El grooming es el acoso sexual a niños, niñas y adolescentes a través de internet. Las redes sociales y los juegos en línea se convirtieron en los principales escenarios —aunque no los únicos— de este delito, que en el contexto de aislamiento social por la pandemia de COVID-19 con los niños, niñas y adolescentes más tiempo conectados a sus dispositivos creció significativamente en la Argentina y América Latina. La ONG Grooming Argentina diseñó una aplicación para recibir y encausar denuncias de este tipo de delitos en tiempo real y registró un aumento de casos que llegó a cinco por día entre agosto y octubre de 2020.
GAPP (disponible para iOS y Android de manera gratuita) fue lanzada hace tres años con el objetivo de darles celeridad a las denuncias y propiciar un marco de acompañamiento y asistencia a las víctimas y a sus familias: funciona a la manera de un “botón de pánico” que puede activarse en tiempo real, es decir, mientras la situación de acoso está ocurriendo. El aviso es recibido por profesionales de Grooming Argentina que activan un protocolo de actuación y se ponen en contacto con la víctima (si es menor de edad, buscan el contacto con una persona adulta).
“La idea de desarrollar una aplicación surgió por la necesidad de contar con una herramienta innovadora para actuar de manera inmediata. Los usuarios no solamente tienen la opción de denunciar online, sino que también reciben información relevante sobre el delito de grooming y recursos para la preservación de la evidencia digital”, explica el ingeniero Claudio Desalvo, desarrollador de la aplicación.
Cómo funciona
Cuando una persona presiona el botón de denuncia, la aplicación la redirige al WhatsApp de la ONG (+54 9 11 2481-1722), que brinda soporte y contención con guardias permanentes las 24 horas.
En el marco del protocolo de actuación, son las Áreas de Legales y Psicología las que articulan para asistir a las víctimas. Un especialista en la cuestión legal se pone en contacto directamente con la persona que realizó la denuncia para obtener mayor información, se consulta sobre el estado de la víctima con la finalidad de derivar la situación al equipo de Psicología y se solicita completar un formulario con los datos pertinentes para luego articular la denuncia con la Dirección General de Lucha contra el Cibercrimen de la Policía Federal Argentina.
El Área de Psicología evalúa si el caso requiere atención para la víctima, su familia o algún referente afectivo, estructura la información con los datos sensibles en una historia clínica-psicológica y lleva a cabo el posterior seguimiento de la situación.
“Tuvo muy buena aceptación”, cuenta Desalvo, “está seteada en el idioma español, se utiliza a lo largo y ancho del país, se puede descargar gratis desde cualquier punto geográfico sin restricciones. Estamos en miras de tener acuerdos con diferentes entidades internacionales en América Latina para abarcar nuevas jurisdicciones, que sea una aplicación regional”.
Desconocidos en las pantallas
Según un estudio de esta ONG, 6 de cada 10 niños, niñas y adolescentes hablan con desconocidos por Internet en la Argentina. En el muestreo, llevado a cabo con 4.276 chicos y chicas de 9 a 17 años de todo el país, la organización destaca: “Un niño tiene su primer teléfono celular a la edad promedio de 9 años. Asumimos que las plataformas digitales se convirtieron en espacios en los cuales niños, niñas y adolescentes se educan, se expresan y construyen relaciones. Pero aún es mucho lo que se desconoce del grooming, como una nueva modalidad del abuso contra la integridad sexual de las infancias a través de Internet”.
Sobre lo que se sabe del groomer, el acosador virtual, un adulto que engaña y manipula a sus víctimas, Navarro aclara que " si bien en la mayoría de los casos tiende a falsear su identidad, también puede no hacerlo. Es una persona que sale a la caza permanentemente y que lleva a cabo durante determinado tiempo distintas formas de persuasión y manipulación de las víctimas”. El delito de grooming se incorporó en el Código Penal argentino en diciembre de 2013 a través de la Ley N.° 26.904. Desde entonces, el artículo 131 del Código establece que “será penado con prisión de seis meses a cuatro años el que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos contactare a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”. A su vez, la 27.458 promulgada en octubre de 2018 instaura el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming en el país. En noviembre de 2020, la ONG impulsó la reforma del artículo 131 junto a Claudia Ledesma Abdala de Zamora, la presidenta provisional del Senado, que ingresó el proyecto de ley (expediente 2782/20).
Desde la organización consideran vital la ley tras comprobar en estos años las dificultades que se presentaron en su aplicación y en el análisis del delito. Entre los principales cambios que pide se encuentra el endurecimiento de las penas y una descripción más pormenorizada del delito, además de la mención del daño a la salud física y psíquica que puede provocar.
“Hace mucho tiempo que venimos trabajando en una norma superadora que logre tutelar de manera efectiva el bien jurídico protegido que es la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes en internet”, dice el abogado Hernán Navarro, fundador de la organización.
El grooming es un delito en expansión y a la vez poco conocido: muchas veces las víctimas y sus familias desconocen lo que pueden hacer ante este tipo de acoso. La solución que aporta una aplicación como GAPP es acercar los recursos disponibles e informar a tiempo sobre cómo actuar y preservar pruebas. La forma de hacerlo parece obvia: una aplicación de acceso simple, en el mismo dispositivo al que tanto los chicos y chicas como los adultos que los rodean pasan horas conectados.
Los especialistas en el tema suelen recomendarles a las familias no prohibir el uso de dispositivos, sino limitarlos, hablar abierta y horizontalmente sobre el acoso virtual, ser conscientes de cuándo se están usando las pantallas con fines socioeducativos y cuándo para el ocio, informarse sobre el delito de grooming y hacer la denuncia penal cuando ocurre, guardar todas las pruebas en capturas de pantallas y priorizar la seguridad de las víctimas por sobre cualquier otra cosa. Con respecto a los niños, niñas y adolescentes, las principales medidas de seguridad son no aceptar solicitudes de personas desconocidas, comprender que estas no se vuelven amigas o de confianza porque estén en las mismas redes, mantener los perfiles en redes sociales en modo privado y ante una situación de acoso no minimizarla y hablar siempre con una persona adulta de confianza.
Roxana Méndez, titular de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) de Río Negro, que recientemente firmó un convenio con Grooming Argentina para trabajar en la concientización sobre el tema, confirma la expansión de este delito y la demanda de respuestas: “El trabajo que venimos haciendo desde SENAF es sumar a las demandas de intervención la temática de grooming por el crecimiento exponencial de casos”.
“Es sumamente importante que se conozca sobre el grooming, debe ser una problemática que esté en agenda permanente de las políticas públicas”, dice la funcionaria, que recurrió al trabajo interinstitucional para formar y concientizar: “Para poder intervenir adecuadamente y acompañar a las víctimas y sus familias es muy importante que los equipos territoriales se interioricen en el tema y formen parte del resguardo y acompañamiento en las situaciones particulares que se vayan demandando”.
El mundo digital forma parte de la vida de los chicos y chicas. Es más: no conocen una vida sin él. Esto les aporta muchas cosas pero también los y las expone a situaciones perturbadoras y dañinas. No se trata de negarlo sino de promover el diálogo consciente y acercarles a los niños, niñas y adolescentes y sus familias información y recursos en las mismas herramientas que manejan cotidianamente.
* El autor de esta nota es Coordinador Nacional de Prensa y Comunicación de Grooming Argentina.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN