Cómo funciona el camión que recorre municipios para brindar atención médica primaria a 400 niños por semana

Con las especialidades de pediatría, odontología y oftalmología, el vehículo de 13 metros de largo se instala en localidades con dificultades de acceso a estas consultas

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La unidad pediátrica móvil consiste en un camión adaptado que se instala durante una semana en una localidad
La unidad pediátrica móvil consiste en un camión adaptado que se instala durante una semana en una localidad

Entre los servicios sanitarios que quedaron relegados durante meses por la pandemia se encuentra la atención pediátrica. Esto profundizó la falta de atención de muchos chicos y chicas de localidades de la Argentina con dificultades para acceder a una consulta. Es para estos casos que funciona la Unidad Pediátrica Móvil, un programa de la Casa Ronald de Argentina.

La Casa Ronald es una organización independiente sin fines de lucro que se dedica, desde hace más de 25 años, al acompañamiento de niños, niñas y adolescentes que requieren atención médica de alta complejidad y a sus familias. Su programa más conocido es el que le da el nombre: cuenta con cuatro “casas”, espacios cercanos a los hospitales que brindan contención a familiares de menores que reciben tratamientos médicos por enfermedades de alta complejidad. Están en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Bahía Blanca. En una línea similar, la organización cuenta con “salas familiares”, donde los padres y madres tienen un espacio para descansar mientras el paciente está internado, en cuatro hospitales del país (dos en la Capital Federal, uno en La Plata y otro en Córdoba).

“La función de las casas se circunscribe a niños con tratamientos de alta complejidad, pero la intención es impactar en la mayor cantidad posible de chicos. Así surgen las salas familiares y luego la unidad pediátrica móvil, que se enfoca en la prevención. Trabajamos no con patologías diagnosticadas sino con atención primaria a comunidades con difícil acceso al sistema de salud”, explica Julieta Cortijo, directora ejecutiva de la Casa Ronald de la Argentina.

La segunda unidad pediátrica móvil del país comenzó a funcionar este año, dos décadas después del inicio del programa. (Imagen: gentileza Casa Ronald)

La unidad pediátrica móvil consiste en un camión adaptado que se instala durante una semana en una localidad y dentro del cual profesionales de la salud brindan atención primaria pediátrica, oftalmológica y odontológica de manera gratuita.

Este programa de la Casa Ronald McDonald funciona en 9 países, con 50 unidades pediátricas móviles. En la Argentina, la iniciativa comenzó en 2002 y en estos 20 años, según cuenta la organización en su sitio web, ha brindado más de 100.000 prestaciones médicas gratuitas a niños de la zona carenciadas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco, Mendoza y Río Negro. En total, la unidad pediátrica móvil ha recorrido más de 250.000 kilómetros del país.

El Programa de Casa Ronald se desarrolla en nueve países, con 50 unidades pediátricas móviles. (Imagen: gentileza Casa Ronald)
El Programa de Casa Ronald se desarrolla en nueve países, con 50 unidades pediátricas móviles. (Imagen: gentileza Casa Ronald)

Un nuevo camión

La Argentina fue el primer país, fuera de los Estados Unidos, que contó con una unidad pediátrica móvil: el equipo llegó a estas tierras en 2001 y se puso en funcionamiento al año siguiente. A fines del año pasado, dos décadas más tarde, la Casa Ronald Argentina recibió un nuevo camión. “La unidad anterior ya tenía muchos kilómetros recorridos y era necesaria una nueva. Ahora contamos con un equipo con tecnología de primera”, señala Cortijo.

El camión tiene 13 metros de largo y cuenta con tres consultorios: el pediátrico, el odontológico y el oftalmológico. Entre el equipamiento de la unidad se destaca un monitor para visualizar parámetros fisiológicos; lámpara de hendidura, autorrefractómetro y medidor de agudeza visual portátil —para medir la refracción en niños muy pequeños, inclusive bebés, y detectar eventuales problemas en la visión—, oftalmoscopio y dos sillones odontológicos.

La unidad pediátrica móvil se instala durante una semana en una localidad para brindar atención de lunes a viernes de 9 a 17 h. Esto es lo que en el programa llaman un “operativo”. A los pediatras, odontólogos y oftalmólogos que son parte del equipo contratado por Casa Ronald (rotan, pero siempre hay tres por día), se suman en cada operativo residentes y estudiantes de Medicina de la zona visitada, para que den soporte al médico y se pueda atender la mayor cantidad posible de chicos.

Este año, Casa Ronald programó 18 operativos, concentrados principalmente en tres zonas del Gran Buenos Aires: Pilar, La Matanza y San Miguel. “Buscamos estar más de una vez al año en el mismo lugar”, agrega Cortijo.

