marte.
El próximo paso será el Big Falcon Heavy, con 31 motores, 106 metros de alto y una capacidad de carga de 150 toneladas en órbita baja (LEO). Se lanzaría en 2022 y es un paso más hacia su plan por colonizar Marte.
Jeff Bezos
Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, tiene una fortuna valuada en 115 mil millones de dólares. Es el creador de Amazon, que comenzó como un sitio de venta de libros y se convirtió en el rey del comercio online.
Desde joven se sintió atraído por el espacio y todas las posibilidades que ofrece. Fundó Blue Origin en Washington, en el año 2000, pero se comenzó a saber más sobre sus proyectos en el último tiempo. Al igual que Musk busca optimizar el transporte de cargas y sueña con los viajes tripulados por el espacio.
El 23 de noviembre de 2015, Blue Origin lanzó el cohete New Shepard a una altura de 100,5 kilómetros, que luego hizo un aterrizaje vertical. El fundador de la compañía destacó esto como un un gran hito.
Cabe destacar que se trata de un cohete con menor empuje y potencia que los utilizados para traslados de satélites como el Falcon 9. Pero fue un paso hacia un objetivo más ambicioso.
En septiembre de 2016, el magnate habló por primera vez de New Glenn, un cohete orbital, que se comenzó a diseñar en 2012. En una segunda etapa alcanzaría una capacidad de carga de 45 kilos en LEO.
Su primer lanzamiento sería en 2020 y se usaría tanto para transporte de cargas como de pasajeros.Bezos ya invirtió más de 2,5 millones de dólares en este proyecto.
Richard Branson
El británico Richard Branson, que tiene una fortuna de 5 mil millones de dólares, se lanzó al sueño de la conquista del espacio exterior en 2004. Fue en ese año que creó Virgin Galactic, que es parte del conglomerado Virgin Group.
La empresa busca hacer lanzamiento suborbitales y orbitales, así como viajes tripulados por el espacio.
Viene trabajando hace años en el perfeccionamiento de la nave con la que planea futuras hazañas, luego de que un vuelo en SpaceShipTwo tuviera un desenlace falta en 2014. En ese accidente, que fue una combinación de fallas técnicas y humanas, murió el copiloto y el piloto resultó herido.
En 2017 se retomaron las pruebas y ahora Branson asegura que en abril de 2018 se comenzarán a hacer traslados. Cada vuelo costará 250 mil dólares.
Rocket Lab
La contienda por ganar el espacio es grande y ellos tres no son los únicos actores. En el último tiempo comenzó a sonar fuerte el nombre Rocket Lab, la empresa neozelandesa liderada por Peter Beck.
A fines de enero, la compañía lanzó con éxito al espacio su cohete Electron, que no supera los 17 metros de altura. Fue el segundo lanzamiento del cohete pero la primera vez que la nave lograr llegar a órbita.
Uno de los puntos más interesantes es que integra un motor cuyas piezas principales fueron impresas en 3D, lo cual permite abaratar los costos. Un lanzamiento con este cohete tiene un costo de 5 millones de dólares, bastante pocos para los números que se manejan en la industria espacial.
Claro que en este caso, por las dimensiones y potencia del cohete, sólo se podría utilizar para pequeñas cargas. De hecho, la compañía quiere dedicarse a lanzamientos de pequeños satélites, como la estrella artificial, Humanity Star (Estrella de la humanidad), que lanzaron al espacio.
Se trata de una esfera de 65 paneles y un diámetro de 1,5 metros de fibra de carbono, que la compañía diseñó para que refleje la luz del sol y pueda ser visible desde cualquier punto de la Tierra.
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