Es un movimiento sencillo: se abre la palma de la mano mostrándosela a otra persona, se dobla el pulgar hacia adentro dejando los otros cuatro dedos extendidos y luego se cierran en un puño envolviendo el pulgar. Se le llama “signal for help” o “señal de socorro” y se usa para pedir ayuda de manera discreta en caso de sufrir violencia de género.
La iniciativa de crear este código fue de la Canadian Women’s Foundation (Fundación de Mujeres Canadienses) al advertir que el confinamiento obligatorio dispuesto por los diferentes países a causa de la COVID-19 iba a dejar a muchas mujeres encerradas en sus casas con sus agresores sin la posibilidad de hacer una llamada telefónica o una denuncia para dar aviso. Con un video y campañas en redes, la organización popularizó esta señal, que puede hacerse de manera discreta en una videollamada y disfrazarse de saludo, para que quienes fueran violentadas o estuvieran en riesgo pudieran dar aviso a otras personas. Durante la pandemia la vida se trasladó a las pantallas, a las videollamadas, al Zoom. La señal de socorro se expandió por el ciberespacio.
La fundación canadiense recomienda que quien recibiera la señal no acudiera inmediatamente a la policía o autoridades, sino que intentara ponerse en contacto con la persona que la emitió.
“Si ve que alguien usa Signal for Help, comuníquese con la persona de manera segura para averiguar qué necesita y qué quiere que haga. Es posible que quieran decirle lo que está sucediendo. Si usted o alguien que conoce está en peligro inmediato, llame al 911 o a los servicios de emergencia locales”, dice en su página web.
En su campaña en redes sociales, la organización invitó a las personas a compartir una publicación o un contenido que enseñara el uso de esta señal a sus seguidores, explicara para qué servía, en qué caso se utiliza y qué hacer al recibirla. Buscó popularizarla como una herramienta contra la violencia de género —que creció durante la pandemia— y darla a conocer en todo el mundo.
La señal también fue promovida por organizaciones como la estadounidense Women’s Funding Network y el Banco Mundial. Luego se viralizó, principalmente, a través de TikTok y de YouTube, donde influencers y creadores de contenido subieron videos que indican cómo hacerla y en qué situaciones. Y comenzó a convertirse en una suerte de alerta universal.
Los rescates
En los últimos meses del 2021 se conocieron dos casos, uno en los Estados Unidos y otro en Barcelona, de mujeres que fueron rescatadas de diferentes situaciones de abuso tras utilizar la señal de socorro.
El primero sucedió en Kentucky. Una chica de 16 años viajaba en un auto con un hombre de más de 60. Parecía que saludaba por la ventanilla a los autos que pasaban. Uno de los conductores vio el gesto que ella hacía con la mano y lo reconoció: lo había visto en TikTok, sabía que la chica no estaba saludando sino pidiendo ayuda. De inmediato llamó al 911 y dijo que creía que la adolescente estaba en peligro. Les explicó a las autoridades sobre la señal. Aunque la policía no conocía el gesto, fue a investigar y detuvo el auto. Descubrió que los padres de la joven habían denunciado su desaparición hacía dos días.
El conductor, James Herbert Brick, fue arrestado y acusado de privación ilegítima de la libertad. Según se supo, también tiene un cargo por posesión de pornografía infantil.
El oficial que detuvo el auto contó que la adolescente también le hizo la señal a los policías cuando los vio llegar y alentó a que se conociera en todo el mundo.
A partir de ese caso, autoridades y organizaciones de diferentes países se han sumado a la campaña para difundir esta forma de pedir ayuda.
El segundo caso ocurrió en una clínica, en Barcelona. Una mujer que era víctima de abusos y violencia doméstica hizo la señal cuando acudió a una consulta médica mientras estaba con su pareja, el agresor, en la sala de espera.
Una trabajadora del lugar reconoció el gesto y llamó por teléfono a emergencias. Luego, los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma de Cataluña, detuvieron e interrogaron al hombre.
La mujer declaró a las autoridades que llevaba tiempo siendo víctima de violencia verbal, psicológica y a veces también física por parte de su pareja.
En Barcelona el Programa Te Acompañamos, impulsado por el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau, les brinda a los miembros de la Guardia Urbana un protocolo para reconocer los casos de violencia de género.
En la Argentina
En los últimos seis años prevenir, detectar y combatir la violencia de género se convirtió en una de las demandas sociales más visibles. Aunque se han multiplicado las acciones de la sociedad civil; las áreas de género en los Gobiernos y ciertas políticas públicas; los canales de denuncia; las organizaciones que miden la violencia y contabilizan los femicidios los estudios, informes y reportes e incluso se ha sancionado y aplicado la Ley Micaela —que originalmente obliga a capacitarse en materia de género a todas las personas que forman parte de los tres poderes del Estado, pero también se ha adoptado en otros ámbitos como el deporte—, la media de un femicidio cada 34 horas (según el último informe del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven) no baja.
La campaña nacida en Canadá llegó al país por iniciativa de la cantante Coral Campopiano y la actriz Andrea Campbell. Para darle difusión convocaron a otras mujeres del espectáculo como las artistas Gloria Carrá y Natalia Oreiro,las periodistas Débora D’Amato, Sandra Borghi y Débora Plager y a la bailarina Laura Fidalgo. Las acciones para difundirla contaron con el apoyo del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven.
A nivel institucional, la campaña La Señal de Ayuda (para difundir la seña) fue declarada de interés de la Ciudad para la promoción y defensa de los derechos humanos por la Legislatura porteña, en agosto de 2020.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN