El Príncipe William y su esposa Kate, ambos de 41 años, han intentado una crianza activa y directa con sus tres hijos: el Príncipe George de nueve años, la Princesa Charlotte de siete, y el Príncipe Louis de cinco, siguiendo el ejemplo que le dejó su madre, la fallecida Princesa Diana. Si bien Diana fue reconocida a nivel mundial por romper con los convencionalismos de la corona y ser una madre devota, no todo fue perfecto en la relación con sus hijos William y Harry. De hecho, los herederos al trono estarían buscando desesperadamente no repetir el “gran arrepentimiento” de Diana: las constantes ausencias por trabajo.
Duncan Larcombe, experto en la corona británica, consideró que William y Kate han tratado de poner como máxima prioridad a sus hijos independientemente de las obligaciones reales que puedan llegar a tener. Larcombe también aseguró que, a diferencia de las tradiciones que la misma Diana siguió, los hijos de William y Kate no se verán obligados a desfilar en eventos públicos.
“Diana se ocupaba mucho de los niños, pero tenía que ausentarse a menudo por motivos de trabajo. Además, a William le hacían desfilar a menudo en las giras y excursiones reales, y su infancia no fue en absoluto perfecta. Ese fue uno de los grandes pesares de Diana”, declaró Larcombe.
Duncan reiteró el compromiso que tiene el Príncipe William para que sus hijos vivan una infancia lo más normal y feliz posible, tanto evitando los errores de su madre como aprendiendo de lo que hizo bien.
“No siempre estar allí debido al trabajo y también momentos en los que William tuvo que anteponer su vida real a la personal cuando era niño. William siempre ha querido criar a sus hijos teniendo en cuenta las lecciones y los remordimientos de Diana. Las necesidades de sus hijos están por encima de los deberes reales”.
Como se mencionó anteriormente, Diana fue una madre muy devota a pesar de los complicados protocolos reales. En 1985, cuando William tenía tres años y Harry un año, Diana habló de las prioridades que en ese momento regían su vida, además de mostrarse preocupada por ser una buena madre.
“Lo más importante es ser madre y esposa. Eso es lo que intento conseguir; que lo consiga es otra cosa, pero lo intento. Vivo por mis hijos. Estaría perdida sin ellos”.
Paralelamente, el Príncipe Harry ha aprovechado cada oportunidad para mostrar el gran amor que le tiene a su madre, reiterando que a pesar de todo, Diana le dio una infancia plena y feliz. “Recuerdo que mi infancia estuvo llena de risas, felicidad y aventuras”.
Diana de Gales falleció cuando William tenía 15 años y Harry 13 años. Aunque su tiempo juntos fue muy corto, el menor de los hijos de Diana recuerda con mucho cariño todos los esfuerzos de su madre por darles a él y a William una vida feliz y tranquila en medio del caos que supuso ser parte de la familia real.
“Echo de menos esa sensación, echo de menos tener a esa madre que te da esos abrazos y esa compasión que todo el mundo necesita. A puerta cerrada, era una madre muy cariñosa y atenta y una persona increíblemente divertida. Creo que vivió gran parte de su vida, sobre todo en privado, a través de nosotros, y creo que ese elemento de diversión infantil afloraba de verdad cuando pasaba tiempo con nosotros”.