Mayors for a Guaranteed Income es una red de alcaldes de los Estados Unidos que lleva adelante 46 programas piloto de ingreso garantizado, que apuntan a que todos los estadounidenses accedan a un piso de ingreso. Se trata de un pago mensual en efectivo que se entrega directamente a las personas y está destinado a complementar la red de seguridad social existente. No es necesario realizar una contraprestación laboral para recibirlo.”Puede ser una herramienta para la equidad racial y de género”, sostiene en su web la red que hasta ahora suma 99 alcaldes y exalcaldes.
La ciudad de Stockton, del Estado de California, fue la primera en poner en marcha el programa. Durante la pandemia de la COVID-19 se procuró paliar las condiciones económicas adversas que padecía un sector de la ciudadanía. En ese contexto, se entregaron cheques mensuales de 500 dólares a 125 residentes de bajos ingresos. Un análisis del primer año del programa, hasta febrero de 2020, encontró que los beneficiarios “mostraron menos depresión, ansiedad y un mayor bienestar” que quienes no recibían la ayuda, sostiene el analista económico Michael Hiltzik en Los Ángeles Times.
Al inicio del programa, el 28 % de los beneficiarios tenía un empleo a tiempo completo. Un año después, la proporción llegó al 40%. Según Stacia West, experta en trabajo social de la Universidad de Tennessee, las personas “pudieron aprovechar los 500 dólares para presentarse y completar una solicitud de empleo: si trabaja a tiempo parcial y cuida a un niño, no hay mucho tiempo en su día”. Según la especialista “la escasez financiera crea escasez de tiempo”.
Hoy son 6.000 las personas de escasos recursos están recibiendo el ingreso garantizado. Un 40 % de los gastos que realizaron los beneficiarios fueron a hipermercados y otros establecimientos minoristas para la compra de alimentos. El segundo mayor gasto, de un 28 %, fue para alimentos en minimercados y restoranes. Los participantes de estos programas también gastaron fondos en vivienda y servicios públicos, atención médica, gastos educativos y transacciones financieras como pagos de préstamos.
“El dinero en efectivo es la forma más simple pero poderosa de hacer el mayor bien para la mayoría de las personas en estos tiempos inciertos”, sostiene Mayors for a Guaranteed Income. Y enumera tres razones. En primer lugar, la circulación que genera el dinero en efectivo. En segundo término, la flexibilidad, ya que no hay dos hogares estadounidenses que sean idénticos en sus necesidades: “Uno necesitará fondos para el alquiler, otros lo necesitarán para el cuidado de los niños y otros para una computadora portátil con la que su hijo pueda participar en el aprendizaje a distancia”. La tercera razón para entregar efectivo es que muchas personas están completamente excluidas de las redes existentes de seguridad social o las alcanzan de manera parcial. “El efectivo puede ayudar a llenar estos vacíos y garantizar que todos los que necesitan ayuda la obtengan”, agregan en la red.
Entre los beneficiarios del plan, el 44 % de los participantes se identificaron como negros, 33 % como mestizos y 25 % como latinos. Los resultados se publicaron en el Tablero de Ingresos Garantizados, una especie de cámara de compensación para las ciudades participantes patrocinada por el Laboratorio de Ingresos Básicos de Stanford, el Centro para la Investigación de Ingresos Garantizados y la red de alcaldes.
La primera ciudad
Según la red Mayors for a Guaranteed Income la inseguridad económica no es un desafío nuevo ni un problema partidista. “La desigualdad de ingresos, que ha existido durante mucho tiempo en nuestro país, continúa creciendo. Incluso antes de la pandemia, personas que trabajaban en dos o tres empleos no podían pagar las necesidades básicas”, sostienen. La pandemia de la COVID-19 expuso aún más la fragilidad económica de la mayoría de los hogares estadounidenses y afectó de manera desproporcionada a las personas negras y latinas.
El primer programa piloto de ingresos garantizados tiene su fundamento en el legado de Martin Luther King y fue Michael Tubbs, el alcalde de Stockton, California, que terminó su mandato en 2021, quien lo puso en práctica. Él es también el creador de la red, en 2020.
Entre los fundamentos de la iniciativa, se destaca que los Estados Unidos es uno de los países más ricos del mundo, pero la prosperidad y el bienestar no se comparten. “La creciente desigualdad de ingresos se ve agravada por una creciente brecha racial en la riqueza. El trabajador blanco medio ganó un 28 % más que el trabajador negro típico y un 35 % más que el trabajador latino medio en el último trimestre de 2019″, dice el texto que presenta la red.
“Las mujeres, en particular las de color, tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, están sobrerrepresentadas en ocupaciones mal pagadas y es mucho más probable que no tengan acceso a licencia por enfermedad ni a beneficios de atención médica”, se describe en el documento. A las mujeres negras se les paga 66 centavos por cada dólar que reciben los hombres blancos y las latinas ganan aún menos, 58 centavos por cada dólar que ganan los hombres blancos.
El ingreso garantizado es un pago mensual en efectivo que se entrega directamente a las personas, es incondicional y no es necesario realizar una contraprestación laboral. “Como alcaldes, nuestros problemas pueden parecer diferentes de un pueblo a otro, pero estamos unidos en nuestro deber de garantizar la seguridad económica de nuestros residentes a través de un ingreso garantizado”, afirman desde la red.
Estado y donaciones
California es el epicentro del movimiento de la red de alcaldes. El programa de Los Ángeles beneficia a 3.200 personas que tienen al menos un hijo y un ingreso anual por debajo del nivel federal de pobreza. Otras ciudades como Oakland y San Diego también se sumaron a la iniciativa. El programa no solo se financia con fondos públicos, sino también con donaciones privadas. Entre ellas, la de Jack Dorsey, fundador de Twitter.
A fines del 2020 Dorsey donó 15 millones de dólares para la iniciativa de ingresos garantizados. Las donaciones fueron destinadas a 15 ciudades de los Estados Unidos, entre ellas Newark, Atlanta, Seattle, Los Ángeles, Compton, Long Beach, Pittsburgh, Oakland. “La filantropía y la caridad no son justicia, pero en ausencia de liderazgo y acción… nuestros electores necesitan ayuda en efectivo”, tuiteó Tubbs en agradecimiento.
Además de lo realizado en California, 300 residentes de Atlanta que viven por debajo del nivel federal de pobreza recibieron 500 dólares al mes durante un año y en Minneapolis, 200 habitantes de vecindarios pobres recibirán el mismo monto durante dos años. En Denver, 260 personas que viven en moteles o refugios de emergencia obtendrán un pago de 6.500 dólares y 500 adicionales al mes durante 11 meses.
“Los alcaldes son los líderes morales del país”, dijo Tubbs, el mentor del programa en una entrevista en Forbes. “Están en la primera línea, respondiendo y trabajando. Era hora de aprovechar lo que habíamos aprendido en Stockton y crear una red de alcaldes y abogar con una voz colectiva por los pagos garantizados en efectivo”.
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