Estamos viviendo otra pandemia poco visibilizada, si comparamos con todo lo que hemos hablado de la COVID-19, y es la de la obesidad y el sobrepeso en las infancias.
La última encuesta nacional de nutrición y salud, realizada en 2019, reveló que la Argentina tiene la tasa más alta de exceso de peso en menores de 5 años de América Latina con un 13,6 % y el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 40 % de los niños y niñas de entre 5 y 17 años y al 70 % de la población con 18 años o más.
En Inglaterra, el municipio de Southwark, al sudeste de la ciudad de Londres, tiene índices de obesidad y sobrepeso que están entre los más altos del país: alcanzan el 43 % entre los niños y niñas de 6 años y el 56 % en las personas adultas. “Esto no solo impacta en la calidad de vida que experimentan nuestros habitantes, sino también en su productividad”, reconoce el Gobierno local en el informe Asunto de todos (Everybody’s Business), publicado en 2016.
En ese texto también sostiene que tener un peso saludable les permite a las personas vivir una vida más larga y sana y desarrollar su potencial. Y que por eso planificó acciones dirigidas a toda la población y, especialmente, a quienes viven en barrios más vulnerables, pertenecen a grupos étnicos con mayor riesgo de tener sobrepeso u obesidad y a las infancias, los jóvenes y las familias.
Southwark diseñó de manera multidisciplinaria un plan integral que incluye desde propuestas gratuitas para hacer natación y gimnasia, distribución de frutas y verduras para las familias en situación de vulnerabilidad y seguimiento de la alimentación que se ofrece en las escuelas hasta novedosas soluciones de diseño urbano.
La comida en el paisaje
¿Qué tienen que ver el sobrepeso y la obesidad con el diseño urbano? La novedosa respuesta se llama foodscapes y se implementó en alianza con la consultora de diseño Gehl, que estudió la relación entre la vida en los espacios públicos y los lugares de comida en algunos barrios de la ciudad.
Desde la perspectiva de Gehl, para modificar los hábitos alimenticios se debe ir más allá de educar a las personas para que tomen mejores decisiones individuales en cuanto a su dieta. “Es necesario diseñar el entorno para influir inconsciente y positivamente en las elecciones diarias, haciendo que la elección saludable sea la más fácil y conveniente. Y para hacer esto, debemos estudiar y comprender en detalle tanto las características del paisaje alimentario como las personas que viven en él”, sostiene la consultora en la presentación del proyecto.
En la misma línea, Evelyn Akoto, miembro del gabinete de Seguridad Comunitaria y Salud Pública, explica que para revertir la obesidad infantil no existe una única y sencilla solución. “Por eso, nuestro enfoque es multifacético. Trabajamos para hacer más saludable el entorno físico en el que los niños viven y juegan, nos preocupa ofrecer oportunidades para comer mejor y promover la actividad física”.
Para diseñar políticas, lo primero que se hizo fue observar a los residentes, sus costumbres y hábitos alimenticios. La consultora estudió en detalle cómo se movían las personas en los espacios públicos. Además, entrevistó personalmente a más de 400 personas de todas las edades desde los 6 años.
Así, descubrió que el uso de plazas y parques es mínimo. También que los y las jóvenes de este municipio pasan la mayor parte de su tiempo en las paradas de autobús y sus alrededores, donde los locales de comida rápida se convierten en lugares de encuentro con amigos.
La consultora profundizó: “Los puntos de venta de comida rápida están ubicados estratégicamente cerca del transporte público con el fin de atraer a los jóvenes estudiantes que van y vienen de la escuela. En todo Londres —Southwark queda cerca de la capital inglesa—, las marcas de comida rápida buscan activamente ubicaciones a lo largo de los corredores de transporte público y las rutas de cercanías populares. De hecho, están dispuestos a pagar tres veces el precio de mercado para tener presencia en estos lugares clave. Como resultado, se han convertido en una extensión de las paradas de autobús. La posibilidad de comprar papas fritas o una hamburguesa que se entregan en menos de tres minutos se ajusta cómodamente al tiempo de espera de la mayoría de los autobuses”.
