Un proyecto tecnológico propone que los asistentes de voz como Siri hablen más idiomas

Ni el desarrollo de Apple, ni Alexa, ni Google Assistant funcionan en lenguas africanas. Para hacer más inclusiva esta tecnología, la iniciativa Common Voice convoca a miles de personas a donar sus voces para una base de datos abierta que puede usarse para que los algoritmos aprendan a hablar otras lenguas

Guardar

La tecnología llegó para cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo. No hay dudas de que ayuda a mejorar la educación, brinda acceso a la información y a la comunicación de manera instantánea. El problema es que hay millones de personas que están siendo relegadas y olvidadas por las grandes empresas que lideran los cambios en el ecosistema tecnológico mundial. Y uno de los ejemplos más claros son los asistentes de voz que están en nuestros teléfonos, pantallas inteligentes, relojes y computadoras.

En África hay más de mil idiomas nativos. Cada uno de ellos tiene sus acentos, patrones de habla y estructuras. Y ni Alexa, ni Siri, ni Google Assistant, los tres asistentes de voz más famosos del mercado, hablan ninguna de esas lenguas. Esto deja automáticamente a millones de personas sin la posibilidad de utilizar esta tecnología que, curiosamente, es de las que más creció en los últimos años.

Las gigantes como Google, Amazon o Apple no le prestan atención a una parte del mercado de asistentes de voz que puede parecer pequeña pero representa a millones de personas, pero hay otras empresas que sí están atendiendo este problema. Mozilla, la compañía detrás del navegador Firefox, es una de las que más avances está realizando.

“Las empresas parecen haber seguido el modelo de negocio de los idiomas dominantes, que a menudo deja sin atender la diversidad de lenguas africanas, entre otras. Se enfocan en extrapolar los desarrollos y ‘enchufarlos’ en el contexto africano en vez de adaptarlos y eso no va a funcionar con éxito”, dice a través de un correo electrónico Chenai Chair, asesora especial para la innovación en África en la Fundación Mozilla.

Common Voice es una iniciativa
Common Voice es una iniciativa de Mozillla, la empresa creadora del navegador Firefox. (Imagen: gentileza Common Voice)

Mozilla está logrando atender las necesidades de millones de personas del continente africano gracias al desarrollo de una tecnología colaborativa llamada Common Voice. Se trata de una ambiciosa iniciativa de código abierto destinada a democratizar y diversificar la tecnología de voz. “Es un enfoque para cambiar el status quo”, agrega Chair.

Para entender Common Voice hay que comprender el funcionamiento de los algoritmos de aprendizaje automático o machine learning. Estos algoritmos aprenden solos, pero para eso hay que darles una gran cantidad de información para que puedan entender, en el caso de las voces e idiomas, los diferentes fraseos, tonalidades y estructuras del lenguaje.

El funcionamiento de Common Voice es simple: les permite a las personas donar sus voces a una base de datos gratuita y disponible públicamente para que empresas, investigadores y desarrolladores puedan usarlas para entrenar aplicaciones, productos y servicios habilitados para voz.

La necesidad que está cubriendo es tan grande que Common Voice se convirtió en el conjunto de datos de voz de dominio público en varios idiomas más grande del mundo. Desde 2017, cuando nació la iniciativa, hasta la actualidad, logró reunir más de 12 mil horas de datos de voz y 75 idiomas diferentes que van desde el suajili hasta el mandarín y el galés.

Antes de la pandemia, Common
Antes de la pandemia, Common Voice convocaba a eventos en los que los donantes grababan sus voces; hoy todo el procedimiento es virtual. (Imagen: gentileza Common Voice)

¿Por qué es tan importante esta base de datos pública? Porque la mayoría de las bases de este tipo son propiedad de grandes corporaciones con fines de lucro y se utilizan para entrenar sus algoritmos de aprendizaje automático. Esto hace prácticamente imposible que desarrolladores, investigadores y empresas más pequeñas, sin tantas posibilidades económicas de obtener bases o crear las propias, se involucren en el desarrollo de nuevas tecnologías de reconocimiento de voz más inclusivas.

Desde el inicio de la pandemia todo cambió en el proyecto. Antes se hacían eventos, sobre todo en escuelas, en los que no solo se reunían personas para colaborar con Common Voice, sino que se armaban mesas de debate para intentar dar con mejores formas de llegar a más gente. Desde la llegada de la COVID-19 ese proceso pasó a la virtualidad. Y si bien esto ahorra mucho trabajo a la hora de organizar las reuniones, también generó inconvenientes: muchas personas no tienen buenas conexiones o suben grabaciones con demasiado ruido como para ayudar a que la inteligencia artificial haga su trabajo. La calidad de la información es tan importante como la información en sí misma.

La experiencia de donar la voz a Common Voice es sencilla. En la página del proyecto se pueden ver dos grandes botones: speak (hablar) y listen (escuchar). El primero sirve para que quien lo desee pueda donar su voz leyendo una serie de frases que el sistema le mostrará. El segundo sirve para que todos los usuarios podamos validar la precisión de las voces que otros donaron.

