Por qué no es tan genial ganarse la vida probando videojuegos

Los game testers son una parte fundamental de la industria del entretenimiento digital. Repiten constantemente secciones de juegos para reportar errores y así mejorar la calidad del producto. Sin embargo este trabajo no es tan idílico como suena

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"Lográ que tu hobbie sea tu trabajo, entonces no tendrás que trabajar", dice una famosa frase. Pero esta visión idílica no siempre se cumple.

Los testeadores de videojuegos o game testers son una pieza fundamental en el armado de un juego. A diferencia de la imagen "relajada" que se puede tener de ellos (personas recostadas en un sillón jugando sin parar), tienen una responsabilidad tan grande como cualquier otro miembro del estudio que desarrolla este tipo de productos.

"Nosotros somos parte de un proceso bastante amplio con mucha gente involucrada", dice Leonardo Pace, que se desempeña como director técnico de Ingeniería de Calidad en Globant, y que tiene más de 10 años de experiencia en la industria.

Sabrina Rivero es analista líder del área de Control de Calidad, y así describe una jornada laboral típica: "Primero, necesito tener la última versión del juego. Después, lo que nosotros hacemos es identificar errores en el juego, los reportamos y asignamos a los programadores y ellos nos mandan después lo que repararon. Nosotros tenemos que testear que eso esté correctamente reparado".

En sí la tarea de un tester consiste en probar determinadas partes de un videojuego una y otra vez hasta encontrar errores que los programadores no previeron o pasaron por alto. Es un trabajo que puede resultar un tanto más repetitivo y rutinario de lo que se cree.

Además, se requiere de mucha atención y precisión a la hora de desarrollar esta tarea. "Lo que nosotros testeamos puede tener diferentes severidades, no es lo mismo un error de un texto que está de otro color a que el juego directamente se apague", analiza Rivero, también miembro de Globant.

No todos los testers trabajan en una oficina, muchos son freelancers. Franco Sandoval es un ejemplo de ello. Empezó hace tres años probando juegos en etapa beta, una etapa antes del lanzamiento. Llegó a probar títulos "para poder aportar mi opinión y ayudar a su desarrollo en algún futuro".

Así explica cómo es el sistema de trabajo del tester freelancer: "Normalmente anuncian los juegos a través de mails promocionales. Para promocionar un futuro juego, normalmente las prebetas/alphas suelen ser gratis, según cuál sea el tipo de juego".

Aunque muchas veces los freelancers deben pagar para poder experimentar un nuevo desarrollo. "Los precios de un juego en estado de desarrollo varían. Hay juegos en los que si pagas su versión más cara, podrás jugar con anterioridad a otros que pagaron un valor más barato".

Diferenciar trabajo de hobby: 

"Cuando uno está jugando por hobby, tiene otro tipo de inocencia, vas descubriendo al juego, vas siguiendo el desarrollo del juego. Cuando lo probás e integrás el proyecto de principio a fin, te tenés que encargar de que no tenga ningún error", asegura Rivero.

Pace va más allá, e incluso dice que "cuando forma parte del trabajo, ya pasa a ser una cuestión profesional. No sé si se disfruta de jugar".

Respecto a la visión que puede tener mucha gente sobre que los game testers tienen "el mejor trabajo del mundo", Leonardo considera que esa es una concepción vetusta y errónea.

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