Las comunidades de Quilmes y Colalao del Valle, en el noroeste de la provincia de Tucumán tienen un acceso limitado al agua potable. Cuando se corta la luz, las más de dos mil personas que habitan estas localidades del departamento de Tafí del Valle donde son frecuentes las sequías no pueden sacar agua de los pozos. Ante este problema, la organización israelí Keren Kayemet LeIsrael se puso a disposición de los pobladores para brindar una solución, basada en su experiencia en Medio Oriente.
Keren Kayemet LeIsrael ―una organización fundada en 1901― ayudó a construir más de 225 reservorios y represas que, combinados, proporcionan el 50 % del agua para la agricultura israelí y 300 millones de metros cúbicos de capacidad de almacenamiento. La función de los depósitos es recoger el agua de lluvia y mantenerla disponible para el uso.
“En Israel literalmente no hay agua. Llueve uno o dos días al año. Por eso, Keren Kayemet se propuso buscar una solución con los reservorios. Cuando cae la lluvia, los depósitos que miden 500 por 500 metros reciben el agua y la almacenan con una tecnología ―instalada en el fondo― que evita la evaporación. También se utilizan biofiltros con capas de materiales naturales”, explica Danny Lew, vicepresidente de Keren Kayemet Argentina y director de Actividades en el Interior.
Israel es líder mundial en el tratamiento del agua. Su experiencia demuestra que mediante el uso innovador de tecnologías es posible tener seguridad hídrica incluso en un territorio desértico. Alrededor del 85 % del agua que se usa en el país es reciclada. Cuenta con cinco plantas desalinizadoras; entre ellas, la más grande del mundo entre las que hacen el tratamiento por ósmosis. Hoy, casi el 80 % del agua que se consume en los hogares de Israel proviene del mar. Por último, el país se destaca por sus métodos de irrigación innovadores ―como el riego por goteo― que ahorran una gran cantidad de agua y maximizan la efectividad y producción de las plantaciones agrícolas.
Las poblaciones más afectadas en la Argentina por la falta de agua son las comunidades rurales, los pueblos originarios, las que habitan asentamientos urbanos empobrecidos, zonas cercanas a industrias que contaminan las napas y las de regiones áridas o con sequías prolongadas.
En Tucumán, el recurso es escaso tanto para el consumo como para la producción. Se trata de un territorio con lluvias escasas y continuos episodios de sequía, donde ―como se observa en otras regiones― el cambio climático agudiza estos problemas. “En otros tiempos llovía, pero ahora casi no llueve”, resume Francisco Solano Chaile, el cacique de la comunidad de Quilmes.
“El agua es la necesidad principal de nuestra comunidad. Es nuestro medio de subsistencia. Cuando falta, se nos hace difícil cultivar la tierra. En estos tiempos de pandemia tenemos la esperanza de encontrar la solución a este problema, que se viene postergando desde hace mucho tiempo”, expresa Chaile.
El proyecto que lleva adelante Keren Kayemet LeIsrael junto a la gobernación de la provincia y las autoridades locales de Quilmes y Colalao del Valle se propone solucionar gran parte de este problema y mejorar la calidad de vida en la región. Se llama Al Agua y es un plan integral con varias etapas que incluyen la construcción de nuevos pozos de agua, trabajos de mantenimiento y mejora en los canales de distribución y la impermeabilización y reparación de un dique de reserva, lo que representa un importante beneficio para los habitantes de la región y el desarrollo productivo.
El compromiso de la organización con la provincia surgió en 2019. “Llegamos a este proyecto en Tucumán de casualidad, como parte de una gira que hicimos con las autoridades del Keren Kayemet de Israel cuando vinieron a visitarnos. Pasamos por Córdoba, La Rioja, Catamarca y Tucumán. El gobernador tucumano Juan Luis Manzur nos invitó a visitar la zona de Colalao del Valle y la Ciudad Sagrada de Quilmes, que tiene las ruinas de la comunidad indígena. Al recorrer el lugar nos llamó la atención la belleza turística y el arte del Valle Calchaquí. Pero también nos sorprendió la falta de acceso al agua. Las autoridades de Israel prometieron una donación de una plaza de juegos para los chicos de la zona y nos quedó la inquietud de ayudar con el problema del agua. Pensamos en la posibilidad de replicar en la Argentina algunas experiencias exitosas de Israel”, relata Lew.