En la página de Common
En la página de Common Voice el usuario puede donar su voz y también ayudar a validar la calidad de las voces ya obtenidas. (Imagen: gentileza Common Voice)

El diseño increíblemente simple e intuitivo de la plataforma no es así por casualidad. La experiencia de usuario debe funcionar a la perfección para personas que no solo hablan diferentes idiomas, sino que también tienen grados de educación tecnológica muy diferente.

El proyecto, en el que ya colaboraron 400 mil personas de todo el mundo, es un éxito. Common Voice realizó un acuerdo con la compañía NVIDIA, de la que recibió un millón y medio de dólares además de fuerza de trabajo y tecnología para mejorar sus sistemas, y también obtuvo más de 3 millones como parte de una donación conjunta por parte de la Fundación Bill & Melinda Gates, la Cooperación Alemana para el Desarrollo y la Oficina de Desarrollo y Commonwealth Extranjero del Reino Unido. El dinero está siendo utilizado, sobre todo, para contratar a personas que hagan crecer específicamente la base de datos del suajili, que es un idioma hablado sobre todo en Tanzania y Kenia por aproximadamente 45 millones de personas.

“Planeamos hacer que la tecnología conversacional esté disponible en la mayoría de los idiomas”, dice Sid Sharma, jefe de Marketing de Productos de NVIDIA.

“Las grandes empresas se enfocan
“Las grandes empresas se enfocan en extrapolar los desarrollos y ‘enchufarlos’ en el contexto africano en vez de adaptarlos”, dice Chenai Chair, de Fundación Mozilla. (Imagen: gentileza Chenai Chair)

Internet ―y por ende todo lo que rodea al mundo tecnológico― fue y es construida y desarrollada en inglés. Si se tiene en cuenta que solo el 20 % del mundo habla este idioma y solo el 5 % de las personas son hablantes nativas, es posible imaginar cuánta gente está teniendo una barrera para usar la tecnología. Si queremos que sea más inclusiva tenemos que empezar a pensar un futuro que no hable solo un idioma, sino todos los posibles para no dejar a tantos ciudadanos fuera del mundo digital. Proyectos como Common Voice, de a poco y con ayuda de los mismos ciudadanos, lo están logrando.

___

Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN

Guardar

Últimas Noticias

Una radio comunitaria nacida en Vicente López les da voz a jóvenes y adultos con discapacidad

Creada en 2015 por la Asociación de Padres de Adentro para el Mundo, sostiene una grilla que incluye programas en vivo y en su sede se hacen talleres para aprender a hacer radio. Se escucha online, tiene su estudio en la casa de una voluntaria y se sostiene de manera autogestiva y con aportes privados. Además de ofrecer una imagen positiva y realista del colectivo de la discapacidad, Radio Capa es el lugar en donde varias personas descubrieron su vocación y encontraron el espacio para explorar los temas que les interesan, como el arte o la poesía
Una radio comunitaria nacida en

Ciudades 8-80: cómo pensar espacios públicos para todas las edades

En Dallas, una autopista que dividía el suburbio del centro se transformó en un oasis verde con actividades y espacios para toda la población. En las afueras de Lima, un parque abandonado fue reformado por los vecinos y vecinas después de haber escuchado los deseos de niñas y niños del barrio de Villa Clorinda. Estas experiencias figuran en dos guías con recomendaciones para hacer ciudades más amigables para las infancias y los adultos mayores, es decir, que estén bien tanto para una persona de 8 como para una de 80 años
Ciudades 8-80: cómo pensar espacios

Una cooperativa capacita a empleados bancarios para que atiendan en Lengua de Señas Argentina a personas sordas

En Buenas Manos dicta un curso enfocado específicamente en trámites que se realizan en los bancos. Empleados reconocen su utilidad y cómo el curso los ayudó a tener más empatía con la población sorda. No solo se enseña esta lengua, sino también conceptos de inclusión y las mejores formas de atender a quienes tienen discapacidad auditiva
Una cooperativa capacita a empleados

En Rosario se inauguró el primer mural en braille y planean una “plaza sensorial”

Está en la fachada del Centro de Rehabilitación Luis Braille y tiene la frase “¿Diferentes? ¡Todos!”. Fue realizado con gemas, que “simbolizan el valor de la lectoescritura”, explica la directora Mariel Massari. La institución proyecta junto a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario un espacio público que incluirá sonidos y aromas
En Rosario se inauguró el

En Luján, una escuela gratuita de oficios textiles ofrece formación de calidad y promueve la economía circular

Con la premisa de “sumar trabajo para restar pobreza”, en un año y medio De La Nada Asociación Civil hizo cuatro capacitaciones dictadas por profesionales en diseño y tecnología textil para 59 mujeres de General Rodríguez y Luján. Esta organización promueve un trabajo articulado al que ya se sumaron 21 empresas, ONG e instituciones educativas. Sus primeras trece egresadas ya confeccionaron 5.200 productos con descartes textiles y generaron ingresos propios y para sostener la escuela
En Luján, una escuela gratuita
MÁS NOTICIAS