La unidad pediátrica móvil tiene capacidad para atender a 80 niños por día, lo que totaliza 400 en una semana. Antes de su llegada a un municipio, se otorgan turnos.

“Siempre buscamos terminar con la planilla completa. Si bien hay cierto ausentismo, esto nos da margen para atender la demanda espontánea, que se genera sobre todo hacia el final de la semana, cuando los vecinos advierten la presencia del camión”, explica la directora ejecutiva de Casa Ronald de Argentina.

La mayor parte de las derivaciones desde la unidad pediátrica móvil son para tratamiento de caries o para provisión de anteojos. (Imagen: gentileza Casa Ronald)
La mayor parte de las derivaciones desde la unidad pediátrica móvil son para tratamiento de caries o para provisión de anteojos. (Imagen: gentileza Casa Ronald)

La articulación, la clave

Al describir cómo se arman los operativos, Cortijo enfatiza algo que considera central: la articulación con las autoridades de cada municipio. “Para garantizar una buena atención son importantes algunas condiciones previas. Por ejemplo, que el municipio brinde con anticipación los turnos, lo que permite que los médicos lleguen directamente a atender”, dice.

Por otro lado, explica, el municipio debe colaborar con cuestiones logísticas relacionadas con el funcionamiento del camión, como brindarle un espacio (que suele requerir cortar calles) y que este lugar esté cerca de un centro de salud que pueda ofrecer soporte de médicos y conexiones eléctricas en caso de necesitarlas.

“Y lo más importante —suma Cortijo— es que el municipio nos tiene que garantizar que en caso de detectarse una patología se podrá hacer una derivación. Porque la unidad pediátrica móvil hace atención primaria, pero si se identifica algo más complejo tenemos que garantizar a la mamá o el papá del niño la derivación a un centro de referencia”.

En el trabajo realizado en lo que va de 2022, el porcentaje de chicos derivados a otros especialistas es del 64 %. En su gran mayoría se trata de derivaciones al área de odontología para arreglo de caries y exodoncias, a oftalmología para provisión de anteojos, a nutrición por problemas de sobrepeso y —en iguales proporciones— a cardiología, fonoaudiología, psicopedagogía, traumatología y dermatología. Un 25 % de las derivaciones son múltiples.

Los médicos de Casa Ronald comparten el trabajo en la unidad pediátrica móvil con residentes, estudiantes de Medicina y profesionales de la salud de cada municipio al que van. (Imagen: gentileza Casa Ronald).
Los médicos de Casa Ronald comparten el trabajo en la unidad pediátrica móvil con residentes, estudiantes de Medicina y profesionales de la salud de cada municipio al que van. (Imagen: gentileza Casa Ronald).

La relación con los municipios también incide en la elección del rumbo que tomará la unidad pediátrica móvil. Porque la Casa Ronald evalúa que se trate de una zona donde exista la necesidad de sus recursos, pero también privilegia trabajar con localidades en las que exista una relación aceitada. “En algún punto, elegimos los lugares que nos pueden garantizar esas condiciones necesarias. Y esto surge de un trabajo que lleva años, no es que empezamos las relaciones ayer, sino que con el tiempo se generan vínculos”, explica Cortijo.

“Lo primero que hacemos al contactarnos con Casa Ronald es acordar una fecha y asignar el centro de salud del distrito que dará soporte. Luego, definimos cuestiones logísticas, como la ubicación del camión, buscando que sea lo más cercano posible al centro, porque a veces ofrece talleres de salud y les podemos proveer del espacio. También, si se va a necesitar bajada de electricidad o qué calles cortar”, refuerza Luis Costan, secretario de Salud de San Miguel, donde hoy termina un operativo de la unidad pediátrica móvil (el segundo del año en esta localidad bonaerense).

“Generalmente los operativos son una experiencia enriquecedora gracias al intercambio entre profesionales del municipio y los de Casa Ronald”, comenta el funcionario. Y agrega que hoy trabajan en conjunto para compatibilizar programas de historias clínicas digitales: “Para que las consultas durante el operativo queden asentadas en nuestro sistema”, explica.

Costan también aclara que los operativos ayudan a que personas que se acercan a la atención pediátrica ofrecida por Casa Ronald también visiten el centro de salud municipal para, por ejemplo, acceder a vacunación.

Y concluye: “Desde el Estado municipal consideramos fundamental el diálogo con la sociedad civil. Con Casa Ronald resulta muy sencillo: tenemos una visión similar de acompañamiento en la salud. Hay resultados excelentes, miles de familias recibieron atención, siempre con eje en prevención de enfermedades y en promover hábitos saludables”.

Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN.

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