A su vez, sigue el informe de Gehl, “la falta de oferta de espacios públicos dedicados a los jóvenes hace que los adolescentes busquen socializar en estos lugares de comida rápida. Porque son de bajo costo, tienen asientos informales, brindan wifi gratis y los grupos grandes pueden pasar mucho tiempo ahí. Son lugares donde los adolescentes llegan fácilmente, sienten que pueden pasar el rato sin ser molestados y sus padres saben dónde están. En un vecindario con pocos lugares para pasar el rato y donde hay temor de quedarse en la calle por mucho tiempo, un lugar de comida rápida se convierte en la opción más obvia”.
Los locales de comida rápida ofrecen seguridad y refugio. “Está claro que la comida poco saludable es un síntoma de un problema mayor: la falta de seguridad en las calles y de espacios en los que disfrutar y sentirse bienvenidos. Por lo tanto, para proporcionar alimentos frescos, saludables y asequibles, debemos comenzar a diseñar espacios con cualidades espaciales y sociales que hagan que los jóvenes quieran ir y ofrezcan estas comidas”, concluye el informe.
La política pública
El estado municipal tomó medidas drásticas: prohibió los lugares de comida rápida en un radio de 400 metros alrededor de las escuelas y la publicidad de alimentos no saludables en el transporte público. Para Gehl “estas soluciones son positivas, pero no se relacionan necesariamente con las experiencias alimentarias cotidianas de los jóvenes y, por lo tanto, no influyen ni disuaden directamente sus conductas alimentarias o la frecuencia con la que visitan lugares de comida rápida. Es necesario reducir el acceso a la comida rápida en los centros de tránsito porque es allí donde pasan la mayor parte de su tiempo”.
Para lograrlo, la consultora hizo tres recomendaciones. La primera, tiene que ver con fortalecer el espacio público conectando los servicios existentes con calles amigables para los y las jóvenes, que se puedan transitar caminando o en bicicleta. “Esto también hará que sean más seguras y se reduzca la exposición a la comida rápida en las avenidas principales”, puntualizó.
La segunda propone rediseñar las paradas del transporte público con el fin de ofrecer una experiencia única a las personas mientras esperan. “Si hoy son una extensión de los lugares de comida rápida, las intervenciones deben ofrecer una nueva experiencia social y física más cercana a las escuelas, creando la posibilidad de cambiar los hábitos cotidianos de los estudiantes”.
La tercera contempla la creación de espacios públicos en los que los jóvenes se sientan seguros y a gusto para reunirse, “que sean catalizadores de un nuevo tipo de vida en el barrio”.
En la Argentina, la propuesta hecha por Gehl fue citada como ejemplo inspirador por la Red de Innovación Local (RIL), que conecta a más de 280 gobiernos municipales del país.
Más espacios y actividades
A partir de los aportes hechos por Gehl más información que ya tenía el municipio, el Gobierno local de Southwark comenzó a trabajar en la remodelación de diferentes zonas de la ciudad y creó espacios verdes y entornos más atractivos para que los residentes se mantuvieran físicamente activos.
Otra iniciativa promueve la práctica de natación y de gimnasia. Desde 2016, cualquier vecino que se registre puede hacerlo en los centros de ocio del municipio. “La oferta ha tenido una gran acogida y atrae a niños, jóvenes y adultos que quizás no habían utilizado antes las instalaciones de ocio”, se afirma en un artículo en la web de una asociación de municipios ingleses, Local Government Association.
Y agrega la misma nota: “Las medidas están surtiendo efecto. La oferta de natación y gimnasia tiene 32.750 miembros registrados, el 10,4 % de la población de Southwark. Mientras que el 52 % de los miembros son personas negras o de etnias minoritarias. Mientras que los centros públicos de ocio pasaron de recibir 121.901 visitas en 2018 a 137.230 en 2019″.
El área del Gobierno local que lleva adelante las políticas públicas con las que Southwark busca disminuir la tasa de sobrepeso y obesidad se reúne dos veces al año con todos los organismos involucrados para revisar las estrategias implementadas y realizar los ajustes necesarios.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN.