Xavier tiene sensores que le permiten avanzar sin chocar con peatones y vehículos en una ruta de patrullaje configurada de antemano por un humano. Xavier tiene cámaras que pueden enviar imágenes de video a un centro de comando. Xavier puede capturar videos con poca luz e incluso en la oscuridad, con su iluminación infrarroja y led. Xavier envía los datos tomados a un sistema de análisis con inteligencia artificial para detección y análisis en tiempo real. Xavier tiene un tablero que muestra una descripción de su estado. Los humanos pueden recibir esa información, monitorear y controlar varios Xavier a la vez y responder de forma remota a través de un intercomunicador o mediante mensajes de audio grabados. Xavier es el nuevo robot de la policía de Singapur, una ciudad-estado futurista, pulcra, ordenada y videovigilada por este autómata que la recorre desde hace más de un mes.
Robots como este hay muchos: el Robocop de H-Bots Robotics, una start-up con sede en Hyderabad, India, mide 1,5 metros, tiene un sombrero de policía, y su creador, el ingeniero Jayesh Ranjan, lo consideró en 2018 como “la versión beta de un Smart Policing Robot”; en Silicon Valley, la compañía Knightscope creó una serie de robots, los “K”, que graban y transmiten videos, hacen reconocimientos faciales, ya proporcionaron imágenes de 30 matrículas involucradas en infracciones y en un centro comercial californiano redujeron el número de ilícitos de 20 a 1.
Otro robocop —el HP robocop, también de Knightscope— incorpora una pistola eléctrica; el robot Gobetween realiza controles rutinarios en algunas rutas de Estados Unidos con una cámara y un micrófono para comunicarse con los conductores, un escáner y una impresora para hacer multas y el robot Reem recorre Dubai con su aspecto rústico de maniquí de 1,70 metros, 100 kilos y 15 idiomas en un disco rígido. Ninguno de ellos se ve, todavía, como RoboCop de la película de 1987 —que era un cyborg mitad humano, mitad robot—, aunque tal vez no falte tanto para eso.
Singapur quizás logre crear un androide policial perfecto antes que nadie. El segundo puerto más concurrido del mundo es una de las cuatro potencias conocidas como “tigres asiáticos”, y es donde la robótica ocupa un rol central en la seguridad pública, especialmente desde que comenzó la pandemia.
¿Para qué sirve un robot policía? En Singapur, el Equipo-Agencia de Ciencia y Tecnología del Ministerio del Interior (Home Team Science and Technology Agency, HTX) informa que “el despliegue de [el robot] Xavier apoya el trabajo de los humanos, reduce la mano de obra necesaria para las patrullas a pie y mejora la eficiencia de las operaciones”.
“Espero que Xavier sea bien aceptado por los residentes y que todos eventualmente lo vean como un robot icónico y amigable del barrio, que ayuda a que nuestra comunidad sea segura”, dijo Jaslyn Goh, ingeniera líder en el Centro de Especialización en Robótica, Automatización y Sistemas no Tripulados (Robotics, Automation and Unmanned Systems Centre of Expertise, RAUS) también del Equipo-Agencia de Ciencia y Tecnología del Ministerio del Interior.
“La nueva era de robots y drones abre tremendas posibilidades”, dice un comunicado del RAUS. “Gracias a estas tecnologías, los bomberos tienen sus trajes robóticos y autómatas cuando van a misiones y protegen mejor a los ciudadanos y a sus propiedades. Los agentes de policía cuentan con el apoyo de robots que pueden realizar la navegación interior y exterior de forma autónoma, y también son capaces de detectar anomalías en espacios públicos. Pronto, los drones y robots para búsqueda y rescate serán una realidad y ayudarán a localizar y salvar a las personas atrapadas en los escombros después de un desastre y también entregarán desfibriladores en terrenos riesgosos para los humanos. Estas tecnologías cambiarán significativamente las reglas del juego para las misiones que salvan vidas”.
