¿El fin de la obsolescencia programada? Un grupo de investigadores argentinos desarrolló un sistema para alargar la vida útil de smartphones y laptops

Científicos del Conicet y de la Universidad del Litoral en Santa Fe diseñaron materiales especiales capaces de desviar el calor dentro del circuito eléctrico para reutilizarlo de forma más efectiva

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(Istock)
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Los teléfonos y laptops apenas pasan la marca de los 18 meses en buenas condiciones. Es que transcurrido ese tiempo, los equipos empiezan a emitir señales de auxilio: las baterías duran menos, el equipo demora en reaccionar y algunas piezas dejan de funcionar.

Uno de los factores que inciden en este desgaste acelerado es el calor. Las altas temperaturas generadas por las baterías eléctricas, así como las del ambiente repercuten negativamente en los circuitos de los dispositivos electrónicos.

Científicos del Conicet y la Universidad del Litoral del Santa Fe idearon un sistema para utilizar mejor la energía de los circuitos eléctricos (Agencia CyTA-Leloir)
Científicos del Conicet y la Universidad del Litoral del Santa Fe idearon un sistema para utilizar mejor la energía de los circuitos eléctricos (Agencia CyTA-Leloir)

Para poder solucionar este inconveniente y así combatir la obsolescencia (programada o no) de los equipos, un grupo de investigadores argentinos comenzó a diseñar materiales especiales (metamateriales) con propiedades extraordinarias capaces de gestionar el calor dentro de los sistemas electrónicos, para así mejorar su eficacia.

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"Hoy se desarrollan dispositivos para bloquear, concentrar o evacuar el calor. Pero nuestra propuesta va más allá: no sólo queremos lograr esos objetivos, sino también aprovechar integralmente el calor con objetivos complementarios a los originales", explicó a la Agencia CyTA-Leloir, el doctor en ingeniería Victor Fachinotti, investigador del CONICET en el Centro de Investigación de Métodos Computacionales (CIMEC), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Litoral (UNL).

Fachinotti y sus colaboradores, el ingeniero Ignacio Peralta y el doctor en ingeniería Ángel Ciarbonetti, demostraron, por medio de una simulación computacional, que desviar el flujo térmico de una zona a aislar es más efectivo que recubrirla con un aislante.

Captura de pantalla del proyecto ideado por los investigadores
Captura de pantalla del proyecto ideado por los investigadores

"Incluso, el calor podría ser desviado a partes del cuerpo donde pueda ser útil, por ejemplo, para dar calefacción o inducir la deformación en microactuadores [dispositivos que transforman la energía eléctrica o térmica en un movimiento controlable]. Eso tiene aplicaciones interesantes en circuitos electrónicos o en satélites, muy expuestos al calor y con partes muy sensibles al mismo", subrayó Fachinotti.

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Los expertos también idearon modelos de concentradores de calor que podrían usarse para aumentar la eficiencia de colectores y celdas solares, como así también preservar el calor de hornos y cámaras de combustión industriales.

"Otra aplicación posible es la evacuación de la mayor cantidad posible de calor de una zona determinada, lo que incrementaría la eficiencia de los radiadores empleados en calefacción, automóviles, circuitos integrados de computadoras y otros equipos", añadió Fachinotti quien también es profesor adjunto en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL.

Un ejemplo de metamaterial que podría servir para esos fines es un laminado de cobre y la silicona PDMS, que conduce mucho más calor en una dirección (la de las láminas) que en la transversal.

(Con información de Agencia CyTA-Instituto Leloir)

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