El delegado comunal de Colalao del Valle Gustavo Morales recuerda que en una primera instancia la intención de la organización era avanzar con proyectos de forestación. “Les explicamos que nuestras principales necesidades tenían que ver con el acceso al agua y la infraestructura requerida para eso. Somos un pueblito que va creciendo y cuando llega el verano carecemos de agua potable”, expresa. En la Argentina es la primera vez que Keren Kayemet realiza un proyecto que involucra este recurso. Hasta el momento se había enfocado en la forestación.
“Observamos que los habitantes de la zona reciben agua desde las montañas, pero les llega contaminada porque el río pasa por una zona con arcilla. Puede servir para los cultivos, pero es imposible de tomar. Con ese diagnóstico, finalmente se decidió replicar el modelo de los reservorios. Cuando el agua entra al depósito, se somete a un proceso de decantación que permite separar la mayor cantidad de arcilla posible, luego pasa por un sistema de filtros y una vez terminado este tratamiento queda disponible para consumo humano”, describe Lew.
La organización planificó el proyecto en 2019 con la intención de ejecutarlo en 2020, pero la pandemia generada por el coronavirus demoró el desarrollo. En marzo de 2021, los referentes locales de Keren Kayemet volvieron a la zona para avanzar en la iniciativa y llevaron todos los materiales para las obras, que se vieron frenadas momentáneamente, por el aumento de casos de COVID-19, pero se espera que para noviembre de este año queden inauguradas. Por un lado, se están instalando tres filtros potabilizadores y comandos de control para lograr la correcta distribución del agua a todos los habitantes de la región. Por el otro, se están arreglando los piletones que captan el agua de una represa proveniente de los cerros, que hasta el momento no se podían utilizar porque tenían grietas y filtraciones.
Para Lew, lo más complejo del proyecto es la distancia entre Colalao del Valle y San Miguel de Tucumán. “Para llegar, hay que viajar cuatro horas en auto. Cualquier material que se necesita tenemos que llevarlo desde la capital”, dice.
Esta iniciativa se complementa con un plan integral de mejoras hídricas que el Gobierno provincial proyectó en todo el valle para potenciar el desarrollo turístico y productivo de la región. El Ministerio de Desarrollo Productivo, junto con la Secretaría de Estado de Relaciones Internacionales, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) - Regional Norte y la Fundación León realizaron gestiones ante el Banco de Desarrollo de América Latina (conocido como CAF, por su antigua denominación: Corporación Andina de Fomento), con el objetivo de conseguir la financiación para este proyecto.
“Es muy interesante ver lo que se produce cuando una comunidad se junta frente a la adversidad y trabaja para buscar una solución. Estoy seguro de que esta iniciativa se puede replicar en otras provincias”, reflexiona Lew. Su principal aprendizaje con este proyecto, dice, es justamente que no es imposible desarrollar soluciones de este tipo.
Para una próxima etapa, la idea es hacer junto a la Fundación León capacitaciones de asistencia técnica para los productores del lugar. Darles herramientas para implementar el riego por goteo y desarrollar la calefacción solar.
Los trabajos que se realizan en Quilmes y Colalao del Valle impactan de forma directa en las posibilidades de desarrollo turístico de la zona ―favorecen a hosterías y hospedajes, al sector gastronómico y al turismo rural comunitario― y de una manera integral en la oferta productiva de todo el valle. “El compromiso de Keren Kayemet es hacer un aporte importante para solucionar una de las problemáticas del valle que es la provisión de agua, un bien natural esencial pero que resulta escaso en zonas áridas”, destaca el presidente del Ente Tucumán Turismo, Sebastián Giobellina.
“Esta es una gran oportunidad para que las distintas organizaciones nacionales e internacionales, empresas privadas y entes inviertan en Quilmes y Colalao del Valle, ya que tiene un gran potencial”, subraya el presidente del Keren Kayemet Argentina Hernán Hilu y concluye: “Si unimos fuerzas entre todas las organizaciones que estamos apoyando este proyecto junto a la provincia, seguiremos trabajando con el fin de transformar la comunidad Quilmes en un ejemplo internacional de ecovilla con los mejores estándares del mercado”.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN.
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