Una pequeña multitud —informa un comunicado del Gobierno de Singapur— fue necesaria para crear el sistema de análisis de video del robot Xavier: los ingenieros de video digital trabajaron en lo que llaman “módulos de detección”, mientras que los ingenieros de software trabajaron en la integración de los sistemas del robot y en el panel frontal que entrega alertas a los operadores humanos.
Durante el proceso, el equipo se enfrentó al desafío técnico de entrenar a los robots en las calles de Singapur, que es un pequeño territorio en el que no hay tantas situaciones como las que las máquinas tienen que aprender. En algunos casos, el equipo complementó las imágenes tomadas de la calle con datos sintéticos generados a través de modelos 3D o datos públicos tomados de internet.
El robot Xavier es un sucesor de una serie de 2016 llamada M.A.T.A.R. (Multi-purpose All-Terrain Autonomous Robots: robots autónomos todo terreno multipropósito). Durante 2020, en cuarentena, Singapur reforzó sus herramientas de seguridad y desplegó piezas de M.A.T.A.R. para ayudar con el patrullaje a pie. Resultado: los M.A.T.A.R. mejoraron las operaciones y redujeron la exposición de los oficiales en zonas con índices altos de COVID-19.
“El despliegue de los M.A.T.A.R. liberó a los agentes de las tareas manuales repetitivas en el patrullaje y los sustituyó en zonas de riesgo”, dijo el ingeniero Goh Boon Kiat. “Un robot puede responder rápidamente, a diferencia de los humanos, que primero tienen que ponerse el equipo de protección personal completo. Mientras estábamos haciendo algunas modificaciones en una zona de descanso, escuchamos a oficiales de primera línea que tenían conversaciones casuales sobre las preocupaciones de su familia respecto de su bienestar. Aunque la misión del robot puede parecer sencilla, los beneficios que brinda son muy reales y van más allá de proteger a nuestros oficiales: también protegen a sus seres queridos”.
Ahora el robot Xavier patrulla Singapur atento a la gente que fuma en áreas prohibidas, los vendedores ambulantes ilegales, las bicicletas mal estacionadas, las reuniones de más de cinco personas (de acuerdo con las medidas vigentes de sanidad por la pandemia) y las motos en las veredas. Cuando detecta algo de eso, envía una alerta al centro de comando y control y, además, le muestra un mensaje al infractor.
“El despliegue de robots terrestres ayudará a aumentar nuestros recursos de seguridad y cumplimiento de las normas”, dijo Lily Ling, directora de una oficina regional de la Agencia de Alimentos de Singapur (Singapore Food Agency, SFA). Y según Calvin Ng, director de un área de la Autoridad de Transporte Terrestre (Land Transport Authority, LTA): “Xavier podría proporcionar inteligencia sobre nuevos puntos de acceso o áreas donde se han detectado delitos”. En resumen: con un robot, la policía puede tener información de una manera más eficiente y responder a situaciones en el terreno más rápido.
En Singapur también se empiezan a usar robots en el entrenamiento de agentes de policía. Por ahora, se trata solo de pruebas con un robot con apariencia humana y a control remoto, sobre ruedas, que también puede proyectar audio para reflejar aciertos y errores, y simular de una manera realista el compromiso físico entre un sospechoso y un policía.
Pero, por otro lado, en esta ciudad-estado hay voces que piden menos entusiasmo: Lee Yi Ting, una activista de derechos digitales, cree que la tecnología es la herramienta favorita del Gobierno para vigilar a los singapurenses. “Todo contribuye con la sensación de que la gente debe cuidar lo que dice y hace en Singapur, más de lo que lo harían en otros países”, dijo a AFP. Los robots policías empiezan a ser una realidad de los Estados Unidos a la India y su aporte a mejorar la vida urbana dependerá, justamente, de esta distinción semántica nada menor: si su presencia se percibe como vigilancia o como cuidado.
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